EL SILENCIO DE LA MAGA OSCURA

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La sala donde minutos antes había sido una fiesta llena de bailes, música, comida y de mucho vino; ahora el único color parecido al vino tinto que podían ver, era la sangre. Los cuerpos tirados en el suelo se amontonaban, la sangre en aquel suelo liso brillaba con fuerza. 

Rojan se mantenía al lado de un solo cuerpo, cogiéndolo con fuerza y desesperación. Su mujer había sido asesinada por uno de los magos oscuros. Sus lágrimas caían por su rostro sin querer detenerse. Addy y Cataline cayeron de rodillas junto a su padre, sosteniéndolo por los hombros. Gyford había perdido a su reina. En los próximos días las calles y castillo del reino de los dragones estarían de luto. 

Lyubov se encontraba sentada, arrinconada en una pared, observando el cuerpo muerto de un niño a sus pies, sin poder reaccionar, ni tan siquiera a los gritos de su madre buscándola. 

—¡La he encontrado madre! ¡Está aquí! —Miros se agachó hacia su hermana y desvió su mirada del niño muerto. —Mirame hermana. 

La princesa lo miró angustiada. Su hermano la abrazó transmitiéndole seguridad. Pero no quería sentirse segura, quería sentir la rabia de su interior, quería venganza. 

—Llevadla a su habitación. —Ordenó Sara a una de las sirvientas de la princesa. 

Las sirvientas cogieron a Lyubov y la llevaron fuera de la sala casi a arrastras. Antes de que pudieran sacarla del todo de allí, se cruzó con la mirada de aquella maga oscura, aquella maga que se había hecho pasar por una de las camareras. Aquella muchacha de ojos asustadizos. 



                                                                                              ҉   


—Quiero que la matéis hoy mismo David. —Rojan se encontraba en la sala de reuniones de Kalarra, acompañado por David, Marcus, Sasha, Edgar y Anatani. Además, de otros miembros de la corte de Kalarra. 

—Y yo quiero que mantengas la calma. Esa muchacha será interrogada primero. 

—Con tortura espero. 

David estaba incrédulo por lo que acababa de escuchar. 

—¿Desde cuando actuamos nosotros así? Será interrogada sin torturas, y después tendrá un juicio justo. Nosotros no somos como ellos y nunca lo seremos. 

—A veces los reyes tienen que ser más duros. Han matado a mi esposa. A Clarise. ¿Entiendes mi dolor? —el rey de Gyford sentía como todo su mundo se venía abajo. 

—Entiendo tu dolor Rojan, pero esa muchacha no ha matado a Clarise. Dbemos actuar y pensar con calma. —David colocó una mano sobre su hombro, mientras lo apretaba con delicadeza. 

Rojan se levantó de la silla y se dirigió hacia la puerta. 

—Rojan. —Anatani sentía su dolor y su rabia. 

—Estoy seguro que si hubiera sido Sara la asesinada, ya hubieras matado a esa maldita bruja. Me has traicionado como rey y como amigo. De ahora en adelante Gyford no apollará más a Kalarra. Ahorrate las invitaciones de cumpleaños, y las cartas pidiendo ayuda cuando los magos os vuelvan a atacar. 

—Rojan espera, vamos hablar tranquilamente —dijo Marcus preocupado por su amigo. 

—No hay nada de que hablar. Y si vosotros apoyais a este rey váis en contra de Gyford —fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta de un golpe tras de él. 

AYSIRIAL, LA NUEVA ERA. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora