Epílogo

7.6K 395 43
                                    

Elizabeth Alcántara West

-. Mi niño, mi precioso niño, he sido la peor de las madres y merezco vivir con tu odio y desprecio, pero no podría vivir sabiendo que estás muerto, tienes que luchar, aún tienes una vida por vivir, una hermosa mujer que te ama y sé que tú hermano esta sufriendo, tienes que luchar por ellos hijo y si deseas que me aleje de ti con todo el dolor de mi alma lo haré - juro - pero tienes que luchar - sollozo

A pesar de todos los años que me hice pasar por muerta siempre estuve al pendiente de ellos, sufrí al saber que les estaba arruinando la vida, llore con ellos desde la distancia cada vez que iban a mi tumba porque sabía que les hacía falta y en más de una ocasión estuve por acercarme y decirles que estaba viva, pero había hecho una promesa y no podía romperla, aunque me estaba consumiendo por dentro yo tenía que cumplir su deseo...

-. Madre tienes que descansar no puedes seguir aquí llevas tres días sin separarte de Alejandro - insiste Alexander y vuelvo a negar

-. Alexander yo sé bien que ninguno de ustedes me quiere tener cerca pero no puedo volver abandonarlo, no en ese estado - quiere decir algo pero niega y guarda silencio - les prometo que en cuanto despierte y vea que este bien, si así lo desean yo me volveré a desaparecer - murmuró y veo miedo en su mirada

-. No, no tienes que alejarte, ni nada de eso, solo... Solo necesitamos tiempo para poder asimilar tantas cosas - se inclina y coloca su cálida mano en mi mejilla - estoy consciente de que la actitud que hemos tenido estos días para contigo no ha sido la de los mejores hijos pero es que tenemos muchos demonios contra que luchar, pero no dudes mamá que te amamos y que te queremos muy cerca de nosotros - dice con ternura limpiando el rastro de mis lágrimas

***

Alice M. West

-. Bueno ya todo está listo para la cesárea - informa el doctor y me llevan al quirófano, Alexander está a mi lado sosteniendo mi mano y mirándome con amor

Sé que cuando comenzamos no fue algo fácil, jamás pensé que llegaría a enamorarme y a ser tan feliz con el hombre que me forzó a ser su esposa, nuestra relación ha pasado por momentos difíciles, así como por momentos llenos de felicidad, cuatro meses atrás pensé que no llegaría a este momento, pero gracias a Diego Alejandro todo salió bien, claro que nos llevamos un susto de muerte, todos teníamos miedo y la recuperación de Alejandro fue tardía, la boda había sido aplazada por obvias razones y cuando se planteó de nuevo la fecha se llegó al acuerdo de que sería una boda doble, por lo que exigí que fuese después de que mis gemelas nacieran, no deseaba parecer una vaca el día de mi boda.

-. Te amo - murmura Diego trayendome de vuelta a la realidad, le sonrió aunque me estoy muriendo de nervios, los doctores me habían recomendado no hablar a menos que fuera muy necesario, así no me llenaría de gases y la recuperación no sería tan dolorosa

-. Vamos a comenzar - informa el médico y asiento, Diego se mantiene a mi lado acariciando mi cabello y diciéndome cosas hermosas para que me mantenga tranquila, la operación iba a ser un poco más larga de lo normal ya que el doctor aprovecharía para retirar los quistes que tenía en los ovarios y aunque había insistido en que mi esposo esperara afuera yo le suplique que dejará que estuviera conmigo o mis nervios me jugarían una mala broma.

Cuando escuché el llanto de mi pequeña, todo a mi alrededor se detuvo, mis lágrimas no tardaron en aparecer, quería cargarla pero aún no era el momento, un minuto más tarde volví a escuchar el llanto de mi otra pequeña, Diego corto su cordón umbilical así como lo hizo con la primera y cuando me miró a los ojos pude ver todo el amor y emoción en ellos.

Eras Tú - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora