Chapter 2

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a thecellarfloor  y esta historia fue beteada por Miss Lefroy Fraser.

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Draco tiraba con fuerza de ella, sosteniendo sus muñecas con una sola mano, impidiéndole soltarse. Hermione no podía creer la fuerza que tenía. La metió dentro de un aula vacía y cerró la puerta detrás de ellos, dejándola indefensa.

Una vez que vio en liberada sus manos, la chica castaña no perdió tiempo y tomó su varita, apuntándola a su pecho.

Él simplemente se quedó allí, como si nada estuviese ocurriendo.

—No sé qué es lo que estás tramando, Malfoy, pero debes detenerte ahora mismo —le dijo alzando su voz debido a la ira e irritación—. ¿Crees que puedes golpear a alguien y luego actuar como si nada hubiera pasado? ¿Crees que puedes librarte de esta? No sé porquéBlaise no dijo nada. Es obvio que lo tienes amenazado de alguna forma, ¿pero el resto de los que te vieron golpearlo? ¡Eso es ridículo! ¡No pueden tenerte miedo! ¡No todos! ¡T-tú les hiciste algo!

Podía sentir la ira creciendo en su pecho, así que la dejó libre. Había estado encerrada en su mente por un buen tiempo. Cuando el chico rubio no respondió, decidió continuar:

—¿Y luego, qué? ¿Me besuqueas frente a todo el mundo' ¡Merlín! que diablos te ocurre.

—¿Terminaste? —le preguntó con tono de aburrimiento.

Las palabras murieron en la garganta de la chica castaña. El efecto que él tenía sobre ella era aterrador. ¿Qué era lo que tenía que la hacía sentirse tan insegura de sí misma? Una palabra había sido suficiente para aturdirla al punto de quedarse sin palabras.

—No sabes nada, amor —dijo lentamente; nuevamente hablaba como si estuviera dirigiéndose a una niña, a alguien que no entendía. Hermione sintió la ira bullir nuevamente.

—¡Malfoy, deja de hablarme como si fuera pequeña! —Ahora tenía su varita presionada sobre su pecho, amenazándolo. Draco ni siquiera demostró molestia alguna—. ¡Sé muy bien cómo no tolerar tus acciones!

—Lo cual es estúpido, si me lo preguntas —dijo arrastrando las palabras con pereza.

—Pues bien, nadie te lo está preguntando, maldito.

—¿No lo estás, Granger? —la interrumpió. Avanzó un paso hacia adelante, al mismo tiempo que Hermione retrocedía dos. Su expresión había cambiado de aburrimiento a una de diversión, y estaba mirándola como a una presa—. Me refiero a si estás asustada.

—No —dijo automáticamente. Nunca le admitiría que lo estaba. A pesar de ello, su voz se quebró ligeramente, y, casi sin proponérselo, se apartó otro paso.

Definitivamente, no.

De repente, la tomó por los hombros y la golpeó violentamente contra la puerta, haciéndola soltar un gritito de dolor. Draco golpeó su mano izquierda contra la puerta a un lado de la cabeza de la chica castaña, sonando fuertemente y sobresaltándola.

Todo había pasado tan rápido que ella apenas pudo reaccionar y vio su varita rodando por el suelo, lejos de su alcance. Ahora sí comenzaba a sentir el pánico apoderándose de ella. Hermione trató de alejarlo, pero el chico rubio volvió a empujarla nuevamente contra la puerta, solo que esta vez con más violencia.

—Tienes que dejar de hacer esto, Granger —dijo, rozando su mejilla con su fría mano, haciéndola apartarse instintivamente del contacto—. No puedes ser tan vulnerable todo el tiempo.

Sus hermosos y aterradores ojosWhere stories live. Discover now