Capítulo V: Un rehén a cambio de otro rehén.

509K 46.8K 42K
                                    


Capítulo V: Un rehén a cambio de otro rehén.

Dakota.



— ¿Por qué hablas contigo misma? —pregunta Avery desde la entrada de mi habitación. Técnicamente era la habitación destinada a compartir con Rose, pero ella se unió y pasó la prueba de alguna hermandad de la que siempre olvido el nombre.

—Reprobaré Finanzas.

—Oh, no.

—Pero encontré un tutor.

—Oh, sí.

—Pero no sé si ir.

—Oh, vaya.

—Pero le necesito.

—Oh, mierda.

—Pero no quiero necesitarlo y ahora voy a deberle más a mi favor.

—Oh, uhm...

Rio y dejo de caminar por la pequeña habitación viendo a Avery Judd. Ella es algo tímida con las personas, de acuerdo, en realidad es muy asocial. Me tomó cinco meses hacerla hablar mucho y sacar su verdadero "yo" a hablar conmigo. Creo que soy de sus pocas amigas, quizá la única hasta ahora con la que habla tanto. Tiene un leve problema de ansiedad social, bueno, es más que un leve problema, pero quiero creer que hacer amistades es un buen paso para enfrentarlo.

Es linda, incluso me parece un poco tierna con su torpeza y timidez. Su cabello es bastante ondulado a veces parece indomable, pero me gusta y su sonrisa es tan aniñada que me hace sonreír fácilmente. Pero aun con esa peculiaridad, ella es un millón de veces mejor compañía que Laurie nuestra odiosa, grosera y presumida compañera. No estoy segura siquiera de si le agrado a Laurie, o para el caso, si alguien lo hace.

— ¿Quieres aprobar el curso?

—Sí —Me rindo.

—Entonces ve con quien va a ayudarte. No le des más vueltas. No quieres atrasarte en la carrera.

—Es lo último que deseo —Solo de pensarlo casi me hace entrar en crisis.

— ¿Y estás bien? Llevas muchos días pareciendo preocupada.

—Lo estoy.

—Aquí estoy si necesitas hablar.

—Gracias, Avery —me acerco y le doy un apretón a su hombro, no le gustan los abrazos inesperados, la ponen nerviosa y rara—. Supongo que mejor me doy prisa. Llevo cinco minutos retrasada.

—Entonces corre.

Tomo mi bolso antes de, en efecto, salir corriendo. No sé cómo Jagger consiguió mi número, pero su mensaje de más temprano me dejó muy en claro el lugar donde espera verme. Un lugar donde alumnos suelen sentarse a relajarse en la grama. Cuando llego estoy jadeando y llevo quince minutos de retraso. Es fácil encontrarlo, está sentado sobre el pasto y su espalda está recargada de un árbol.

—Lamento llegar tarde —Me disculpo apenas soy consciente de que puede oírme.

—Nos quedan una hora y cuarenta y cinco minutos, es tu tiempo el que perdiste.

No digo nada, solo me dejo caer a su lado y tomo respiraciones profunda intentado calmar mi respiración afectada por la carrera.

» ¿Siempre que te agitas tu piel se sonroja? —pregunta de la nada. No sé por qué, pero esa declaración parece tener mucho doble sentido, y su pequeña sonrisa me lo confirma. Obvio la pregunta y saco de mi mochila mi cuaderno, un libro y el material de práctica.

Contradicciones (#1 El Negocio)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu