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Estaba furioso,  ninguna de esas niñas tenía esa pasión por ese deporte, a veces me dan ganas de tirar todo a la basura, aunque esto es lo que me apasiona, no me imagino mi vida sin esta profesión.
Por la gimnasia artística entre en conflictos con mis padres, especialmente con mi papá, quién nunca estuvo de acuerdo, decía que era una perdida de tiempo, que esto era para mujeres y otras ridiculeces más por esto de los estereotipos, quería que como la mayoría de padres siguiera sus pasos,pero jamás permití que sus palabras llegaran a mi, luché por lo que quisé y hoy soy Christopher Uckermann entrenador de gimnasia y no cualquier entrenador, soy uno de los mejores de este País, además profesor en uno de los colegios más exclusivos de México. En mi tiempo de gloria gané muchas medallas de oro y una que otra de plata.
Salí de mis pensamientos, estacioné mi coche y subí las escaleras hasta el quinto piso, y sí, el edificio tenía ascensor pero prefiero  ejercitarme. No me gustaba vivir ahí, en un departamento pequeño y tan elevado del piso, alguna vez le planteé la idea a Marina de comprar una casa más grande pero no aceptó, me dió un par de argumentos que ni al caso, igual siempre aceptaba lo que ella queria.
Llegué, quité mis zapatos,me recoste en el sofá, sintonicé en el televisor el canal de deportes y me dispuse a descansar, aproveché que no estaban ni Marina, ni Daniel, aún era temprano.

*********
Dulce...

Terminamos por hoy. Nos vemos el miércoles.

Las chicas se asean y se marchan pero prefiero quedarme otro rato.

— Dul, no crees que deberias de parar?, es un poco tarde.

Cuando noté que todas las chavas se habían ido, me acerqué a platicar con Valery.

¿Tu mamá?—posó su mano en mi hombro en señal de apoyo.
No necesitaba que dijera nada,  ella me conocía muy bien.

— Pues sí, antes de venir para acá discutí con ella y ahora desde que no trabaja esta más insoportable.

—Te entiendo, me quieres contar?

— No vale la pena, igual la dejé hablando sola. Ya sabes como es.

— Dulce,  tú sabes que te aprecio,  para mi eres una chica muy valiosa y te quiero mucho. No me gusta que estes así. Anda, ve y dúchate mi pequeña guerrera para que descanses, tus músculos necesitan relajarse.

— Gracias, te quiero,no sé que haría sin ti.

— Ni yo sin ti. Anda vé, no nos pongamos sentimentales.

Luego de salir del taller fuí hacia mi casa,  intenté esquivarla pero mi esfuerzo fue inútil, tan pronto escuchó la puerta su voz se hizo presente.

—¿Quién te crees para dejarme con la palabra en la boca, eh?

— Se me hacia tarde. Y para qué querías que te escuchará si ya sé lo que me ibas a decir, nunca tienes nada bueno que decirme! — Le digo molesta.

— Mucho cuidado como me hablas Dulce María!— Eleva la voz

Ya sé lo que se viene y no tengo ánimo para discutir,intenté alejarme pero me detuvo con un fuerte apretón en mi brazo, hizo que gire y la mire fijamente a los ojos.

— Te dejo todos los trastes para que los laves, además quiero que cuando regrese la casa este aseada y la cena este hecha.

—¿Pero cómo?, tengo que hacer mis tareas del colegio. —Si bajo más mi rendimiento la dirección del colegio no me dejará seguir en la gimnasia.

Como Estar Sin Ti © (Completa)Where stories live. Discover now