Capítulo XX: De lo malo emanará lo bueno

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Capítulo XX: De lo malo emanará lo bueno.

Dakota



Mi rostro tiene que ser muy transparente sobre la ira que estoy sintiendo. Estiro mis manos y sostengo con fuerza una de las hojas antes de tirar de ella, de la misma manera en que lo hago con otras. Es solo que son muchas, parece que ellas decoran las paredes.

Tengo un nudo en mi garganta, pero me prohíbo llorar, de hecho, no emito ningún sonido mientras hay celulares a mí alrededor, todos observan y murmuran, no les daré el placer de que mi malestar sea su espectáculo. Alguien, a mi lado, tira de varias hojas al mismo tiempo, destruyéndolas. Volteo y encuentro a Ben, me da un asentimiento acompañado de un ceño fruncido.

—Encárgate de este lado, yo tomo el otro.

—Gracias —Logro decir con una voz rasposa y ronca debido al llanto e impotencia que controlo.

Siento dolor por mi hermana. Por la imagen de Rose llevando únicamente bragas mientras está acostada boca abajo en una cama con su trasero al aire. Es la privacidad de Rose y un puñado de personas se siente con la dignidad y potestad de criticarla, fotografiar y reírse a su costa. Sí, estuvo mal que durmiera con su profesor, pero ¿Estuvo mal que tuviera sexo? ¿Qué decidiera por su cuerpo y ejerciera el poder de explorar su sexualidad?

No, no lo estuvo. Incluso si mi hermana hubiese querido tirarse a toda la universidad, no estaba mal. Porque es su maldito cuerpo y lo que pasa en su intimidad y con su vida sexual, es su asunto. Nadie tiene derecho a tomar su privacidad y mostrarla al mundo porque simplemente es un ser perverso que decidió odiarla.

Pueden decirme que desprecian a Rose por una u otra razón, pero nadie puede justificarme que le hagan esto a una persona, hombre o mujer. Que expongan con tal acto de humillación un momento privado.

Hago oídos sordos a los comentarios maliciosos y burlescos, me concentro en ver las hojas que arranco una y otra vez. ¿Cuántas de ellas hay? ¿Están en toda la universidad? ¿O solo en mi escuela seguir jugando conmigo? Una nueva persona se ubica a mi lado y pienso que se trata una vez más de Ben, pero alcanzo a ver el dorso una mano tatuada para descubrir que es Jagger. Alzo mi vista para observarlo, es mucho más rápido y contundente que yo arrancado toda esa porquería. Su semblante es muy serio.

Es evidente que muchas persona lo adoran, porque el que Jagger los arranque es de pronto un incentivo para que otras personas, la mayoría mujeres, comiencen a quitar los restantes. Es de ese modo como de una manera mucha más rápida las paredes consiguen ser limpiadas.

Tomo profundas respiraciones, siento la mano de Jagger en mi hombro. Alzo la vista para encontrarme con la suya y soy tomada absolutamente por sorpresa cuando toma mi rostro en sus manos y su boca cae sobre la mía. No es un beso suave o políticamente correcto en público. Él introduce su lengua en mi boca, mordisquea mi labio inferior y hace que un gemido ronco venga de mi garganta. No es un beso largo, pero basta con esa pequeña brecha del tiempo para dejarme con una respiración rara e irregular cuando se aleja. Besa mi sien antes de dirigir sus labios a mi oreja.

—Encontraré a este maldito bastardo, dulce. No llores, no lo dejes verte lastimarte. Solo quiere jugar con tu mente —susurra para que solo yo escuche.

Asiento, me da una leve sonrisa y atrae mi cuerpo al suyo para abrazarme. Recargo mi frente de su pecho; me ha tomado por sorpresa toda esta muestra de afecto público. No lo esperaba y sin embargo se siente tan bien, creo que su objetivo es demostrarme que sus palabras eran ciertas, que lo intenta y no le avergüenza o me esconde.

Contradicciones (#1 El Negocio)Where stories live. Discover now