LA CASA DEL AHORCADO (KTH)

SU NOMBRE

CAPÍTULO DOS

El evento acabo, así que salimos a caminar por las calles y nos sentamos en las bancas de un parque que estaba a unas cuadras del  edificio donde fue el evento. Las personas que caminaban por ese sitio nos observaban tomados de las manos, estaba nerviosa, era como si mirarán una pareja de famosos, que extraño.
Unos minutos después, soltó mi mano bruscamente para cubrirse el rostro con su chaqueta, ya que estaban pasando unas chicas haciendo mucho ruido, miré al chico escondiéndose, él me miró y captó mi curiosidad.

-Así que era por eso que tenía el cubrebocas, ¿Le tiene miedo a las mujeres?... espera... ¡Yo soy mujer!, o quizás sólo se está escondiendo de ese grupo de chicas en especial... yo misma lo haría, dan miedo con sólo escucharlas y mirarlas. Y ahora que lo recuerdo, él y sus amigos estaban ocultándose... por cierto, ¿Dónde estarán ahora?- Pensé, mientras lo miraba. El grupo de chicas se fue alejando, así que por fin dejó de ocultarse y puso su mirada en mí.

-Lo siento, no deben reconocerme- Lo dijo de manera seria. Lo miré sorprendida, en todo el día no lo había escuchado hablar, sólo su risa... y por la cual creí que su voz era grave, y así fue, era profunda... tanto, que me hizo sentir un escalofrío.

-Está bien, no te preocupes, pero... ¿Quién eres exactamente?, hemos estado todo el día juntos y aún no me has dicho tu nombre- Lo miré a los ojos... Tiene una mirada tranquila y profunda, aunque tenga puestas unas lentillas de color gris, me gustaría ver su color natural.
Me miró un poco nervioso.

- ...Tae- Dijo. Tomó su tiempo en contestar, lo miré estudiando cada parte de su lindo rostro, al parecer tiene un lindo lunar en su nariz, su labio y otro más debajo de su ojo.
Lindo, lindo.

-Mucho gusto, Tae. Tienes un lindo nombre- Le dije mientras sonreía. Él se sonrojo por mí comentario.
-Alto, ¿Qué demonios estoy haciendo?, estoy actuando extrañamente, bueno, en todo el día lo he hecho- Pensé, esa palabra es lo más común que escuchó en mi vida, "extraño".

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Después de un rato, nos fuimos del parque. Continuábamos caminando tomados de la mano, era agradable esa sensación de paz y protección.
Nos detuvimos a mirar la puesta de sol, que era enorme, con un cielo pintado en tonos naranjas, azules y otros más. Había un silencio entre nosotros, pero esos que son muy cómodos, sólo silencio... hasta que Tae lo rompió soltando mi mano de golpe.

-Es un hermoso atardecer- Dijo mientras sonreía con un leve sonrojo en sus mejillas.
Sacó el celular de su bolsillo para tomar fotos de esa linda puesta de sol, estaba tan concentrado que sus labios estaban levemente entre abiertos al tomar las fotografías.

Lo observaba analizando cada uno de los gestos que hacía, era interesante mirarlos... Con cada foto que sacaba, cambiaba su expresión de un extremo a otro, un chico lindo y algo extraño. Me gusta.

-Listo- Dijo guardando su celular en su bolsillo.
Se colocó frente a mí, a lo cual repetí su acción. Nos tomamos de ambas manos y nos miramos mutuamente, poco a poco nuestros rostros estaban acercándose, teniendo una batalla de miradas y de vez en cuando, un corto vistazo hacia los labios de cada uno.
Cerré mis ojos para caer en una rotunda paz interior, pero ésta terminó cuando el chico frente a mí, me regaló un lindo beso en la frente. Nos separamos lentamente para unirnos en un cálido abrazo.

- Tae...- Dije en un largo suspiro, después de pronunciar su lindo nombre. Él me abrazó un poco fuerte sin lastimarme.

- ¿Qué sucede?- Nos separamos un poco para poder vernos al rostro, pero un sonido interrumpió el "Mágico momento"... Mi estómago hacía ruido.

-Tengo hambre- Miré hacia otro lado, avergonzada con mis mejillas sonrojadas. Necesitaba evitar su linda mirada.

-Por supuesto, no he comido en varios días, así que era más que obvio que mi estómago haría sonidos extraños. Maldita hambre- Pensé.

Tae tomó mi mano mientras me sonreía y comenzó a guiarme hacia la ciudad.

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Llegamos a una cafetería con una hermosa decoración de luces para llamar la atención de los  clientes que visitaban dicho local.
En la recepción, una señorita nos sonrió y nos condujo a una mesa cerca de una ventana enorme que daba hacia la calle. Muchas personas en la calle miraban el local, noté a Tae un poco... inquieto y nervioso.

-¿Qué te parece si vamos al fondo?, los sillones parecen ser más cómodos- Dijo mientras apuntaba hacia esa dirección. Sólo asentí y nos levantamos para ir a ese sitio.
Estaba actuando extraño, tal vez no le gusta que lo vean ó tal vez no quiere que lo reconozcan... Como hace rato en el parque.