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- ¿Cuánto llevamos aquí? ¿más de una hora cierto?. - Su desesperación era evidente.

- Molestas demasiado, han pasado solo 20 minutos eres bastante exagerado. - Bufo.

- Se hace eterno contigo ¡todo!. - Renegó.

- Tampoco me gusta que me estés respirando cada segundo en la nuca. 

- Quería ver que clase de genero musical escuchabas, pero me di cuenta que escuchas pura musica de ancianos. - Dijo burlón.

- Se llama música clásica, yo no tengo la culpa de que te falte agudeza auditiva. - Rió entre dientes.

- Como sea.. - Rodó los ojos. 

- Somos tan malos fingiendo.. - Dijo.

- Puede, resulta que me haz llegado de sorpresa. 

- Necesitamos practicar, por favor intenta disimular por un momento que me quieres siquiera un poquito. Es evidente que nos odiamos, si seguimos haci nadie nos creera nada.

- Pues me gustaría que también me echarás la mano, curiosamente de vez en cuando nada más me dejas hablando a mi solo. 

- De acuerdo acepto que me equivoque. 

- ¡Valla hasta que por fin te das cuenta de algo!. - Levanto los brazos para exagerar más.

- Pero no solo funcionara con palabras también depende del tacto. 

- Osea ¿abrazarnos?. - Subió una ceja.

- Si idiota. 

- Y... ¿besarnos?.. - Dijo seriamente.

- No precisamente... - Sacudió la cabeza.

- Se supone y somos "pareja". - Uso sus dos dedos para dar entre comillas. 

- Pero tú no quieres besarme, ¿cierto?. - Miro desafiante. 

- No pero...

- Ni yo. Primera vez que estamos de acuerdo, entonces hay que impedirlo. - Interrumpió.

- Bien, me parece bien.

Enseguida nuevamente murió la conversación y ambos volvieron a lo suyo. 

Alyssa pensaba únicamente en David, pero, después de todo su amiga Grace tenía razón. Él nunca le hizo cazo, ¿el ser novia de Jacob ayudaría?. 

Sin embargo, Jacob, solamente pensaba en como sería la vida cuando el se fuera de su casa, estaba dudando en la idea de fugarse o no. Con un auto nuevo simplemente desaparecería y regresaría a vivir en la casa de sus abuelos, aunque ahora se encontraba vacía era el único lugar que le resultaba acogedor y aquel que siempre le pareció su hogar. 

- Hemos llegado. - Dijo Alyssa indicando le .

Ambos bajaron y siguieron caminando dos cuadras arriba de donde los había dejado el camión. Se encontraban enfrente de la casa y Alyssa se apresuro abriendo la puerta y dándole chance de entrar primero. 

- Es linda. - Dijo él.

Alyssa le sonrió devolviéndole el gesto.

- Espera aquí, no tardo. - Dijo ella.

Jacob comenzó a mirar a sus alrededores y dar pequeños pasitos mientras observaba todo tipo de adorno y cuadros que habían en la sala principal. 

"Alyssa, llegaré hasta mañana trabajare horas extras. Te quiere tu mamá".

¿Era posible que tu madre dejará una nota antes de irse? y además ¿decirte "te quiero"?. ¿Existían madres así?. Se preguntó él.

- Hey, ¿vienes?. - Le miro desde arriba de las escaleras. 

El asentó y comenzó rápidamente a subir las escaleras y llegar al cuarto de Alyssa. 

- Toma asiento. Dio pequeños golpecitos al colchón de la cama indicando que se sentara. 

El se sentó y despues unos segundos de silencio tomo la palabra.

- Tu mamá te ha dejado una nota. 

- Ah si, siempre lo hace. 

- ¿Siempre?. 

- Si, ya he hablado de eso con ella y siempre me promete que ya estará más en casa, pero nunca es cierto. Pero al final te acostumbras, me he acostumbrado a pasarla sola. Antes era de lo peor, pero sabes ahora es de lo más normal. La casa esta muy tranquila desde que se fue papá.. - Ella le miro fijamente. - Ni siquiera se porque te estoy contando esto. - Negó con la cabeza mientras mordia su labio. - Trabajemos de una vez.

Él le miro fijamente, él juraba que estar en su casa era lo peor para cualquiera que cruce por aquella puerta, pero ahora ya no se sentía tan indiferente. 

Ambos sacaron los libros, lapices, borradores y todo tipo de material dejándolo sobre la cama. Ya sabían ambos lo que cada uno tenía que hacer, así que cada quien escribió su parte en hojas en blanco. Tal vez el silencio le resultaba un tanto extraño a cualquier otra persona, pero ambos estaban acostumbrados a guardarse las cosas. Llegaron las 23:57 pm. Alyssa al ver su reloj dio un pequeño brinquito del susto.

- ¿Que pasa?. - Le miro confundido.

- Ya son las 23. 

- Da igual, tenemos que terminarlo. ¿No?. 

- Sí pero, tus padres se van a alarmar. Además tienes que descansar.

- Por eso, da igual, nada de eso pasará. - Dijo arrogante. 

Alyssa no quiso decir nada más, era claro que a Jacob le sucedía algo, pero quién era ella para preguntar, ella lo detestaba y el a ella. Lo raro aquí era que de tantos años conociendolo jamás le había visto de aquella manera y menos se lo hubiese imaginado. 

Terminaron siendo las 2:00 am. Termino su último renglón para por fin aventar el plumón contra el suelo y recortarse de golpe en su acogedora cama.

- ¿Haz terminado?. - Pregunto Jacob.

Alyssa le miró fijamente y noto como el cansancio lo delataba atreves de sus ojos. 

- Si.. - Bostezó. - ¿Te falta mucho?. 

- Solo un párrafo no es la gran cosa. - Dijo con voz ronca.

- Es bastante tarde. 

- Lo se, pero no reprobaremos ve el lado positivo. 

- Eso si.. 

- Puedes tomar una siesta, yo terminaré esto y en cuanto acabe me iré dejaré la puerta bien asegurada. 

- Son las 2:00 am, no encontrarás ruta a estas horas. 

- Me iré caminando. 

- ¿Seguro no quieres quedarte a dormir aquí?. 

- No, gracias. Estaré bien. - Dijo.

- Bien, pero si te arrepientes solo dime. 

Él asento y se dispuso a escribir más rápido para poderse ir rápido. Alyssa comenzó a cerrar los ojos lentamente, negaba con la cabeza evitando cerrarlos completamente pero al final gano él sueño y termino quedándose profundamente dormida.

Jacob finalmente termino el trabajo. Dejo todo en orden en el tocador de Alyssa y salió asegurándose en dejar bien cerrada la puerta. Comenzó a caminar a casa, y aunque no quería volver no tenía de otra más que esa opción. 

Llego y detuvo el paso enfrente de la puerta delantera, dío un profundo suspiro y después de insertar las llaves dio un pequeño giro a la manilla de la puerta. Comenzó a caminar de puntillas evitando hacer el menos ruido hasta finalmente llegar a su cuarto.

Se tumbo a la cama y comenzó a mirar profundamente los estrechos de la oscura habitación, como un niño pequeño miró fijamente hacía puerta esperando la llegada de uno de sus padres. Pero no fue así. Se giró hacía la pared y se acurruco entre las frías sabanas y traviesas lágrimas bajaron por sus mejillas. 

- No, no es sencillo fingir que todo es perfecto. - Murmuró a sí mismo.



PAREJA POR ACCIDENTEWhere stories live. Discover now