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¡ Maldita sea! ¡ Maldita sea! ¡ Maldita sea! Quiero que esto termine pronto.

Era tarde pero no me iba a separar de esa sala de emergencia, no sin saber que sucede con ella. Desde mi distancia veía al padre de Dul, se notaba mal. Me acerqué a la máquina de café por uno para ofrecerle a él.

- Ella saldrá bien, Dulce es fuerte. - Tiene que ser fuerte. Le extendí la taza de café y me senté a su lado.

Dionisio me observó con asombro, retiró la mano de su barbilla y se posicionó recto.

- Que pena profesor usted todavía aquí.

- Sí, no quiero dejarlo solo. - No sé donde esta la mamá de Dulce pero Dionisio estaba mal.

- No se preocupe, su familia debe de estar esperándolo. - Tanto él como yo intentábamos ser fuertes, él podía gritar su dolor a los cuatro vientos pero yo, yo no. Dejó la taza de café a un lado y se derrumbó frente a mi, lloraba y me abrazó.
- Mi niña. Mi niña. Si algo le sucede no sé que haré. Le correspondí el abrazo.

Ni yo tampoco. - Pensé. El doctor volvió para anunciar el estado de Dul, dijo que estaba estable y nos retiraramos a descansar, ya no había nada que hacer por esa noche.

~💚💚💚~

Dos días han pasado en los que ella ha estado en esa sala blanca iluminada por mucha luz pero donde mi Dul se encuentra apagada.
No ha despertado desde entonces pero al menos guardo el consuelo de que la intervención quirúrgica en su columna fue exitosa.

Suelo llegar después de las 3 de la tarde, espero sigiloso mientras que el padre de ella se va, siempre sale faltando quince minutos para esa hora, mi oportunidad en el día para verla.

Ingresé a esa sala, ella estaba ahí, débil, con sus ojos cerrados y moratones cubrían gran parte de su cuerpo. No pude sentirme más miserable, cerré mi puño y contuve las lágrimas. Tomé su mano cálida, la acaricié y deposité un beso en ella. Me senté a observarla sin lugar a duda no merecía esto.

- Dulce, mi amor ponte bien. Si me vas a odiar no me importa pero quiero verte abrir los ojos, quiero oirte hablar aunque sea para decirme todo lo que merezco, quiero que te levantes de esa cama. Necesito verte llenar tu pupitre en el salón, me haces falta. ¡ Joder! Dulce! Ya no me hagas esto.

Nada. Nada. Ni un movimiento. Nada, solo el horroroso sonido de esos aparatos que mientras no empiecen a sonar como locos quiere decir que ella esta bien. Los recuerdos son mi alivio y mi tortura. Risas. Berrinches. Locuras. Lágrimas.

*****
- ¿ Prometeme algo?

- ¿ Qué ?

- Que siempre estarás conmigo.

Estás raro Christopher pero claro que siempre estaré contigo sin importar la hora, el lugar o la vida, porque te amo....

~💙💙💙~

Llevaba exactamente media hora con ella y podía pasar así todo el día, recosté mi cabeza en su pecho, los latidos de su corazón eran fuertes.

******
Mucho gusto, soy Marina Dosantos, esposa de Christopher.

******
Se movió. Ví lágrimas en su rostro y negación con su cabeza.

- No...No...

Su respiración acelerada.

- ¡Dul! Reacciona. Dul.

- ¡Vete! ¡Vete! -  Se seguía removiendo pero no abría los ojos. - Un aparato de esos empezó a sonar o varios de ellos no sé, solo salí en busca de un doctor.

Mientras esperaba me mordía las uñas. Sentí algo de alivio al volver a escuchar su voz. Eso quiere decir que tal vez despierte.

Ya había pasado un largo rato, el doctor salió.

- ¿ Qué sucedió? ¿ Cómo esta ella?

- Despertó. Esta confundida pero estable.

- ¿ Puedo verla?- Mi sonrisa regresó, un sentimiento de felicidad invadió todo mi cuerpo.

- No sé si ella quiera verte, verás creo que al recordarte se altera. Lo mejor será que la dejes descansar y regreses otro día.

Comprendí la posición del doctor, en el fondo sabía que quizá el verme ahora a Dul no le hará bien, aunque me muera por mirar otra vez sus ojos, la voy a esperar. - Llamé al padre de ella, el señor se lo agradecerá mucho.

~💜💜💜~

Sebastián no dejaba de pensar en lo mal que estaba Christopher y más después del accidente de Dul, decidió hablar con Marina una última vez para hacerla recapacitar sobre dejarlo ver al niño. Christopher era su amigo de toda la vida prácticamente su hermano.

Aparcó su coche fuera del antiguo edificio donde su amigo vivía, buscaba las palabras correctas para llegarle a esa mujer, estaba a punto de abrir la puerta y algo llamó su atención. ¡Marina! Esa mujer era Marina, estaba con otro hombre. Vaya sorpresa que se llevó cuando él la sujetó de la cintura y luego le depositó un beso en los labios. No lo podía creer, sonrío, al fin se le caería la máscara. Tomó su celular y aprovechó el clímax de acción del momento para hacer varias capturas con las cuales Christopher podía salir muy bien librado del divorcio y con la custodia de su hijo.

💙•💜•💚•💛

Gente bonita espero leernos pronto 😉😊

💌 DM 💋

Como Estar Sin Ti © (Completa)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz