Chapter 12

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a thecellarfloor  y esta historia fue beteada por AliciaBlackM.

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Los mortífagos se enfrentan a la pena de muerte.

Hermione inmediatamente miró por a la mesa de Slytherin después de leer el titular. Ya estaba de pie y corría hacia las puertas. Ella se apresuró a levantarse de su asiento y lo siguió, ignorando la mirada curiosa de Harry mientras se marchaba.

Blaise rompió un jarrón contra la pared de su sala común, agitó su varita para arreglarlo, luego descuidadamente y con enojo lo arrojó de nuevo.

No levantó la mirada cuando ella entró.

—Esto es todo culpa de Potter, ya sabes —dijo con vehemencia, lanzando el jarrón con tanta fuerza que saltó ante el sonido. Nunca antes lo había visto tan enojado—. Me importaría una mierda lo que le pasó a papito querido, pero mi madre...

—No puedes culpar a Harry —indicó Hermione en voz baja.

Blaise rió amargamente. —Potter acusó a mi madre de crímenes que ella nunca cometió.

Hermione lo miró con incredulidad. Quería consolarlo hace un rato, pero parecía que no necesitaba consuelo después de todo. Estaba demasiado enfadado en ese momento.

—Ni siquiera estuvimos aquí durante la guerra, vamos, pregúntale, tal vez entonces sabrás que no es un santo después de todo.

Salió de la sala común y cerró la puerta.

—Sabías que iba a suceder algún día —Draco dijo. Estaba sentado casualmente en el sofá cuando Blaise llegó a la sala común de Slytherin. Pansy estaba detrás de su silla, masajeando sus hombros. Draco estaba practicando un hechizo oscuro en un desafortunado chico de tercer año que estaba de rodillas, gritando, pero sin hacer sonido y agarrándose la cabeza desesperadamente.

Cada Slytherin que pasaba, apresuraba el paso y no se atrevían a mirar a Draco a los ojos.

—¿Qué hechizo es ese? —Blaise preguntó, sin molestarse en mirar el pobre niño de tercer año mientras ocupaba una silla vacía junto a Draco. No aprobaba la crueldad de Draco, pero era inútil intentar detenerlo de todos modos.

—Timor —respondió Draco, perezosamente—. Fascinante hechizo, es el miedo, puede abrir la mente, hacer que vea lo que más teme, una y otra vez.

—¿Algunos efectos secundarios que deba saber?

—Esa es la belleza. —Draco sonrió. Pansy soltó una risita—. No hay ninguno. —Entonces levantó la maldición, el de tercer año se desmayó—. ¿Cómo está tu madre?

—Está a punto de morir. —Apretó los puños. No quería más que sacar toda su rabia contra Potter. Iba a asegurarse de que muriera—. Pero no hablemos de eso, vamos a hablar de tu cumpleaños.

—Por qué Blaise, no sabía que te preocupas —Draco soltó sarcásticamente—. Si por alguna razón desafortunada este plan fallara, yo iré con el plan B. —Blaise sacudió la cabeza.

—No, no, no hay plan B. —Hizo una mueca ante la idea de que Hermione fuera obligada a casarse. Se preguntó qué iba a hacer para protegerse.

Sería una gran batalla la de Hermione y Draco. Blaise le habló de la piedra porque no quería que ella lo enfrentara desprevenida.

Sus hermosos y aterradores ojosWhere stories live. Discover now