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Las veinte mil formas de esconder tus propias dudas

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Las veinte mil formas de esconder tus propias dudas


Wren pensaba que algo muy malo sucedía con Cora—y no se equivocaba—, pero lo que de verdad le molestaba era que tenía la sospecha de que esto lo relacionaba a él. Intentaba buscar algún momento, entre las vacaciones y el comienzo de clases, en el que pudiese haber hecho algo que la molestara. Se negaba a pensar que el malestar de su amiga podía relacionarse con la desaparición de la nueva-no tan nueva alumna. Si bien habían tenido una amistad, Wren no tenía idea de qué tan grande podría haber sido la misma. Suponía que no acabó bien por muchas razones pero ninguna era la correcta. En fin, que el guitarrista de la banda tenía, por si fuera poco, demasiadas cosas en su cabeza.

Mae en primer lugar y todo lo que se relacionara con su desaparición. La noche de la fiesta de Fred, el alcohol... la policía ya se había encargado de eso. Confirmaron que el hijo menor de los Anderson rompió todas las reglas que había aceptado para hacer la fiesta así que tenía que pagar una clase de multa extraña que, dicho sea de paso, no le costó nada pagar porque su familia no tenía ningún tipo de problemas económicos en ese entonces. Por eso, su verdadero castigo fue otro.

Podría reírme de él ahora pero no es mi derecho hacerlo, aún así deberías saber que todo el pueblo se sorprendió al verlo limpiar la plaza principal todos los días de la semana. Era algo nunca antes visto. Esto le sacaba de quicio, recibía muchas burlas que no pienso nombrarte, y llevaba las malas vibras a los ensayos de la banda. Consecuencias de sus actos.

Aún así, aunque se confirmó la presencia de alcohol y muchos aceptaron que vieron a Mae tomando, ninguna persona pudo decir qué ocurrió con la muchacha cuando la policía llegó. Claro que Wren podría haberlo hecho pero, como ya he dicho, ninguna persona habló. Al hijo del profesor de matemáticas no le convenía responder a esa pregunta ya que no tenía una buena respuesta para lo siguiente: ¿qué sucedió después?

Ni siquiera él lo sabía.

Entonces, sin esta clase de datos, lo único que se sabía y daba por hecho era que la última vez que la muchacha fue vista había sido en la fiesta. Tras esto no se tenía idea de qué podía haberle sucedido. Era evidente que abandonó la casa, ¿pero a dónde fue? Esto complementaba aún más la teoría de que escapó de Gahnder. Podría haber despertado en alguna parte al día siguiente y, al verse en esa libertad, dejarlo todo atrás.

Pero no parecía posible. Suena a telenovela para mis abuelos.

Nada tenía sentido para la mayoría de las personas de Gahnder. Las palabras no explicaban los pensamientos. Todas las cosas llevaban a una muchacha desaparecida, y la pregunta volvía a hacerse una y otra vez pero jamás se conseguía una buena respuesta.

Podríamos decir que, si Wren hablaba, todo esto se habría solucionado más rápido. Pero así no ocurrieron las cosas, y aunque escriba esto no es mi deber hacer que se resuelva rápido. Sucedió mucho más que debo explicar antes de dar la respuesta a las preguntas.

Dulce disposiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora