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|Jung Kook|

—¿Quieres salir ya? —pregunto, desde el otro extremo de la alberca.

—Si —responde, con un pequeño asentimiento.

Juntos salimos del agua, y yo voy directo a los asientos para tomar las toallas.

—Ten —digo, extendiéndole una a mi novia.

—¿Que haremos ahora? —pregunta, poniendo la toalla sobre su cabello.

—Vamos al centro comercial.

—¿Me invitarás un helado? —pregunta, y río al ver que se acerca a mi de manera seductora.

—Si —respondo, llevando mis manos a sus caderas.

—¿Una pizza? —continúa, alzando sus brazos por sobre mis hombros.

—Si —respondo, pegando de golpe su cuerpo al mío.

—¿Un refresco?

—Lo que quieras, por dios —digo, alzando su cuerpo. Ella ríe y rápidamente rodea mi cintura con sus piernas.

—Tan lindo —dice, bajando lentamente sus labios a los míos.

—Solo bésame —digo, causando su risa por mi tono desesperado.

Y me tranquilizo cuando siento sus labios pegándose a los míos.

Paso mis brazos tras su espalda y sin romper el beso, comienzo a caminar hacia el interior de la casa.

Cuando llegamos a mi habitación, dejo que sus pies toquen el suelo con mucho cuidado, y rompo el contacto entre nuestros labios.

—Iré a ducharme a otra habitación. Te espero abajo ¿de acuerdo?

—Esta bien.

Camina hasta su maleta para comenzar a buscar sus cosas, y yo voy hasta mi armario.

Tomo todo lo necesario, y luego abandono la habitación.

Sin Yongsun, no sé que habría sido de mi.

Tal vez, continuaría consumiendo drogas, mis pesadillas no se habrían detenido, ni siquiera las píldoras me habrían hecho conciliar el sueño, y hasta tal vez, habría dejado la escuela en el momento que mamá se fue.

Ella realmente llegó como un ángel a mi vida. Puede ser malditamente cursi, pero es así como lo siento.

—¿Tardé demasiado? —pregunta, llegando frente a mi.

—No —respondo, extendiendo mi mano. Ella corresponde entrelazando nuestros dedos y salimos de la mansión.

Cuando al fin estamos dentro del coche, lo pongo en marcha para ir directo al centro comercial.

El camino es silencioso, pero muy cómodo. Hubo veces en que daba rápidas miradas a Yongsun para saber que hacía, y ella en ningún momento apartó su vista de la ventana.

—¿No tienes apetito? —pregunto, mientras tomo su mano para ayudarla a bajar del coche.

—No —me responde, sonriente— ¿En que parte del centro estamos?

—Oh, Dongdaemun —respondo— ¿Te parece bien si comenzamos por aquí?

—Comemzaremos y terminaremos el día aquí, por dios, esto es genial ¿Sabes la cantidad de ropa que hay dentro?

Río al notar su emoción.

—Llevame a mi casa —pide, de pronto. La miro confusa y ella sonríe— El dinero que traigo no me alcanzará para lo que compraré allí.

Save Me ; jeon jungkookWhere stories live. Discover now