Harry y Louis... bueno, la cagaron.
El día de su boda fue uno perfecto en la vida de Louis, al igual que cada día en el que ha podido referirse a Harry como su esposo. Solo hay un pequeño, muy pequeño problema...
Sus familias no saben que están casa...
Harry, sin ganas, se va con Anne y Gemma después de cenar. Aunque tienen un breve momento de alivio mientras Louis ayuda a Harry a bajar las valijas del baúl de Louis.
"Bueno, no estuvo tan mal," murmura, manteniendo su voz baja porque nunca sabes desde dónde te pueden estar vigilando un par de oídos indiscretos.
"Mhm," Harry asiente. "Sin contar el incidente que tuvimos con las flores. Lo siento, bebé."
"Fue culpa de ambos," Louis se encoje de hombros, tomando el último bolso para llevarlo adentro con él. "Te voy a extrañar esta noche, amor."
"Primer noche separados desde nuestra..." Harry se detiene, no siendo suficientemente valiente para decir la palabra estando todavía en la casa de Louis, pero su sonrisa lo dice todo. Incluso si tiene una pizca de decepción.
"Nos vemos en el desayuno, ¿sí?" Louis le pide, arriesgándose a acercar una mano al brazo de Harry para acariciarlo.
Harry simplemente asiente y le susurra que le enviará un mensaje.
"Harry, cariño, ¿estás listo?" pregunta Anne, caminando desde la puerta principal hasta su auto.
"¡En un segundo!" Harry le avisa para luego volver a bajar su tono de voz y decirle a Louis: "Llámame antes de dormir, Lou. Te amo."
"Lo haré," promete Louis. "Te amo también, bebé."
Con una última mirada de cómplices, Harry camina hacia el auto de su madre.
Louis pretende que no tiene ganas de correr detrás del auto para rogarle a Harry que se quede. Por Dios, vive a la vuelta de su casa, Louis tiene que empezar a calmarse un poco.
No se siente tan patético cuando ve a Harry dado vuelta en el asiento mirándolo hasta que el auto gira en la esquina.
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*
Después de voltear la almohada por décima vez, estira su brazo para tomar su teléfono que estaba en la mesita de luz. Cuando sus dedos logran desbloquearlo, lo acerca a su cara ara así ver la hora. Entrecerrando sus ojos por la luz llega a leer que son las tres de la mañana.
Ugh, estuvo en su cama por cuatro putas horas y todavía sigue despierto.
No es justo. Se siente muy frío sin Harry, sus brazos vacíos, y no le importa que estuviera en una cama de una plaza, sigue siendo muy grande para él solo.
Luego de debatir consigo mismo por unos minutos, se levanta de su cama, se pone sus Vans y un buzo para luego salir de su habitación y bajar las escaleras en puntitas de pie. Asegurándose de que tomó sus llaves y guardó el teléfono en su bolsillo, sale por la puerta principal y camina hasta la casa de Harry.
Por un momento consideró llamar a Harry o fijarse si la llave de repuesto seguía estando debajo de la planta de la entrada, pero finalmente decidió caminar por el costado de la casa y pararse debajo de la ventana de Harry.
