C. 46

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Narra Paulina

Mi vista era borrosa, no podía ver bien, pero si lo suficiente para ver a una grande silueta, era el, de un momento a otro no sentí mas el peso de aquel vampiro, y por fin podía respirar, me levante rápidamente y hay fue cuando vi a Francisco transformado.

Rugió muy fuerte, lo suficiente como para que me tape los oídos, de repente los vampiros que quedaron vivos se fueron corriendo y en eso se empezaron a escuchar las sirenas de la policía, Fran se transformo al igual que los demás.

Sube- dijo subiendo a la moto, me entrego el casco y prendió la moto, se veía molesto.

¿Estas bien?- le pregunte.

No dijo nada, solo se quedo callado, me aferre a el, Dylan estaba detrás de nosotros y todos los demás igual, todo paso tan rápido, nunca creí que esto iba a pasar, ahora si, Francisco me enserara como a una carcelera por salirme sin decirle nada.

Mire al bosque, podía ver movimiento de lobos, antes de darme cuenta ya estábamos en la manada, el garaje se abrió y se cerro detrás de nosotros.

Se bajo de la moto y sin dejar que me bajara bien, me tomo de la muñeca.

Francisco, con cuidado- dije tratando de quitarme el casco.

El no dijo nada, seguía callado mientras caminábamos hasta la habitación, cuando por fin llegamos, me tiro a la cama, mi cabello callo en mi rostro impidiéndome ver, cuando quite todos los mechones de cabello lo vi, se estaba quitando la camisa.

Me tomo de las muñecas y me pego a la pared.

¿Que pretendes? ¿que hacías aya mi reina?- me dijo al oído, el tiene el poder de ponerme los pelos de puntas.

Solo quería divertirme amor- dije.

Estas castigada, no saldrás a ninguna parte cachorrita- dijo pegándose mas a mi, pude sentir su bulto en mi vientre.

¿Francisco estas bien?- dije algo preocupada, sus pupilas se dilataban mucho.

Si, todo esta genial- dijo apretando las su agarre, a tal punto que empezó a enterrar sus uñas en mi piel.

Me.... Francisco, me lastimas- me queje, aflojo un poco su agarre pero seguía mirándome con las pupilas delatadas, parecía un loco, un psicópata.

Francisco me soltó y camino hasta la mesita de noche, mientras el buscaba no se que, me senté en el borde de la cama, viendo mis muñecas, probablemente dejara marcas.

Me levante con intención de buscar ropa para bañarme pero vi a Francisco con un pedazo de tela y unas esposas.

¿Que ese eso?- le pregunte algo nerviosa, no puede ser que me valla a esposar.

Ven aquí amor- dijo mostrándome los objetos que tenia en mano.

No quiero- dije caminando hasta el otro lado de la cama, haciendo que el quedara en su lado y yo en el mio.

No me obligues a ir por ti- dijo retante.

Quiero ver que lo intentes, lo- bi- to- dije retante.

Antes de decir cualquier cosa ya lo tenia ensima de mi.

Suéltame, ahora Francisco- le dije.

Te dije que no saldrás a ninguna parte, y así va hacer- dijo poniendo mis manos por ensima de mi cabeza, me puso las esposas, luego sentí que mi cuerpo no tocaba el suelo, si no las finas telas de las sabanas de la cama.

Lo mire confundida, ¿que estará pensando en hacerme? se paro frente a la cama y se dedico a observarme, luego de unos largos e infinitos minutos de observación, camino hasta el closet y saco de el una soga.

¿Para que necesitas eso?- le pregunte.

No dijo nada y se acerco a mi.

¿El señor mudo?- se burlo mi subconsciente.

Cállate, aunque es verdad, pero solo lo puedo decir yo- dije mentalmente.

Mientras seguía metida en mis pensamientos, no me percate que Francisco me estaba amarrando las esposas con la soga, y el otro lado  las sogas las amarro en la cabecera de la cama.

¿Que es esto? Francisco, quitame esto ahora, por el amor a Dios- dije tratando de soltarme, pero era imposible, las sogas estaban bien amarradas y ni hablar de las esposas.

No te escaparas de mi castigo mi reina- dijo vendando mis ojos.

¿Que harás Francisco?- le pregunte paranoica.

Silencio preciosa- dio con la voz grave.

Sentí su mano bajar por mis piernas, subieron rápidamente hasta llegar a mis caderas, mis zapatos ya no estaban, y lo próximo que desaparecería seria mi pantalón y con el la camisa.

Ya no tenia la ropa, solo la interior.

Francisco quitame esta venda de los ojos, quiero ver- dije desesperada, me imagino que esta en ropa interior, por Dios ese hermoso cuerpo.

No, ese sera tu castigo- dijo riendo amargamente.

Por el dios unicornio, déjame verte, necesito ver- dije mordiendo el labio.

Sufre como yo sufrí al no tenerte cerca- dijo para luego besar mis labios.

Por lo menos quita me esta mierda de las muñecas- le dije.

Su- fre- dijo, es un chico malvado.

Eres muy malo- dije, sentí que se alejaba de mi.

No puedes irte de esa manera Paulina- me dijo.

¿Porque no Francisco? si te escribí en el lugar donde estaría- le dije en mi defensa.

Narra Francisco

No puedo decirle que están detrás de ella, no puedo decirle que la quieren muerta, no hasta por lo menos saber quien es la persona.

Sabes como me pongo si no te tengo a mi lado- mentí, pero también es verdad, si no la tengo a mi lado me siento incompleto, vacio.

Si me lo hubieras dicho, te hubiera acompañado, para protegerte- dije acostándome a su lado.

Francisco, quitarme las sogas, me estoy lastimando la espalda y brazos- dijo, se veía muy adolorida.

Desamarre las sogas del espaldar de la cama, pero aun tenia las esposas puestas y los ojos vendados.

¡¡Nuevo capitulo!!

BESOS.

Mi Mate, Mi LunaWhere stories live. Discover now