La Espada de Oro (Los Elegidos #1)

Capítulo 16

Les invito a que se pasen a leer esta obra de Lucas_tiene_hambre llamada "El Cetro de Calleja". Tiene pocos capítulos, pero hasta ahora la trama va interesante. Aquí el link por si quieren entrar.

http://www.wattpad.com/story/16148359-el-cetro-de-calleja

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Mi padre y yo corríamos por un parque. Los árboles me parecían enormes en ese entomces, ya que tenía como cinco años.

Corrí hacia un árbol y traté de subir la primera rama. Y como no lo logré, mi padre me ayudó. Me senté con la espalda en el tronco, con cuidado de no caerme. Y, viemdo hacia el frente, la vista era genial (apesar de ser un simple parque). Mi padre y yo comenzamos a hablar, hasta que dijo que iría a no sé dónde. Como él se fue, yo me moví y traté de bajarme para seguirlo, pero la rama era muy alta (para mí), y uno de mis pies resbaló y me cai hacia uno de los lados de la rama, pero yo me abracé a ella, dejando mis pies colgando. Llamé a mi papá, pero no venía. No tenía ni idea de dónde demonios estaba, y eso me preocupaba. Excepto que, cuando mis brazos no podían más, mi padre llegó como si fuese Superman o Flash. Se posicionó debajo de mí y me atrapó cuando caí.

Recuerdo que estaba muy asustado, estaba temblando e incluso llorando. También recuerdo que mi papá me tranquilizaba diciéndome frases como "ya pasó" o "ya estoy aquí". De ese día hay una que recuerdo muy bien:

-Tranquilo. Si estás en peligro, yo estaré ahí para salvarte.

Y mi papá cumplió con su palabra. Cada vez que algo me hacía daño, él me protegía.

Pero este no era uno de esos casos.

Y ya no lo sería.

Yo corriendo por un bosque, con las hojas en el suelo, las raíces sobresaliendo de la tierra, con nieve en algunas partes y una especie de objeto volador no identificado era una situación que me pone en peligro que es muy, pero que muy poco probable de ayudar.

Tenía mucho miedo y estaba cansado. El golpe contra el suelo me había desconcertado y la adrenalina que unos minutos antes sentía se había esfumado, por lo tanto, me veía como un idiota corriendo mientras agitaba los brazos como si quisiera espantar algún insecto.

No tenía idea alguna de qué demonios era eso. Parecía un producto de mi loca imaginación, mas no lo era. Había sentido su mano en mi garganta y sus manos al agarrar mi camisa. Todo era tan real e irreal al mismo tiempo.

Justo entonces algo golpeó mi espalda, tirándome al suelo. Unos siseos y gruñidos se escucharon encima de mi cabeza, y cuando menos me los esperaba, algo agarró mi tobillo.

Me habían atrapado.

Comenzaron a arrastrame por el suelo con rapidez. Yo retorcía la pierna para soltarme del agarre, pero no lo lograba. Enterré los dedos en algún lugar donde supuestamente había tierra, pero al hacerlo, sólo conseguía dejar un rastro donde mis dedos habían estado.

-¡Suéltame! -grité, pero no funcionó. Al menos debía de intentarlo.

La velocidad empezó a aumentar, y el roce con el suelo comenzaba a lastimarme el abdomen. Traté de voltearme, pero el agarre era tan fuerte que al hacerlo me torcía el pie. La pierna agarrada se elevó unos centímetros y supe que se estaban elevando. Una estela de humo negro apareció encima de mi cabeza y sentí un tirón en mi pierna. La velocidad aumentó y ahora parecía que corría por el suelo en reversa. Pronto estaría volando por los cielos de cabeza.

Tenía que hacer algo. Ya tenía la pierna en el aire y me lastimaba. Miré el suelo a unos cinco centímetros de él y solo había nieve, hojas secas y tierra. Nada me servía, aunque...