Save Me ; jeon jungkook

12

|Yong Sun|

Maldita sea. No logre dormir casi nada la noche anterior y todo fue culpa de Jungkook.

¿Por qué me besó y luego se fue?

No pude llegar a ninguna conclusión y ahorita mis nervios están vueltos locos. Conste que aún no lo veo.

¿Como será entonces cuando tenga que enfrentarlo?

—Buenos días, Yongsun.

—¿Que tal? —pregunto a Danbi.

—Bien ¿Y tu? —asiento dándole una sonrisa en respuesta.

No sé si haberle respondido que estoy bien hubiese sido lo correcto. Pues ni yo lo sé.

—Aquí estás —oigo a alguien hablar a mis espaldas.

—Oh, hola Hoseok —le sonrío.

—¿Ustedes no piensan entrar a clases?

—Acabamos de llegar —reaponde Danbi— ¿Y los chicos?

—Ya todos están en sus aulas.

—¿Todos? —pregunto comenzando a sentirme nerviosa nuevamente.

—Si. Todos —afirma— Yo me iré también, las veo luego.

—Ya vamos —me dice Danbi.

—Ve tú, después te alcanzo.

—¿Que harás?

—Necesito ir al baño.

—Está bien, no tardes.

Miro a mi alrededor y veo a muy pocos estudiantes corriendo hacia sus aulas.

Tomo una gran bocanada de aire y camino a pasos rápidos hacia el tocador de chicas. Al llegar observo mi reflejo en el espejo, abro el grifo y mojo un poco mis manos para luego llevarlas a mis mejillas y así refrescarme un poco.

De tan sólo pensar que Jungkook ya está en el aula mis nervios aumentan al igual que el rubor en mis mejillas.

—Tranquila, Yongsun. Debes mantener la calma —me digo a mi misma frente al espejo.

Me volveré loca.

Acomodo mi cabello, cierro el grifo y salgo del tocador.

Ahg.

Creo que debí irme con Danbi. Ahora tendré que entrar al aula sola y sé que al abrir la puerta todos pondrán su mirada hacia el frente.

—Permiso —digo poniendo un pie dentro.

—¿Por qué llega tarde señorita?

—No me sentía muy bien y he ido a tomar una píldora —miento— ¿Puedo entrar? —él asiente y baja la mirada a los documentos sobre su mesa.

Observo todo el interior del aula y detengo la mirada en Jungkook, quién no despega sus ojos del bolígrafo en sus manos.

Algo estaba mal.

Su rostro estaba decaído, y se le notaba en los ojos que parecía no haber dormido nada la noche anterior.

Debo admitir que una pequeña parte de mi está aliviada al ver que él no presta atención a su alrededor. Espero también que no recuerde el beso.

—Oye ¿Estás bien? —me pregunta Danbi cuando me siento a su lado— Te noto distraída.

—No es nada.

—En la clase de hoy veremos...

Y es hasta ahí que escucho la voz del maestro. Lo que dice después lo oigo cada vez más lejos mientras observo hacia un punto fijo.

[✿]

Mi entrecejo se frunce al no ver a Jungkook con los demás y de inmediato volteo hacia todos lados buscándolo con la mirada.

Lo veo caminar hacia el lado contrario en que van los demás, y me basta verlo doblar la esquina del pasillo para saber hacia donde se dirige.

Corro tras de él —sin que los demás lo noten, por supuesto— y llego al mismo lugar en el que hemos charlado días anteriores.

—Jungkook —le digo llamando su atención.

—Oh, Yongsun.

—No estás bien, ¿Verdad?

—La verdad... No. Nada bien —responde haciendo chocar su espalda contra la muralla— Pero no quiero hablar sobre eso.

Guardo silencio mientras pienso en algo para decirle. Algo que lo distraiga.

—Oye, sobre lo d-

Y es todo lo que logro decir antes de que sus labios se estrellaran con los míos.

Oh, mierda, no debí mencionar aquel tema.

Aunque esté disfrutando del beso las preguntas no dejan de rondar en mi cabeza.

Solo llevamos días conociéndonos y él ya me ha besado dos veces contando esta.

¿Por qué?

—Seoyoung... —pronuncia y suspira sobre mis labios.

Él no ha dicho eso ¿o si?

Me aparto más que rápido de él y al ver mi rostro supongo que cae en cuenta de su error.

—Yongsun...

—Cre-Creo que debo irme —digo ignorándolo completamente.

Había nombrado a alguien más mientras me besaba. Él pensaba en alguien más mientras lo hacía. En Seoyoung. Pero ¿Quién mierda es Seoyoung?

Diosito, ¿Por qué mi vida es tan complicada?

—Mierda, lo siento —me disculpo rápidamente.

—¿A donde ibas con tanta prisa, pequeña? —pregunta Jimin.

—I-Iba a bu-buscarlos.

—Sun, ¿Te encuentras bien? Estás extraña, y ruborizada.

—Creo que enfermaré. No me siento muy bien.

—¿Por qué viniste a la escuela entonces?

—Ésta mañana no estaba tan mal —digo— Llamaré a mamá y me iré a casa.

—Si eso está bien. Yo le diré a los chicos —besa mi mejilla y sonríe— Te llamaré más tarde, descansa.

—Adios.

Al parecer ya no era mentira. Realmente estaba sintiéndome mal.