- ¿Qué te pasó? - le preguntó Felix con preocupación, al cabo que corría al baño a buscar una toalla seca con la cual podría cubrir a ChangBin. - ¿por qué estás aquí? - volvió a preguntar una vez que entro a la sala, entregandole una toalla azul con la que ChangBin se cubrió instantáneamente - ¿Te encuentras bien? - inquirió con la preocupación, nuevamente, tiñendo su voz al cabo que su mirada lo escrutaba de arriba a abajo en busca de algo inusual. ChangBin lo observó con cautela y la preocupación en su mirada lo hizo dar saltitos de emoción internamente. Lo hizo sentir una corriente eléctrica atravesar todo su cuerpo.
- Estoy bien. - contestó ChangBin y Felix, de inmediato, lo tomó de la mano. Colocándola sobre la suya en busca de su palma cortada.
- No te la has desinfectado. - sentenció Felix - Ni siquiera te has fijado, ¿cierto? - hizo una mueca de disgusto. Eran tan pequeñas y se encontraban heladas, tanto así que Felix tomó su mano entre las suyas y las rodeo tratando de calentarselas un poco. Fue un gesto tan natural que sorprendió a ChangBin. Las semanas que pasaron distanciados parecían haberse esfumado como si nada. O al menos, así parecía para ChangBin. - Estuve todo el día sintiéndome pésimo, ya que no podía saber si te encontrabas bien. - masculló Felix regañandolo. Se mordió el labio con nerviosismo y corrió al baño en busca de su botiquín de primeros auxilios. ChangBin quedó estático y con la mano levitando en el aire. Pensando en como Felix recordó su cortada y fue lo primero de lo que se percató, sintiendo el calor de sus manos al rodear las suyas. Suspiró con fuerza tratando de estabilizar los latidos de su corazón y no pudo evitar levantar las comisuras de sus labios, sintiendo su corazón saltar con locura dentro de su pecho.
¿Cómo haría para pasar la noche con Felix cuando apenas llevaba treinta segundos en su casa y ya quería besarle cada centímetro de su rostro? ¿Cómo haría para evitar que su corazón saltará en su pecho con sólo escuchar su voz?
***
- Fui desalojado. - soltó ChangBin con la mirada clavada en las manos de Felix.
Se encontraban sentados en un sofá en medio del living. Felix sostenía una bola de algodón con alcohol etílico sobre su palma, limpiando su herida con movimientos suaves. ChangBin observaba como el cabello de Felix caía sobre su rostro y lo empedernido que se encontraba tratando de curar su herida. Sinceramente, él la había olvidado por completo. Al segundo de hablar, la vista de Felix se levantó y buscó sus ojos.
ChangBin notó, a esa distancia, las pequeñas pecas que se encontraban rodeando los ojos y pómulos de Felix. Jamás las había visto tan de cerca y le parecieron absolutamente hermosas. Como una constelación de estrellas rodeando su mirada. «Mis estrellas favoritas», pensó en silencio.
- ¿Qué? - inquirió Felix sosteniendo su mano con delicadeza. El contacto hizo que su hilo brillará con intensidad y ChangBin se sorprendió a sí mismo pensando en cuánto había extrañado eso, ver a su hilo brillar y el contacto con la mano cálida de Felix. Se sorprendió pensando en cuánto lo extrañaba, extrañaba sus bromas, sus apodos, sus comentarios, lo extrañaba a él. ChangBin vió el hilo brillar con intensidad y levantó la comisura de los labios levemente.
De pronto, le pareció absolutamente hermoso, algo mágico. Y le pareció aún más hermoso el hecho de que del otro extremo de su hilo se encontrara él. Que su hilo rojos sea Lee Felix.
No entendía como ya no podía controlarse estando junto a él. Lo sentía, lo sentía recorrer por todo su cuerpo. La intensidad de sus hilos uniendolos.
Ya había intentado alejarse pero le era francamente imposible. Un imán invisible los unía y unía sus destinos. Sus hilos rojos.
Había probado ya que la falta de Felix en su vida no era una opción muy agradable a su parecer.
