5- Más difícil de lo planeado.

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- ¡ChangBin, despierta! - le gritó la Centinela sacudiendo su brazo por quinta vez - ¡Vamos! - gimoteo ya exhaustiva.

- ¡No quiero! - le contestó ChangBin enrollandose con la manta tal canelón y pegándose a la pared junto a la cama.

- ¡Bien! - dijo ella - Tú lo pediste. - y con el movimiento de su mano hizo a ChangBin desenrollarse de la manta acabando con el trasero en el suelo como resultado final.

- ¡Tú! - le gritó aún en el suelo - Puedo aceptar que me sigas a todos lados, que vivas aquí, que me hagas volver loco y me des estos sustos a mitad de la noche cuando te veo dormir levitando - se quejó aún con los ojos cerrados - pero - la miro desafiante - ¡No, permitiré que me quites mis horas de sueño! - extendió sus brazos y los dejó caer gimoteando un "dejame dormir".

- ¡Duermes casi todo el día! Ahora no te quejes y levántate. - él negó haciendo un puchero con los labios - ¡Levántate! - volvió a negar - En serio... - murmuró ella ayudándolo a levantarse o prácticamente levantandolo por ella misma.

- Eres muy molesta. - se quejó ChangBin caminando hacia el baño a ducharse.

- Y tú tienes la edad mental de un niño de siete años - replicó ella cuando esté cerró la puerta sacándole la lengua.

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- ¿Estás seguro de esto? - Le preguntó la niña una vez que se detuvieron frente a la puerta. La verdad era que no, no lo estaba. Pero aún así debía intentarlo. Lo había pensado mucho los últimos días y era la manera más sencilla de deshacerse de toda aquella locura que lo rodeaba.

- Claro que sí. - mintió ChangBin con confianza abriendo la puerta y entrando al resto-bar sin vacilar.

Era media tarde por lo cual había poca gente y la mayoría se encontraba merendando. ChangBin buscó a Felix con la mirada.

***

Felix estaba terminando de repasar la barra cuando lo vió entrar. Lucía unos jeans negros rasgados, un buzo con la palabra "Real men" estampada y una gorra de igual color. Al parecer, su estilo era llevar esa gama de colores oscuros que no hacían más que resaltar esa aura de oscuridad que le pareció ver la primera vez que ChangBin apareció ante sus ojos. Paso por su lado sin vacilar y le dirigió una mirada de desprecio antes de meterse en el cuarto-oficina del gerente del bar.

- ¿Y a este qué... - masculló con la mirada puesta en la puerta por la cual lo acababa de ver entrar.

- Felix, ¿puedes venir un segundo? - lo llamo SooMin desde detrás de la barra.

- Voy - contestó dando un último vistazo. Se acercó a donde ella se encontraba. - ¿necesitas al...

- ¿Sabés por qué está él aquí? - Soltó SooMin con fastidio. Se refería a ChangBin era obvio.

SooMin era una buena amiga de Felix, se habían vuelto muy unidos en cuando esté entró a trabajar y lo ayudaba con su coreano ya que ella sabía hablar, quizá no a la perfección pero bastante bien, el idioma inglés. Además era muy bonita y amable con él. Sin embargo, tenía sus defectos como cualquiera y uno de ellos era desconfiar muy rápido y fácil de cualquier persona sin llegar a conocerla.

- No, la verdad no lo sé. - Felix se cruzó de brazos y dirigió una mirada a la puerta cerrada de la oficina. La cual después de unos minutos, como por arte de magia se abrió y dejó salir al gerente acompañado de ChangBin.

- Empleados, les presento a Seo ChangBin. - lo hizo adelantarse un paso y este se inclinó para saludar - Él será el nuevo empleado. - anunció - Sean amables con él.

Hilos Rojos • Changlix (EDITANDO-PAUSADA)Where stories live. Discover now