No es.

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-Sigo sin creer que haya estado dormida cuatro días. -digo sentándome en la silla de ruedas.
-Fueron los peores días. -susurra Shizuo.
-También me ha costado acostumbrarme a verte con tu cabello rubio y.. a que ya no tengo catorce años.
-El doctor dijo que es solo cosa de tiempo.
-Si..
-Bien, también dijo que ya puedes dar un paseo así que vamos.
-Gracias.

Han pasado dos semanas desde que desperté de un sueño de cuatro días, Shinra ha venido a verme todos los días y he hablado con Celty por mensajes, han venido otras personas a verme que no recuerdo pero son agradables y me han hecho buena compañía. Voy por el pasillo y Shizuo maneja la silla de ruedas, miro por los ventanales.

-¿Crees que me quede más tiempo? -digo. -ya quiero ir a casa.
-Ya puedes sentarte cómodamente y no estás conectada a nada, no creo que sea mucho tiempo más.
-Extraño mi habitación y.. a Celty.
-¿La quieres mucho, eh?
-Cuando mi padre se fue y mamá ya no estaba cerca, ella se convirtió en ese adulto en el que podía confiar, después de todo Shinra y yo solo tenemos dos años de diferencia de edad.
-Es cierto.
-Además.. me entretiene jugar videojuegos con ella.
-*risa* Ya veo.

Shizuo detiene la silla, frente al ventanal que da hacia fuera del hospital y se para a mi lado con las manos en sus bolsillos.

-...(N). -dice.
-¿Si?
-Te amo.

Subo mi mirada hacia él pero la suya está observando hacia fuera.

-Shi.. zuo. -susurro.
-Te lo había dicho días antes del accidente pero..
-¿Pero?
-No hubo respuesta.
-Ah.. bueno, l-lo siento.
-Está bien, debió ser por algo.
-Supongo. -digo en voz baja.
-Quizás es muy pronto y me disculpo pero..
-¿Si?
-Dime -se agacha y queda mirándome desde abajo. -¿tengo una posibilidad?

Desde que conocí a Shizuo, su forma casi violenta de ser me hacían tener distancia de él pero con el tiempo me di cuenta que era un chico que solo era un poco eufórico cuando de algo que le molestase se tratara, además si sigue a mi lado después de tantos años y más aún con esto que ocurrió ¿por que no?

-Si -digo. -la hay.
-Gracias.

Toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos mientras tiene una sonrisa que intenta disimular en su rostro, devuelvo esa sonrisa y con su otra mano acaricia mi rostro pero se siente tan extraño su toque, como si mi piel no estuviese acostumbrada a él, como si no fuese su mano la que debería acariciarme.

-¿Estas bien? -dice poniéndose de pie.
-S-Si, solo..
-¿Quieres que volvamos?
-Está bien.
-¿Segura que estás bien?
-Lo estoy.. solo un poco sorprendida.
-Lo siento.
-Está bien, no es tu culpa.
-Volvamos entonces.
-Si.

Vuelve a ponerse tras de mi y me lleva a mi habitación, cuando llegamos me paro y él me toma dejandome sobre la cama.

-Gracias por el paseo. -digo cubriendome.
-Mañana lo haremos otra vez.
-Shizuo.. no es necesario que vengas todos los días, tú trabajas también.
-No hay problema con ello.
-Pero..
-Está bien, de verdad.

Miro a la puerta y recuerdo al chico que estaba aquí cuando despertó, Izaya, ni siquiera sé su apellido y si proceso todo que yo le llamara por su nombre significa que nuestra confianza era ya bastante, quizás era alguien cercano y si era así ¿porque no está aquí?

-Shizuo. -digo.
-¿Dime?
-¿Recuerdas al chico de cabello negro que estaba aquí cuando desperté?
-Si.
-¿Donde está?
-¿Por qué quieres saberlo?
-Bueno.. nadie me ha hablado más de él y y-yo le llamaba por su nombre enton-
-No le he visto.
-Y-ya veo.
-Debo irme, el horario de visitas ya está por terminar.
-Bien.. gracias nuevamente.
-Vendre mañana ¿bien?
-*suspiro* Bien.

Casi imposible de odiar. [Orihara Izaya x Tú]Where stories live. Discover now