10. Enredos

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Mientras a Lua le daban el alta y la mandaban a ser reposo. Lara y Cy se juntaron para hablar.

La pelirroja se escapó de sus responsabilidades al enfrentar a Cy en su cubo. Le había dicho que le tenía que contar algo sobre Luana; pero fue una simple escusa.

Al encontrarse, Cy la esperaba ansioso. Cuando la vio entrar los nervios aparecieron y su seguridad le desapareció. Hacía tiempo que había una química entre ellos, varios meses que se mandaban indirectas y se coqueteaban entre si. Habían tenido algunos encuentros más allá de sólo besos aunque nunca aclararon sus sentimientos y el chico quería algo serio con ella.

-Hola - lo salido Lara con dulzura. Él la vio fijamente. No sabía cómo declararse. Ni como explicar lo que sentía. -¿Qué me tenías que contar de Luana?

No pudo hablarle. Decirle la verdad. Se acercó y la beso. Al principio casi con dulzura, lo que no se atrevía a decir, y al final con pasión.

Las manos de Lara viajaron de los hombros de Cy a enrredarse en su espeso pelo oscuro. La temperatura comenzó a subir para ambos. Las palmas del chico navegaban todo el cuerpo de Lara. Si bien ella tenía unos kilos de más, las curvas resaltaban por encima de sus pequeños defecto y eso le fascinaba a Cy. Él amaba verla entrenar. La pelirroja bajo hasta ubicar sus calientes manos por debajo de la remera del morocho. El calor que producía lo exitaba cada vez más a medida que subía. A medida que el tiempo pasaba la ropa iba desapareciendo y los besos más profundos...

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-¿Somos exclusivos? -le preguntó Cy.

-¿Por qué?- para mirarlo apoyo su pera en el pecho -¿No lo sos conmigo? Yo no estoy con nadie aparte de vos. Pensé que había quedado claro.

Lara vio como se le formó una sonrisa cálida al chico. Los ojos miel se volvieron más claritos por la ilusión que le hacía esa declaración. Ella se subió arriba de él y le regaló un dulce beso.

-Lara- llamó una voz de mujer- Cy...¿Dónde están?- comentó la voz en susurro.

Los chicos se miraron antes de cambiarse rápidamente. La ropa estaba desparramada por toda la habitación por lo cual tardaron más en encontrarla que en vestirse.

Una sombra huyó antes que alguno de los tres la identificarán. La traición se sentía amarga para ella. Las esperanzas de estar con él desaparecieron y su corazón se terminó de romper después de tantos años. Ella siempre había sido la amiga; a la que nunca vio como mujer. Para él era como su hermanita chiquita, en cambio Lara para él era la mujer de sus sueños. Ella siempre soñó con salir con él, anhelaba sus besos, caricias, sus "te quiero" pero luego apareció la otra. Tan carismática, con un humor pícaro parecido al de Cy, con una mirada sensual, con un físico de envidia, con una personalidad extrovertida; todo lo opuesto a ella. Además su padre la quería emparejar con un chico que no le interesaba para nada. Con un chico que no le movía un pelo, pero Cy... con un saludo suyo sus piernas se volvían gelatina, su ritmo cardíaco se volvía loco, comenzaba a transpirar, sus pupilas se dilataban, sonreía con estúpida y siempre estaba nerviosa.

-¿Qué pasó, Ella?- la interrogó Cy. La chica los vio entre preocupada y enternecida. Esos dos juntos eran muy lindos. Sus manos estaban unidas sin darse cuenta. Aunque no sabia como iban a tomarse la noticia.

-Elian está en el hospital- contó con rapidez- a Luana la encontraron en la pileta con una herida...

El morocho se sintió mal al darse cuenta como la noticia le afectaba a su chica. Un sentimiento de culpa se instaló en su interior al pensar sólo en él.

En tan poco tiempo todos (Y más Lara) se encariñaron con Luana. Para ella era como la hermana que nunca pudo tener. Eran tan distintas que por eso habían encajado tan bien. Últimamente se cubrían entre ellas. Se cuidaban mucho,  hasta llegaron a aconsejarse. Lara era mucho más abierta que Luana por lo tanto, la pelirroja no dudo en confiarle su historia con Cy. Aunque ésta última nunca le dijo que sentía cosas por Elian, la colorada lo intuía.

El camino hacia la habitación de la presa era complicado, ya que si bien el chico era un puro ellas eran presas, no existía excusa alguna para que estuvieran allí. Con un poco de ingenio, Cy las entró por la parte de atrás del hospital, vistiendolas como depredadores. Les había indicado que no miraran a nadie a los ojos porque serían descubiertas. También les dijo como caminar para pasar desapercibidas, sin sospechas. El hospital era un laberinto, donde si bien había ascensores los esquivaron para mayor prevención. Una vez en el piso correcto, se acercaron al cuarto que les había dicho la madre de Elian.

Sentados en las bancas se encontraban Elian y su mamá, Victoria. Estaban hablando más relajados junto a un doctor. Alcanzaron a escuchas las indicaciones de los cuidados que debían tener con la paciente, no forzar el recuperamiento del estado físico. Cuando finalizó, el doctor se retiró con un saludo cordial.

-Hola - saludaron los recién llegados al mismo tiempo.

El instructor y su madre no se habían percatado de la presencia de ellos. Lara sin pensar dos veces, le dio un abrazo a Elian quien se quedó con los brazos al costado de su cuerpo por la sorpresa. Con incomodidad le dio unas palmaditas en la espalda de la chica. Él no estaba acostumbrado a las demostraciones de afecto. Unos segundos más tarde, Lara terminó el abrazo y se refugió en uno de Cy.

-¿Cómo esta Luana?- preguntó la pelirroja todavía pegada a su chico. Elian hizo una mueca.

-Ya despertó, un poco desorientada, aunque todavía no puede salir. Le tienen que hacer unos estudió para asegurarse que este fuera de peligro- les contesto la madre. Por suerte su marido Joseph no se había enterado del escándalo producido. Ella no entendía para que habían atacado a esa chiquita si supuestamente estaba limpiando, no haciendo algo malo. La presa no tenía cara de meterse en problemas.

-¿Saben quién fue?¿Averiguaron algo?- cuestionó con ansiedad Elian.

-Nada, señor. Sólo lo que le había comentado hace rato. Un depredador con capucha la ataco por detrás, dándole un golpe Con un fierro y tirandola a la pileta- habló Ella.

Los chicos se quedaron en silencio. Todos querían saber la verdad y el por qué del ataque.

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