Save Me ; jeon jungkook

10

|Jung Kook|

¿Que debo hacer?

No puedo negar que mi corazón late con desesperación al tenerla frente a mí. Aún así creo que debo aprender a ser fuerte ante ella.

—Vete Seoyoung —digo intentando sonar firme.

—Este es un lugar público —responde acercándose a mi.

—Pues entonces me voy yo.

Dejo la copa sobre la barra y me giro hacia Seoyoung.

—Deja de ser tan perra ¿Quieres? —y sin darle tiempo de responder, camino directo hacia la salida.

Al salir del lugar siento de inmediato el frío chocar contra mi rostro. Ajusto mi campera y mientras comienzo a caminar saco un cigarrillo, lo enciendo y lo pongo entre mis labios.

Comienzo a caminar de manera calmada hacia mi casa mientras dejo escapar el humo del cigarrillo.

—¡Que no! ¡Ya dejame!

A unos metros de mi estaban una chica y un chico.

—Solo quiero hablar.

—Pero yo no.

Mientras más cerca estaba más conocida se me hacia una de las voces.

—Yongsun, dejame explicarte.

Y es ahora donde podía reconocer a la chica, y ver al tipo que la tomaba por el brazo.

—No Yoongi, estás ebrio.

—Pero consciente aún.

—Ella no quiere hablar contigo, ¿Acaso no la entiendes? —digo frenando en frente de ellos.

—¿Y tú quién eres? Mejor vete de aquí —el peliverde me da la espalda y jala a Yongsun del brazo.

—Me lastimas —la oigo decir.

No puedo controlarme por más tiempo y agarro al chico por el cuello de su campera para luego propinarle un golpe en el rostro.

Él no se queda de brazos cruzados y de inmediato me responde, también con un golpe.

—¡Ya basta! —exclama Yongsun.

Me detuve, pero no sin antes darle un último golpe.

—Vámonos —digo. Tomo la mano de Yongsun y comenzamos a caminar rápidamente.

Cuando ya estamos bastante lejos,  bajamos la velocidad de nuestros pasos poco a poco hasta terminar deteniendo estos por completo.

—¿Estás bien? —pregunto soltando lentamente su mano.

—S-Si, muchas gracias —dice dándome una sonrisa algo débil— Estás golpeado por mi culpa.

—No es tu culpa —la tranquilizo.

—Vamos a mi casa y dejame curarte las heridas.

—Estaré bien, no te preocupes.

—No, no. Vámonos ya.

Termino accediendo con una pequeña sonrisa para seguido dejarme guiar por ella.

Minutos más tarde estamos entrando silenciosamente a su casa.

—Recuerdas donde están las escaleras ¿no? —me giro de inmediato hacia ella y asiento— Puedes subir entonces, yo buscaré algo en la cocina.

Asiento nuevamente y en silencio subo las escaleras. Esta vez me concentro en las fotografías colgadas en las paredes, en donde puedo reconocer a Yongsun de inmediato.