CAPITULO 9

8.4K 488 47
                                    


-. Señorita buen día – dice con picardía y una gran sonrisa

-. Buen día Señor Alcántara – respondo de manera formal pues me siento apenada luego de la manera en la que nos miramos

-. Déjeme decirle que está usted realmente hermosa el día de hoy, me temo que seré el hombre más envidiado del día, claro después de vuestro prometido – dice y mi sonrisa se borra con la sola mención de ese personaje, el parece notarlo y dulcifica su mirada – lo siento no pretendía molestar

-. No te preocupes, pero si no es mucha molestia me gustaría poder desayunar antes de tener que tocar ese tema – digo con una sonrisa y el asiente – bien, entonces vamos

Salimos de mi casa pero al llegar a la calle no veo ningún auto sino una hermosa moto negra así que le miro totalmente intrigada pues no esperaba esto...

-. Mi llamada de anoche era para que supieras que mi auto estaba en el taller y que iríamos en moto pero no me diste oportunidad y en serio me alegro de que lleves vaqueros – dice mientras recorre una vez más mi atuendo con su mirada – pero si no te parece podemos usar el tuyo o pedir un taxi yo no tengo problemas con eso – finaliza

-. Eh... bueno para ser franca me sorprendes no pensé que usaras moto, pero si me encantaría ir en ella, sabes no soy tan frágil como piensas – respondo con una sonrisa de suficiencia

-. Jamás pensaría eso – responde divertido – bueno es hora de irnos no se tu pero yo muero de hambre y donde pienso ir es un poco retirado, así que vamos este es vuestro casco - me entrega un bonito casco azul metálico y él se coloca uno igual, una vez listos montamos la moto y partimos a donde sea que planea llevarme a desayunar ya que él nunca me dijo y ni yo le pregunte ahora que lo pienso

-. Diego ¿Dónde desayunaremos? – pregunto sobre el ruido del motor al ver que nos dirigimos a las afueras de la ciudad

-. Ya verás no te preocupes solo es un pequeño secuestro – responde acelerando un poco mas – solo disfruta del paisaje – bien eso lo puedo hacer pienso

Durante aproximadamente unos 30 minutos recorremos la vía que rodea la montaña, animada disfruto de la vista que nos regala la altura; por un momento me permito soñar con la idea de que soy libre de todos mis compromisos y que recorro el camino acompañada por un hombre que amo y que me ama. Respiro con tranquilidad abrazando a quien me permite vivir esta aventura olvidándome por completo que es Diego, imaginando lo feliz que podría ser pero de pronto siento como acarician mi mano y despierto de mi pequeña ensoñación

-. Me alegra saber que disfrutas del camino, pensé que te gustaría alejarte de todo el estrés que tienes a vuestro alrededor, imagino que todo lo que estas pasando te debe tener muy agotada así que pensé que sería buena idea – dice y asiento pues aunque no nos conocemos desde hace mucho ha conseguido que me relaje y pueda dejar mis problemas a un lado aunque solo sea por un rato, pero eso me hace tener un poco de tranquilidad que es lo que realmente he estado ansiando tener estos días

-. Gracias esto es realmente relajante – respiro el aire fresco de la montaña y me relajo un poco más, unos minutos más tarde nos detenemos y al abrir los ojos me encuentro una de las mejores vistas panorámicas que he visto en mi vida; Diego me ha traído a lo que parece ser una pequeña bahía privada

-. ¿Os gusta? – pregunta y lo único que consigo hacer es asentir, el paisaje que tengo frente mi me ha dejado sin palabras; me ayuda a bajar de la moto y le entrego el casco – me alegra que os guste, yo siempre que necesito relajarme vengo a este lugar; lo descubrí cuando mi madre murió, recuerdo que la prensa no me dejaba en paz y no quería saber de nada ni de nadie así que simplemente monte mi moto y conduje durante horas pero cuando llegue aquí no pude evitar no detenerme – dice con una sonrisa apagada recordando ese momento supongo y puedo entender que la debe de extrañar tanto como yo extraño a mi padre - ¿ves aquel Velero junto al muelle? – pregunta nuevamente y es ahora cuando me fijo n él, la verdad es impresionante es de color caoba con blanco muy elegante asiento nuevamente – vaya parece que os habéis quedado muda – bromea – bien, ya que es allí donde vamos a desayunar señorita

-. ¿Es en serio? – pregunto asombrada una vez que recupero mi voz, jamás espere algo como esto siempre me han gustado pero debido a mis ocupaciones nunca he contado con el suficiente tiempo como para tomarme un tiempo para mí y hacer lo que me guste; el asiente con una enorme sonrisa la cual me contagia, me toma de la mano para guiarme y yo más que encantada me dejo llevar

Mientras caminamos hacia el pequeño muelle noto una hermosa casa a unos cuantos metros de la orilla de la playa, tiene unos hermosos ventanales los cuales van desde el suelo hasta el techo e imagino que desde adentro proporciona una hermosa vista del mar al amanecer y al atardecer, diego lo nota y sonríe de medio lado como si ocultara algo, intento ignorarlo pero una vez que veo sus hermosos ojos azules se me hace totalmente difícil apartar la vista de él...

-. Si me sigues viendo de esa manera me pondrás nervioso - dice y ciento el calor en mis mejillas – Te ves hermosa cuando te sonrojas

-. Eh... gracias – respondo apenada así que cambio de tema – te diré que me has dejado completamente impresionada pensé que iríamos a desayunar en una cafetería o algo por el estilo

-. ¿Tan básico y predecible creéis que soy? – pregunta ofendido y siento como el color abandona mi rostro jamás pensaría eso de él y lo menos quería era ofenderlo

-. No Diego, para nada es solo que como era un desayuno de trabajo no pensé que me traerías a un lugar como este – respondo apenada por haberle ofendido

-. Ali, el que sea un desayuno de trabajo no quiere decir que tenga que ser el típico desayuno predecible y aunque no con todos mis clientes hago este tipo de cosas me tome la libertad contigo pues después de lo que escuche anoche asumí que necesitabas un respiro lejos de todo, como te dije antes; además notaras que suelo ser muchas cosas pero predecible no es una de ellas

-. Oh si ya lo veo – respondo con una sonrisa y vuelvo a dirigir mi mirada hacia la casa – Diego ¿esa casa de quién es? – la mira y sonríe

-. Es mía, yo la diseñe y la construí, para ser franco después de que mi madre murió, como te dije, solo quería alejarme de todo y cuando encontré este lugar me brindo tanta paz, así que hice algunas llamadas y lo pude comprar y privatizar por un muy buen precio, casi nadie sabe que existe esta bahía, solo los locales – dice dejándome nuevamente impresionada

-. ¿Quieres decir que todo este lugar es tuyo?

-. Si, así es, claro que sigue siendo del estado pero solo que es como mi pequeño rincón privado del mundo – responde con una gran sonrisa – aquí puedo olvidarme de todo cuando me siento abrumado o cuando tengo que hacer algún diseño pero muy pocas veces traigo el trabajo a este lugar ya que es como mi santuario y no lo quiero contaminar con las cargas del día a día

-. Oh bueno ahora si puedo dar fe de que eres una caja llena de sorpresas en definitiva no eres nada predecible – digo y el suelta una carcajada

-. Ves, te lo dije bueno si tienes suerte y te portas bien puede que te lleve a dar una vuelta por la bahía y luego te muestre la casa – dice guiñando uno de sus hermosos ojos – bueno ahora si bienvenida a bordo señorita

-. Gracias caballero...

Eras Tú - EditandoWhere stories live. Discover now