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"No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos"

Proverbio 4.14

Cuando me volví a mirar, Mauricio cerró los puños y levantándolos golpeo a uno de ellos en la cabeza. La gente ahogo un grito. Y otra vez estoy aquí, en medio de una pelea donde siempre soy la culpable y donde Mauricio hace de protagonista delante de mis ojos. Algunos echaron a correr, y Eder también lo hizo. Que decepción de persona.

Bertha gritó. Corrí para interponerme entre Mauricio y uno de los amigos de Eder, pero Bertha ya estaba ahí. En seguida llegaron más chicos y el que parecía ser Jonathan – un amigo de hace años -, y todos intentaban separarlos.

Mauricio jadeaba mientras lo arrastraban. El tipo al que había golpeado se agarraba la boca. La sangre se regaba por toda su barbilla y cuello.

ꟷ ¡Pendejo! Me has abierto la cara.

Mauricio se echó a reír mientras levantaba la cabeza. Él también tenía una herida en el rostro, leve, pero se notaba a poca distancia. Cuando intentó soltarse, Bertha lo sujetó.

ꟷ ¡No le vuelvas a decir esas chingaderas! ¡Será mejor que le pidas perdón! ꟷ gritó enfurecido.

ꟷ Le estábamos haciendo una broma, pendejo. Fue idea de Eder. ꟷ se excusó uno de ellos.

ꟷ ¡Vaya broma, idiota! ¡La estaban abrumando!

Todos los conocidos de Eder nos miraron estupefactos y se marcharon. El césped se llenó de gotas de sangre.

Casi me voy de boca cuando él tira de mi brazo y me sujeta con fuerza.

ꟷ Deberías irte ꟷ dice Bertha, interponiéndose en nuestro camino.

La molestia de Mauricio aumenta cuando la escucha.

ꟷ ¡No te preocupes, eso haremos! ¡Nos vamos a la chingada de aquí!

Bertha me mira con espera de que diga algo, pero no sé qué decir. Estoy asustada y tengo unas inmensas ganas de vomitar. La verdad es que no quiero estar a solas con Mauricio, pero tampoco me conviene quedarme aquí.

ꟷ Traigo auto ꟷ le digo a Mauricio cuando llegamos a la puerta principal de la casa.

ꟷ ¿Nos vemos después?

Me quedo en silencio un momento. Mi corazón se acelera cuando él me ve los labios un segundo y luego a los ojos, esa mirada que irradia las ganas de besarme.

ꟷ Se acabó, Mauricio.ꟷ lo suelto.

Aparta la mirada viendo hacia todos lados, luego pone las manos en la cintura y vuelve a mirarme. Sus ojos tristes traen una sensación de compasión. Mas valía que me mantuviera alejada de él antes de que se malinterpretaran las cosas.

ꟷ Todo está bien. Mándame un mensaje en cuanto llegues a tu casa, ¿ok? ꟷ dice Mauricio, y yo asiento y me dirijo al coche.

Aun con todo esto, me culmina la curiosidad y quiero saber porque sigue defendiéndome y sigue pensando en mí. Sus intenciones no son buenas, de eso estoy segura.

(...)

Antes de que pudiera mandarle un mensaje avisándole que he llegado a casa, Jonathan me llama y me avisa que Mauricio está muy grave. Todo paso muy rápido. El caso es que cuando llegaron a la casa de Mauricio, dos tipos grandes ya estaban esperándolo con palos y armas de fuego en mano. Mi corazón le ha dado un vuelco cuando él me dice que Mauricio alcanzo a que no lo apuñalaran en el vientre, pero tiene golpes y cortadas por todos lados.

Amar merece la pena [TRILOGÍA #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora