𝟬𝟭𝟯 epilogue

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CAPÍTULO ONCE:
EPÍLOGO.




                    Margaret Bennett fue recibida con un fuerte abrazo por parte de su padre y unas deliciosas galletas caseras cocinadas por su madre. A pesar de las miradas que compartieron sus padres entre ellos en cuanto notaron la presencia de Steven junto a la morena, fueron amables y no expresaron en voz alta sus críticas.

      — ¿Quién es él, cariño?—, inquirió su madre después que ingresaron a la casa —. ¿Es tu novio?—, agregó con un deje de preocupación.

      —No presiones, Cecil—, masculló su padre —. Puede ser su amigo.

      —Oh, Alexander—, carcajeó Cecil —. Maggie ya es grande como para que actúes como padre celoso.

      Margaret suspiró, tomando la mano de Steven —. Mamá, papá; él es Steven. Mi prometido.

      Su padre se ahogó con su café y su madre casi dejó caer el plato al suelo. Steven hizo un esfuerzo para aguantar la risa que se asomaba en su rostro y Margaret rodó los ojos.

      —Steven, ellos son mis padres—, continuó la morena, como si sus padres no hubieran reaccionado de aquella manera —. Alexander y Cecil Bennett.

      —Un placer conocerlos—, sonrió Steven, alzando sus gafas y dejándolas descansar sobre su cabello —. Finalmente puedo conocerlos.

      La chica lo miró, advirtiéndole con la mirada antes de volver a mirar a sus padres —. De todas formas, sólo estábamos de pasada. Nos quedaremos aquí un par de meses para asegurarnos que la tienda de discos que abrirá Steven aquí sea lo que quiere.

      — ¿Tienda de discos?—, balbuceó su madre.

      —Su cadena—, asintió Margaret.

      — ¿No creen que esto es apresurado?—, recriminó Alexander, retomando la compostura —. Quiero decir, ¿hace cuánto sales con él? Nunca nos lo mencionaste, no lo conocemos y--.

      Margaret lo interrumpió —. Primero, es mi pareja, por lo que no es necesario que ustedes lo conozcan ni lo aprueben. Segundo, estamos comprometidos, no sabemos cuándo nos casaremos. Sólo sabemos que algún día será.

      Steven sonrió, comentando —. De acuerdo a Mags, cuando tengamos el dinero suficiente para pagar la fiesta perfecta.

      La morena rió, volviendo a mirar al chico —. Lo siento, pero tendrás que lidiar con el traje por ese día.

      —Ya te dije que incluso usaría un vestido por ti—, aseguró Steven, provocando una sonrisa en el rostro de la chica. Mientras que los padres volvían a intercambiar una mirada entre ellos.




                    Margaret dio su mejor sonrisa cuando la puerta frente a ella se abrió y Jason Price sonrió —. ¿Qué haces aquí, princesa?

      —Estaba por aquí y pensé en pasar a saludar—, anunció la morena.

      Jason echó una mirada a su departamento antes de correrse, a punto de invitarla a pasar cuando Steven se acercó por detrás de la chica, jugando con las llaves de un vehículo —. Recuerda que hay que llenar el tanque o nos quedaremos en la mitad del camino—, comentó el chico antes de mirar a Jason —. Hola, hombre.

      — ¿Qué hace él aquí?—, gruñó Jason, sin soportar su presencia. Aunque había superado su anterior enamoramiento por la chica, Steven seguía sin agradarle.

      En respuesta, Margaret alzó su mano izquierda, mostrando el anillo en su dedo anular —. ¡Sorpresa!

      Jason abrió su boca sorprendido antes de soltar —. ¿Estás segura de eso?

      —Oye, estoy justo aquí—, reclamó Steven.

      Margaret sonrió —. Cien por ciento segura.

GOODIE GOODIEWhere stories live. Discover now