Cada vez es peor.

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Elizabeth cuenta.

No logre dormir en toda la noche, a las cuatro no lo soporte, salí de mi habitación, agarre una bolsa de papas fritas y me puse a ver televisión, no pude prestar atención a la película que daba, quería que Andrew se aleje de mí. Pero si no lograba suceder eso tenía el plan de que después de que me den mi certificado de la maestría, buscaría un  trabajo, y cuando tenga el dinero que necesite, yo sería la que se aleje de él.

Pero por ahora como hago para que deje de quererme. Soy demasiado increíble como para que no lo haga.

Cuando me percate de la hora vi que ya eran las seis de la mañana, me levante directo para darme un baño y seguir pensando en cómo haría que él se aleje.

Cuando salí de mi habitación, la puerta de Andrew ya estaba abierta, me fije hacia la cocina y él estaba ahí, sentado con una taza de café en una mano y con su celular en la otra. Me miro, y luego volvió a su celular. ¡Me ignoro! Pues querido Andrew, ¡yo también te ignorare!

 Me pase de largo como si no existiera, saque una taza, me serví café, me hice una tostada y me senté delante del pero sin mirarlo, ni hablarle.

-¿Qué te pasa? -Al parecer no pudo ignorarme por más tiempo.

-¿A qué te refieres? -Pregunte inocentemente como si no supiera nada.

-¿Te acuerdas de lo que pasó ayer? -Me miro confundido.

- No ¿Tú si?

-¿No puedes contestar alguna de mis preguntas?

-¿Tú no puedes dejar de hacerlas?

-Elizabeth, ayer te dije algó importante y me ignoraste.-Su voz ya sonaba más dura, estaba enojado y en cierto modo me resultaba intimidante.

-¿Podemos dejarlo así?

-No, no quiero.

-Solo déjalo así. Y mejor si olvidas lo que dijiste ayer. Es más retractate.

-Me niego.

-¿Porque estas tan terco?

- Y tú porque con todos esos cambios de humor. ¿Qué te pasa?

-¿Que me pasa a mí?

- Ya lo entiendo. - Su rostro se relajó, ¿Qué demonios descubrió? -Estas en tus días. -Dijo de repente ¿Enserio creía eso?

-¡¿Qué?!

-Es cierto ¿verdad? -Si le decía que no, seguiríamos con esta ridícula discusión, si le digo que si todo será normal aun aunque sea uno de los momentos más vergonzosos de mi vida.

-Si...estoy en mis días. -Mis mejillas ardían, y el llevaba su sonrisa triunfadora. Odiaba perder una discusión.

-Por cierto, hubo problemas de trabajo y hoy viajo.

-¿Te vas?

- Volveré mañana. -Miro su reloj.- Se me hará tarde si no salgo ahora.

Se paró, camino hacia la puerta y levanto una pequeña maleta que estaba apoyada contra la pared. Yo lo seguí por detrás, abrió la puerta y antes de irse, se giró hacia mí, agarro mi rostro, beso mi frente, bajo sus labios a la altura de mi oído.

-Volveré antes de que tu cumpleaños termine. -Cerro la puerta yo me quede como una estatua ante lo que paso en tan solo unos minutos...ese era el poder que Andrew tenía sobre mí. Odiaba ese poder.

Cuando recobre el sentido me gire hacia el reloj, eran las ocho. De pronto el teléfono sonó, corrí a contestar y cuando lo hice una voz grito.

-¡Andrew! -Ese grito lo conozco, era Claire.

Déjame olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora