AYSIRIAL, LA NUEVA ERA. ©

ALIANZA

La ceremonia iba a realizarse en la plaza principal de la ciudad de Kalarra. Lyu no había visto nunca a tanta gente junta en un mismo lugar. Todos vestían ropas de color negro, la ciudad entera estaba de luto. Guardaron más de cinco minutos de silencio con la mano sobre el pecho y los ojos cerrados, recordando a cada uno de los muertos. 

El oráculo empezó su discurso, pero la joven princesa apenas prestaba atención, más bien ideaba la forma de acercarse a los demás principes. No tardó en buscar la manera para colocarse justo al lado de su hermano. Él siempre era su primera opción. 

—Esto no puede quedarse así. 

—No será así hermanita. Te lo prometo. —Su hermano cogió su mano con dulzura. 

—He hablado con Malle, la maga oscura. Sabe como encontrar la forma de detenerlos. 

Miros soltó su mano sorprendido al escuchar sus palabras. 

—Estás loca. No debiste bajar allí tu sola. —dijo gritando en un susurro. 

Su madre los hizo callar con mala cara. 

—Mañana partiré con ella hacia Elilto. ¿Me acompañas?

—Esto es una locura, ni lo pienses. 

—Iré contigo o sin ti. 

Lyu iba a marcharse pero la mano de su hermano la detuvo. 

—Está bien. Espero que esto no termine por matarnos. 

—Necesitamos más acompañantes. —dijo la joven observando a los demás principes. 

Miros asintió conforme. No estaba dispuesto a viajar solo con una maga oscura y una hermana loca. 

Lyu fue hacia su próximo objetivo su amiga del alma, la princesa de Thiday, Liliana. Mientras que Miros se acercó a Hann, príncipe de Asgard. 

—Te necesito. 

—¿Que ocurre Lyu? 

—Miros y yo partimos mañana hacia Elilto, a buscar una forma de detener a los magos oscuros. 

—Os acompañaré —dijo con decisión. 

—No esperaba menos de ti. 

Ambas sonrieron. 

—¿Que pasa Miros?

—¿Te apuntas a una gran aventura? 

—¿Habrán luchas y grandes peligros? —balbuceó el chico.

—Creéme de eso no faltará. 

—Me apunto. 

De pronto el príncipe Addy se acercó a ambos. Había estado escuchando la conversación de Lyu con Liliana. 

—Yo también voy. Quiero venganza. 

Miros asintió mientras le colocaba una mano sobre el hombro de este. 

La ceremonia finalizó dejando libres unos farolillos, que subieron rápidamente al cielo ya oscuro. 

Todos los principes se reunieron rapidamente antes de marcharse. 

—A media noche entre la cúpula y el bosque —dijo Miros con firmeza. 

Todos asintieron. 

                                                                         ҉    

Hann se encargaba de tener los caballos listos, Liliana y Addy se encargarían de las provisiones. Miros le había tocado la tarea más complicada. Debía de sacar a Malle de las mazmorras.