La hermana de Harry Potter

Capítulo 2. Órden del Fénix

Harry y yo íbamos caminando junto a Arthur. Llegamos a una cabina de teléfono
-Habrá que entrar por la entrada muggle, siempre quise entrar por aquí- dijo Arthur. Nos metimos dentro, el señor Weasley le dio a una palanca y bajamos por un tubo muy largo. Llegamos al Ministerio en pocos segundos- Seguidme, es por aquí- seguimos a Arthur a través de un pasillo
-Allí es?- preguntó Harry señalando una puerta al final del pasillo
-Allí es- afirmó el señor Weasley- Os están esperando- y dicho esto se fue de nuestro lado. Cogí la mano de Harry y juntos empezamos a caminar hacia aquella puerta

Al entrar, toda la sala estaba repleta de gente, y en un banquillo estaba Dumbledore
-Señor y señorita Potter, pueden sentarse al lado de Dumbledore, por favor?- Harry y yo asentimos ante la petición del juez de la sala y nos sentamos junto a nuestro amigo
-Estamos aquí porque los hermanos Potter han utilizado la magia fuera de Hogwarts, por qué lo hicieron?- preguntó una mujer con una voz muy desagradable
-Unos Dementores nos atacaron, tuvimos que hacerlo para no morir- contesté
-Por qué iban unos Dementores a atacarles a ustedes?- volvió a preguntar la señora con voz desagradable
-Pues no lo sé, sólo sé que lo hicieron- volví a contestar

-Quién está a favor de expulsar a los hermanos Potter de Hogwarts?- preguntó la señora con voz de rata. Nadie levantó la mano, así que hizo otra pregunta- Quién está a favor de dejar a los hermanos Potter en Hogwarts?- todas las personas allí presentes levantaron las manos, menos la voz de rata. Sonreí feliz y miré a Harry, quien también tenía una sonrisa en su rostro

Volvimos a la casa de reuniones de la Órden del Fénix por la noche. En la entrada estaban todos con maletas, pero también había alguien que no estaba antes, Hagrid
-Hagrid! Que alegría que estés aquí!- dije emocionada. Le di un abrazo y Harry hizo lo mismo
-Chicos, nos vamos a la Madriguera de los Weasley. Nos montaremos en las escobas, pero Harry y ____ se montarán en la motocicleta voladora de Hagrid- dijo Alastor. Nosotros asentimos y nos subimos a la moto de Hagrid
-Agarraos chicos!- gritó el gigante. Me agarré a la cintura de Harry, ya que yo iba detrás de él, y la moto subió en el aire

-Hagrid! Debemos ayudarlos!- grité al ver como unos Mortífagos atacaban a nuestros amigos
-No podemos! Tenemos que volver antes de que os hagan daño a vosotros!- gritó él como contestación
-No veo a los Weasley ni a Hermione!- volví a gritar
-Seguro que han llegado ya, vámonos!- antes de que Hagrid siguiera manejando su moto por el aire, vi como Alastor caía de su escoba, muerto

Llegamos a la Madriguera y lo primero que hice al bajar de la moto fue entrar en la casa. Vi a casi toda la familia Weasley alrededor del sofá, sólo faltaban Fred y Ron
-Chicos, estáis bien?- preguntó Hermione dándonos un abrazo
-Qué ha pasado?- pregunté evadiendo su pregunta
-Han atacado a George, menos mal que está bien- dijo Ginny. Me acerqué corriendo a él
-Estoy bien pequeña Potter- sonreí y dejé un beso en su mejilla antes de salir de la casa
-Los demás no han llegado aún, Hermione- dije preocupada
-Llegarán, ya verás

Después de estar un rato fuera, tres escobas aterrizaron cerca de nosotras. De ellas bajaron Ron, Fred y Lupin
-Fred! George está dentro! Los Mortífagos le han atacado!- grité. Fred corrió hacia dentro y después Lupin le siguió. Yo corrí hacia Ron y rodeé su cuello con mis manos
-Estás bien? Te han hecho daño?- preguntó él poniendo sus manos en mi cintura
-Estoy bien Ron, y tú estás bien?- me separé de él y logré a ver como asintió- Vamos a entrar, tu hermano está dentro

Después de estar un rato en el sofá con George, lo ayudamos a subir a su habitación
-Las chicas dormirán en la habitación de Ginny y los chicos en la de Ron- dijo la señora Weasley
-Hasta mañana Molly- sonreí y me metí en la habitación, seguida de Ginny y Hermione. Me puse el pijama, juntamos las camas de nuevo y nos metimos en estas
-Buenas noches Potter
-Buenas noches chicas- dije cayendo en un profundo sueño, como siempre con el medallón entre mis manos