To Love An Hybrid [Ao No Exorcist] [Rin Okumura x Lector]

Prólogo

[Esta historia está basada en los  dos OS que subí en mi libro "Soulmate", si eres nueva leyendo esta historia, recomiendo que leas los dos primeros, para entender un poco mejor la historia♥]

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Rin levantó la cabeza, cuando la puerta del almacén se abrió. El aroma a sangre y sudor golpeó su nariz, y arrugó la misma con asco. Aunque ahora que lo piensa, próximamente el estará en el mismo estado. Las peleas entre híbridos era una cosa muy común en el mundo subterráneo, donde muchos apostaban o simplemente vendían a los híbridos ganadores por una enorme cantidad de dinero. Aquellos que eran vendidos, terminaban trabajando con mafiosos o en actividades parecidas. 

El híbrido canino perdió la cuenta de cuánto tiempo lleva aquí, miro sus nudillos, completamente lastimados y con cicatrices pequeñas. Estaba dormitando, hasta que un baldazo de agua fría lo hizo quejarse en voz alta, levantándose de golpe. 

—Arriba, perro. Es hora de pelear. —dijo el cuidador, con un cigarro en su boca. Lo único que veía era el fuego del mismo, que cada vez que le daba una calada, iluminaba su rostro. Rin enseñó los dientes, los ojos azules brillando como dos llamas. —Bien, así me gusta. 

Lo sacó de la jaula jalando de su ropa, una camiseta blanca –aunque ya no es tan blanca como antes, está llena de suciedad y sangre seca.– y jeans gastados. Está completamente descalzo y con las dos manos atadas. Elevo las orejas, pasando entre otras jaulas, con demás híbridos. La mayoría de animales salvajes. 

Tigres, leones, osos. Cualquier tipo de animal fuerte terminaba allí. 

Rin no es un animal salvaje, pero parece uno. 

Es mitad perro y mitad lobo, pareciéndose más al último que al primero. Su hermano Yukio en cambio sí tiene aspecto de perro, y se encuentra agradecido de que el menor sea así. No quería imaginarse a Yukio en un lugar como este, nunca. Arrastro los pies, completamente agotado. Peleaba casi todos los días, y solo lo alimentaban lo suficiente como para mantenerlo vivo. 

Y mejor ni hablar sobre los baños. Baldazos de agua fría y ya. Ni jabon, ni shampoo. 

Observó su cola negra, solía ser tan esponjosa y suave, pero ahora está demacrada, con sangre seca en su pelaje. Pareciendo un pedazo de tela viejo. 

Lo liberó de las sogas que mantenían sus manos unidas y fue empujado a la arena. A su alrededor, hay gritos y gente golpeando las rejas. Aprecio sus uñas, llenas de mugre y largas, pareciendo garras. Cerró sus ojos, preguntándose cuando todo este sufrimiento acabaría. Quizá si se dejaba morir en pelea..

Levantó la cabeza e hizo una mueca. Enfrente suyo hay un híbrido zorro, con las orejas pegadas a su cabeza y la cola entre sus piernas, mirando hacia los lados, completamente confundido. Supo que lo trajeron aquí por su aspecto medio musculoso, pero en sus ojos verdes puede ver la inocencia y el miedo. 

Escucho el sonido de un silbato, indicando así que la pelea comenzaba. Rin se mantuvo en su lugar, con las manos dentro de los bolsillos gastados del jean. No quiere pelear, no quiere dañar a este niño. Porque claramente es un par de años menor que el.