UN MAL MOMENTO

31 2 0
                                    

CAPÍTULO TRES

Tomamos asiento y nos trajeron nuestro pedido, yo pedí un frappé y unos pastelillos, mientras que Tae sólo un café y una dona de chocolate.

Noté como unas chicas nos estaban mirando y susurrándose entre sí. Una de ellas se levantó de su lugar y comenzó a buscar algo desesperadamente en su bolso, cuando de repente  ésta sacó una cámara. Así que cubrí rápidamente mi rostro para que no saliera en la foto.

-¡Pero que falta de respeto tomar fotografías a personas sin su permiso!- Pensé mientras cubría mi rostro.

Ambos escuchamos el sonido de la cámara al tomar la fotografía. Tae soltó el cubierto de sus manos mirándome con preocupación, se levantó y sacó su cartera, dejó unos cuantos billetes en la mesa y tomó mi mano sólo para que saliéramos corriendo de la cafetería.

-¿¡Qué demonios es ese ruido!?- Dije, mientras corríamos mirando hacia la cafetería de la cual habíamos salido huyendo.
Un gran grupo de chicas salía del establecimiento, gritando y corriendo hacia nosotros.

Corrimos lo más que pudimos hasta que llegamos a un parque. Desesperados porque no nos encontraran, trepamos un árbol muy grande.
Al encontrarnos en buena altura,  escuchábamos aún los gritos y Tae se aferraba a una rama. Mientras buscaba la causa de ese ruido, yo hacía lo mismo.

----___------____---___---____-----____---___-

Dos horas han pasado tras lo ocurrido y seguimos arriba del árbol. Mi pierna comenzaba a entumecerse, lo cual causó que me resbalara, así asustando a Tae y por supuesto a mí.
Por suerte, pude aferrarme a una rama antes de caer, esperando a que ésta no se rompiera, ya que si lo hacia, caería desde lo alto.

-¡Aguanta un poco más, ya voy!- Gritó mientras avanzaba lo más rápido que podía  hacia mí. Estaba desesperado y con una expresión de preocupación.

-¡Tae, ayúdame!, ¡Ya no resisto!- Grité mientras trataba de aferrarme a más ramas con mis manos que estaban por romperse. Cuando de pronto, la rama donde estaba apoyada se rompió. Así mismo, estaba cayendo hacia una probable muerte, pero Tae alcanzó mi mano antes.

-¡Te tengo!- Gritó mientras tomaba mi mano con fuerza.

No me dan miedo las alturas, pero ahora mismo sentía ese temor a morir.
Tae con mucha fuerza logró subirme, y una vez que nos acomodamos en una rama, abracé a Tae con mucha fuerza.

-Tranquila, ya pasó- Dijo correspondiendo a mi abrazo y acariciando mi espalda suavemente con su mano.

-Es mejor que bajemos de aquí ahora. ¿No lo crees?- Dije mientras nos separábamos.

-Me parece buena idea, te ayudaré a bajar- Dijo tomando mi mano, para después dedicarme una sonrisa.

-Está bien... no te preocupes, puedo hacerlo sola- Dije mientras sonreía. Él sólo asintió y comenzamos a bajar del árbol.

Cuando por fin Tae pudo bajar del árbol, notó algo.
-¡Ahh mi camiseta está rota!- Dijo casi gritando, mientras que yo miraba lo ocurrido en su camiseta.

Ésta quedó atorada en una rama y Tae no podía bajar, no hasta que decidió romperla al igual que su camisa, dejándo así a la vista una parte de su abdomen... Que al parecer está ejercitado.
Yo sólo reía por lo ocurrido mientras que Tae se cubría el abdomen con su brazo. Él me miro molesto y comenzó acercase a mí, moviendo sus manos en forma de garritas.

-¡Ohh no, cosquillas no!- Grité mientras corría y él venía tras de mí.
Corrimos unos minutos, pero después paramos suplicando por la falta de aire.

-Está bien... no te... haré... cosquillas...- Dijo de forma agitada mientras caía al césped de rodillas.

-¡Ah!, ¡Gané!- Dije colocándome en una posición de victoria. Él me miró y comenzamos a reírnos.
Hemos tenido un mal rato... pero esto lo recompensa todo.

De pronto un sonido terminó con nuestras risas...

LA CASA DEL AHORCADO (KTH)  Where stories live. Discover now