Los días pasaban y ellos seguían sin hablarse. Los días pasaban y el dolor no se movía. Los días pasaban y el sentimiento continuaba intacto.
Le dolía, le dolía de una manera inexplicable. Ver a ChangBin ignorarlo de aquel modo era más de lo que podía soportar, mucho más.
Quería correr a abrazarlo, quería escuchar su risa, su voz hablándole con nerviosismo, quería ponerlo incómodo y observar su tierna reacción, quería volver a besarlo en la mejilla y ver cómo se tensaba a su tacto, quería ver sus ojos negros mirarlo de aquel modo, quería correr a su encuentro, pedirle disculpas, rodearlo con sus brazos, besar sus labios...pero no podía.
Siempre que se daba por rendido y quería correr hacía él. Su voz y su imágen en aquel momento se repetían sin cesar. Entonces sus labios se helaban, sus pies se incrustaban al suelo, sus ojos lagrimeaban y le proyectaban sin cesar su mirada al alejarlo. Simplemente, no podía. Sin importar los latidos desesperados de su corazón al verlo pasar a su lado o simplemente tenerlo en el mismo espacio.
Era entonces cuando el dolor en el pecho aumentaba y lo obligaba a dar media vuelta y acobardarse. No quería pasar por eso de nuevo.
ChangBin por otro lado buscaba evitarlo a toda costa. Le resultaban incómodas las veces en la que se encontraban en la misma sala o frente a frente. Recordaba aquella vez en la que salió del baño y Felix se esperaba paciente apoyado en el pasillo, aquel pasillo en el que él lo había acorralado. Pasar por su lado simplemente hacía que su corazón se acelerará a mil pulsaciones por minuto.
Quería acorralado en ese pequeño espacio, quería tomarlo del rostro y unir sus labios, quería entender ese sentimiento que lo carcomía, quería expresarlo, quería estar con él.
No quería sentir ese peso, esa distancia que había entre ellos a pesar de encontrarse a centímetros. No quería verlo compartir esa sonrisa que él ya había vuelto tan suya.
- SooMin llamando a ChangBinnie. - le llamó la atención la joven a su lado.
- No me vuelvas a decir ChangBinnie. - la amenazó él. Ya iban dos semanas desde aquel día, y desde que SooMin y Felix comenzaron a salir. Dos semanas de sentier a un yunque presionar sobre su pecho. En ese tiempo en que no podía intercambiar palabra alguna con Felix se había vuelto cercano a SooMin. En realidad, era una buena chica. Aunque sabía a la perfección que hablaba con ella para saber de Felix. Sabía que era malo y estaba siendo egoísta con ella y consigo mismo, pero no podía evitar esas incesantes ganas de saber de él, de saber cómo estaba y cómo le iba. Sin importar, lo mucho que le dolía, quería y necesitaba saber que él era feliz, que no lo había lastimado, que no había borrado su sonrisa.
- Ok. Sabés Felix me invitó a cenar hoy. - comentó ella felizmente a su lado. ChangBin esbozó una sonrisa forzada.
- ¿Hay algún motivo en especial? - inquirió con aquella inquietud implantada en el pecho.
- No lo sé. Creo que... quizás hoy me pida que sea su novia. - Soltó ella alegre y ChangBin sintió una punzada en el pecho. De inmediato Cen se acercó a él y le tomó la mano, apretándole con fuerza. Haciéndole saber que no estaba solo. ChangBin le agradeció internamente.
- ¿E-Estás segura? - ella asintió energética.
- Pero, ¿tú no sabes nada? - le preguntó intrigada. - No sé...antes eran muy cercanos pero noté que no se hablan últimamente...¿pasó algo? - inquirió frunciendo el ceño.
- No exactamente. - mintió ChangBin. - Nada. Solo estamos muy ocupados, no lo sé. - habló atropelladamente - En fin esperó tengas una linda cena y él te lo pida...
