XL. "Desesperación"

922 43 2
                                    

Harry

Ella corre. Ella esta corriendo lejos de mi. Se ríe. Le he dicho algo que causa su bella sonrisa. La sigo, tratando de alcanzarla, gritándole que vuelva conmigo. Pero solo continua riéndose, aunque disminuye su velocidad. Finalmente, llegó a su lado y la envuelvo con mis brazos. Su cuerpo es tan cálido, tan pequeño y frágil. Es tan reconfortante la sensación de sentirla, como su cuerpo encaja perfectamente con el mío. Como si estuvieran destinados a ser. Ella es mi hogar y mi zona segura.

Mientras nos mantengamos juntos, nada podrá dañarlos.

—Ay Harry, deja, que me haces cosquillas—se retuerce mientras suelta una leve risita, no digo nada porque no he podido apartar mi mirada de sus labios desde que la he abrazado.

—El tiempo ya ha pasado muy rápido, ¿no crees?

—¿De que hablas, cariño?—me mira apartándose un poco para poder tomar su largo cabello que la ha estado incomodando. Toma un pequeño moño negro de su muñeca para poder atárselo y es cuando llevo mi mirada a esta, observando el tatuaje que se ha hecho conmigo. El que se ha hecho por mi.

—Me refiero que desde que estamos juntos. El tiempo parece una brisa a tu lado—sonrío por inercia.

—Pues si. Bebé, ¿a donde vas con todo esto?—contesta risueña, moviendo su cabeza mientras el moño da leves balanceos de lado a lado.

Cuanto adoro eso.

—Que ya ha pasado un año y medio desde que te vi por primera vez y me enamoraste. Y que no hace falta más tiempo para saber que eres la mujer de mis sueños y de mi vida. El amor de mi vida. Y la única con la que quiero compartir el resto de mis días.

Me observa enternecida, como si estuviera viendo algo de lo que se siente orgullosa. Tal vez lo esta.

—Harry, te amo mucho—es la respuesta más sincera que me han dado jamás. Lo siento—Este parque te pone pasteloso.

Reímos. La verdad, este parque significaba algo ya para mi. Veníamos todas las tardes luego de la preparatoria a caminar. Los momentos con ella eran perfectos y al final del día yo solo deseaba no separarme de su lado al momento de tener que ir a dejarla a casa.

Aunque, pensándolo bien, siempre la tengo conmigo. En mis pensamientos, en mi corazón. No me hace falta nada más teniéndola a ella. Ella me complementa, sin duda. Al fin y al cabo, ella siempre será mi primera opción y el único camino que elegiré hasta la eternidad.

—Eres la luz al final del camino, mi linda Abigail.

Despierto de golpe y me levanto de la cama, quedando sentado. Estoy sudoroso y mi cabeza parece querer explotar. Suspiro, los recuerdos van y vienen como olas. Sin parar. Es como una jodida película. Mi cabeza duele todos los días.

Me levanto, sacándome mi pantalón de dormir y mi camiseta, quedando solo en bóxer. Tengo demasiado calor. Me dirijo a abrir la ventana en mi balcón. El cielo está de un azul claro, está amaneciendo y la luna apenas se puede notar. Voy al baño y me lavo la cara, limpiando todo el sudor, mojando mi cabello también.

Mis noches últimamente han sido difíciles. Algunas más que otras. Los recuerdos llegan sin avisar, uno atrás del otro. Mi jaqueca ya se ha vuelto algo normal en mi.

Observo la hora.

06:34 am.

—Joder.

Me quedo recostado, hasta que ya esta completamente de día y ya han pasado las horas. Tengo miedo de cerrar los ojos. De dormir. Cada vez que lo hago, mis recuerdos regresan. Y no está bien, porque no recuerdo nada más allá de mi vida que no sea Abigail. Todo se trata de ella. Duele como el infierno ver su rostro en mis sueños, porque no la tengo conmigo. Y, no soy capaz de hacer nada al respecto.

My Exboyfriend » hs (en edición)Where stories live. Discover now