Siempre se vuelve al lugar donde todo empezó.

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-Shizuo. -susurro.
-Alejate de ahí ¿si? ven acá.

A mi mente vienen todas esas veces que Izaya me dañaba de alguna u otra forma y yo terminaba llorando en el hombro de Shizuo, contándole lo que había ocurrido como si de mi diario de vida se tratase.

-Shizuo..

Se acerca a mi y me abraza, me tomo fuerte de su ropa y me vacío por dentro, todo mi rostro se humedece, los brazos de Shizuo me contienen y confortan, me afirman como siempre lo hace.

-¿Por qué, Shizuo? -digo. -¿por qué él?
-Ese maldito otra vez ¿que hizo?
-Y-yo.. no..
-Está bien, tranquila.

Me separo de él y seco mis ojos con mis manos, Shizuo me ofrece un paño y yo lo tomo dejandolo un momento sobre mi rostro.

-Shizuo, ¿haz notado que casi siempre me encuentras de esta forma?
-Bueno..
-Llegas cuando él me hace daño como si el destino me gritara una vez más que ese no es el camino, que debo.. alejarme.
-...(N).

Me agacho y me siento apoyando mi espalda en las barras bajas del barandal, quito el paño de mi rostro y llevo mis piernas a mi pecho para poner mis manos en mis rodillas.

-¿Quieres decirme que te hizo esta vez? -se coloca a mi lado.

Si le digo lo de la cabeza de Celty no será bueno, él y ella son buenos amigos, no quiero echarle gasolina al fuego, no ahora.

-Esta vez no, lo siento. -digo.
-Tranquila, está bien.
-¿Co-Como sabías que estaba aquí?
-Te vi pasar, corriendo, no me iba a quedar solo mirando.
-Ya veo.

Afirmo mi frente sobre mis manos, suspiro y tranquilizo mi respiración poco a poco, siento la mano de Shizuo ponerse en mi cabeza y acariciarla lentamente.

-¿Tú.. ibas a.. -dice.
-¿Suicidarme? claro que no.
-*suspiro* Menos mal.
-Me chocó un auto, casi muero y estuve en coma, sería muy descabellado que decidiera suicidarme ¿no?
-Si tú lo dices.

Me pongo de pie y sacudo mi pantalón.

-Quizás deba ir a.. -digo.
-¿Que, que ocurre?
-Mi padre está en casa.
-¿Y eso es malo? -dice poniéndose de pie.
-Si, no quiero ir a casa en este estado, comenzará a hacer preguntas, Shinra también y.. Celty, claro, no quiero.
-Bueno.. puedes ir a mi casa, si quieres.
-No quiero abusar de tu bondad, Shizuo.
-No lo haces, ahí estarás tranquila y podrás.. pensar, no lo sé.
-*suspiro* Si.. gracias.
-¿Nos vamos?
-S-si.

Pone su mano en mi espalda y me guía. Al llegar a su casa él entra conmigo y me sirve un vaso con agua, lo coloca frente a mi y se sienta a mi lado, siento su mirada sobre mi, giro mi cabeza y ahí está, viéndome con esa mirada que me hace sentir raramente protegida, su mano sube y acaricia mi mejilla.

-Daría todo para que nunca más estuvieras así, ...(N). -dice.

Sus ojos me dicen mucho, él es como una red al fondo del precipicio, si tan sólo mis sentimientos no fuesen por completo de Izaya aún cuando pasan todas estas cosas, probablemente me quedaría en la red toda la vida.

Mientras mis pensamientos se enrredan veo como Shizuo se acerca a mi, no me alejo, no me opongo a que su cuerpo sea como un barco acercándose al puerto, en este momento me gustaría sentir algo más además de dolor y decepción. Sus labios tocan los míos, la impresión me invade pero no me aleja de él ni de su toque, su mano afirma mi rostro y baja por mi brazo hasta mi mano.

Por mi mente pasan algunos recuerdos y todos ellos tienen que ver con Izaya, todas las memorias malas que tengo lo involucran a él pero las mejores y más especiales también son suyas. El beso que Shizuo está dejando en mi no es la forma de acabar con el dolor, su toque no cambiará lo que llevo por dentro, nada lo hará porque si incluso al ser besada por él pienso en mi tormenta de cabello negro significa que esta no es la forma en que las cosas deben de ser. Me alejo de Shizuo bajando mi cabeza.

-No. -susurro.
-No preguntare que ocurre.

Él se levanta y toma sus gafas para ponerselas nuevamente.

-Puedes quedarte hasta que te sientas mejor. -avanza hasta la puerta.
-¿D-Donde vas?
-Trabajo, solo pedí unos minutos para ver como estabas.
-Shizuo.. -me pongo de pie.
-...(N) -abre la puerta. -de a poco lo entenderé,/ahora.. no quiero hablar, me voy.

Abre la puerta y se va, vuelvo a sentarme y siento cierta rabia conmigo, ¿como es que los sentimientos pueden llegar a ser tan fuertes e incontrolables? ¿como es que el amor  puede hacerte sentir de esta forma?

-*suspiro* Quiero desaparecer.

Prácticamente en cosa de segundos una idea se metió en mi y no salió más.

Tres días después.

-Sigo creyendo que es bastante sospechoso todo esto. -dice Shinra.
-¿Puedes calmarte? no saldré del país.
-¿Que pasa si no te resulta bien el trabajo?
-Volveré.
-Claro.
-Y ahora, sal de mi habitación, me cambiaré de ropa.
-Si, si.

Shinra sale y cierra la puerta, me siento sobre la cama y miro mi maleta. Decidí irme de Ikebukuro, viajare a Hokkaido, recordé que hace un tiempo solicite un puesto en una casa de animación, estudie informática audiovisual, hackear lo aprendí por mi cuenta, por lo tanto era ideal, fui aceptada para la entrevista pero decline en último momento, postule nuevamente y probaré mi suerte esta vez. Quisiera decir que me voy porque deseo un trabajo estable pero simplemente estoy corriendo de todo, de todos, de Izaya.

Cambio mi ropa y miro la hora, solo me quedan una hora antes que salga mi vuelo
así que decido irme de una vez por un tiempo que no tiene un final. Después de despedirme de todos y apaciguar sus dudas diciéndoles que volveré pronto voy en el taxi, mi garganta se quiebra y cierro mis ojos para no quebrarme por completo.

-Llegamos, señorita. -dice el taxista.
-Gracias -saco el dinero de mi bolso. -aquí tiene, conserve el cambio.
-Gracias, que tenga un buen viaje.
-Si.. usted también.

Bajo del taxi y saco mi maleta del maletero, camino hasta dentro del edificio y solo espero por mi vuelvo, mantengo mi teléfono apagado, lo último que deseo es tener aún una cuerda amarrandome aquí.

Los minutos pasan y ya estoy en mi asiento sobrevolando una parte de Tokyo, a mi lado va una pareja supongo que no todo podía ser tan tranquilo. Busco mis audífonos para apartarme de esta realidad que ansió poder aunque sea apartar de mi un tiempo.

Cuatro semanas después.

-Es increíble que hayas sobrevivido a eso. -dice mi colega de trabajo, Eri-san.
-Aún me impacta en cierto sentido también.
-Me alegra que no haya sido más grave.
-Yo también.

Eri-san y yo estamos sirviéndonos almuerzo en la cafetería. Fui aceptada así que me quede aquí, aunque de no haber sido aceptada igual me hubiese quedado, volver no estaba dentro del plan en absoluto.

-¿Soba? -dice Eri-san.
-Si, cla..
-¿Pasa algo?
-N-no.. es solo que..

El olor del caldo que va junto al Soba me hace sentir un poco asqueada, dejo la bandeja sobre el mesón y respiro profundo, supongo que me falta un poco de sueño.

-¿Te pusiste palida? -dice Eri-san.
-Estoy bien, no es nada, quizás sea la falta de sueño.
-Si, pero alegrate estamos a catorce, mañana es día libre.
-Si.. un momento ¿hoy es catorce?
-Si.

Mi expresión no debe ser para nada alegre como Eri-san esperaba.

Casi imposible de odiar. [Orihara Izaya x Tú]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum