Capítulo 4. Cáliz de Fuego

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Una mujer que no conocía de nada nos atiborró a preguntas, aunque al final no puso nada de lo que le contestamos. Salimos de aquella sala y nos dirigimos a clases. Me senté junto a Hermione y di un toque en su hombro
-Estás enfadada?- pregunté bajando la mirada
-Claro que no, sé que vosotros no lo hicisteis, confío en vosotros- sonreí y le di un corto abrazo, ya que Alastor entró por la puerta
-Conocéis las maldiciones imperdonables?- casi toda la clase asintió. Sacó una araña de una cajita y le lanzó un hechizo, el cual le da a la persona que lo lanza el poder de hacer lo que quiera con la persona, animal o cosa que lo recibe. La araña se posó en la mesa en la que estábamos Hermione y yo- Crucio- la araña empezó a retorcerse de una forma dolorosa
-Pare! Le está haciendo daño!- grité
-Cuál es la última maldición imperdonable?!
-No lo sé!- grité intentado que las lágrimas no salieran de mis ojos
-Avada Kedavra!- dijo Alastor lanzando el hechizo a la araña. Esta dejó de moverse enseguida, la había matado. Salí corriendo de clase, seguida de Hermione y Harry
-Estás bien?- preguntó Harry
-Es obvio que no Harry- dijo Hermione. Los dos me abrazaron, pero me faltaba alguien. Y ese alguien era Ron

-Muy bien chicos, esta semana habrá un baile de invierno gracias al Torneo. Se celebrará el viernes, y tendréis que buscar pareja- dijo la profesora Mcgonagall cuando quedaban cinco minutos de su clase. Cuando esta terminó, me dirigí hacia Fred y George
-Con quién iréis al baile?- pregunté mirándolos
-Yo ya lo sé- dijo Fred. Vi como este se acercaba a Cristina, la hermana de Draco, y ella asentía con una sonrisa. Fred volvió sonriendo- Ya tengo pareja- reí y juntos llegamos a la sala común de Gryffindor, nuestra adorada casa
-Chicos!- gritó una Ginny emocionada entrando a la sala
-Qué pasa pelirroja?- pregunté mirándola
-Voy a ir con Draco al baile!- gritó ella emocionada. Ella estaba enamorada de Draco desde hacía mucho, estaba feliz por ella
-Felicidades Ginny- la abracé mientras sonreía

Al día siguiente, llegué la primera al gran comedor. Al rato llegó Cedric y se acercó a mí
-Hola Cedric- dije mientras él se sentaba a mi lado
-Hola... puedo hacerte una pregunta? Claro aparte de esta
-Claro, dispara- dije mientras le daba un mordisco a mi manzana
-Quieres venir al baile de invierno conmigo? Claro, si no te lo han pedido ya
-Sería un honor ir contigo, Cedric- dije mientras sonreía
-Oye, y sobre lo de las chapas de Los Potter Apestan, que sepas que no he tenido nada que ver con eso
-Lo sé Cedric, no pasa nada- sonreí y él se levantó. Dejó un beso en mi mejilla y se fue a la mesa de Hufflepuff, su casa

Harry y yo estábamos en el lago junto a Neville cuando vimos a Hermione y a Ron acercarse
-Chicos, dice Ron que Ginny le ha dicho que Fred le ha dicho que George le ha dicho que Hagrid os busca- dijo Hermione
-Espera, qué?- pregunté confundida
-Que dice Ron que Ginny le ha... oh vamos, no me hagáis repetirlo!- gritó ella- Hagrid os busca
-Vale, pues dile a Ron que...- empezó a decir Harry pero Hermione lo calló
-No soy una lechuza!- gritó ella. Salió corriendo seguida de Ron. Harry yo nos dirigimos hacia la cabaña de Hagrid y él nos estaba esperando en la puerta
-Tengo que enseñaros algo- dijo dirigiéndonos al bosque. Llegamos, nos pusimos detrás de unos arbustos y miramos hacia el frente- La primera prueba
-Dragones?- pregunté asustada. Hagrid asintió mientras ponía sus manos sobre nuestros hombros

Después de un rato, volvimos a la sala común. Allí estaban todos, incluyendo a Ron, quien al vernos se levantó enseguida
-Siento no haberos creído, podéis perdonarme?- Harry asintió y abrazó al pelirrojo. Este me miró- Me perdonas pequeña Potter?- se acercó a mí. Le abracé a punto de llorar, tengo que admitir que estoy enamorada de Ron desde el primer año. Desde que lo vi comiendo aquellos dulces. Él siempre ve el lado bueno de las cosas, siempre es positivo, nunca nos ha traicionado, o si lo ha hecho siempre pide perdón. Es tan bueno, tan dulce y tan guapo... vale, si conocieran un hechizo para leer las mentes seguramente vomitarían con mis pensamientos tan empalagosos. En fin, después de nuestra reconciliación con Ron, Hermione, Ginny y yo subimos a la habitación de las chicas
-Buenas noches amigas- dije mientras me tumbaba en la cama y me tapaba con las mantas
-Buenas noches Potter- escuché por parte de mis dos amigas. A los diez minutos ya estaba profundamente dormida

La hermana de Harry PotterWhere stories live. Discover now