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Tan pronto cerré la puerta de mi casa, corrí hasta mí habitación para hundirme entre las sábanas y almohadas. Toda mí anatomía seguía estremeciéndose por el contacto de las manos de Taehyung contra mí piel. Seguían ahí, sus brazos rodeando mí cintura, con su cabeza sobre mis muslos y mi mano acariciando sus cabellos castaños. Mí garganta se secaba con el simple recuerdo de la declaración, el cómo aquellas tres palabras brotaron con miedo y tranquilidad mezclados.

Cerré los ojos por un segundo, esperando que, al abrirlos, el extraño pero acogedor día terminase, poder salir un rato o mismo invitar a alguien a casa. Mis padres se encontraban fuera de la ciudad, cumpliendo otro aniversario de casados y dejando a mis hermanos con unos amigos. Ellos si se amaban, su relación fue y es la más hermosa que alguna vez pudo existir. Todos los días se repetían que se amaban, que por nada en el mundo se van a separar y no importa qué, ellos seguirán juntos. Ninguno tuvo el coraje de una infidelidad, tampoco de salir a la noche a embriagarse y olvidar a su familia. Ellos aprecian a mis hermanos y a mí, somos su mayor tesoro, me gustaría tener un amor como el de ellos.

Se podía apreciar como mí canción favorita y tono de llamada estaban reproduciéndose por toda la habitación. Abrí los ojos, sorprendido de como el sol se escondía. No esperaba dormir hasta tarde ni nada por el estilo, solo descansar la vista unos segundos y hundirme en mis pensamientos, sentimientos.
Me levanté con pereza de la cama, yendo hasta la ubicación de mí móvil, apreciando como el led estaba en rojo, producto de poca batería. Lleve mí dedo hasta el icono verde, arrastrándolo hasta el centro dando inicio a la conversación.

¿Hola? — dije, somnoliento, a la vez que me frotaba los ojos, sacando, tal vez, alguna arañita de los ojos o solo despertar del todo.

Hola cosa maldita. — decía un tono enojado desde el otro lado. Sonreí.

Hola mí cielo, ¿cómo estuvo tu día? — reí y me acosté en la cama.

Muy bien, no tenía idea dónde se metió mí rey, pero estoy sana y salva. ¿Y tú, corazón? — reí — Como me digas que te dolía la panza o la sangría que hizo efecto, te reviento. — dijo rápidamente YeEun desde el otro lado.

Gracias por preocuparte. Y nop, sólo me fui porque me aburría. — y también quería estar a solas con Taehyung, pero claro que no te lo voy a decir.

Entonces te fuiste y me dejaste sola sólo por aburrimiento, okey creí que éramos amigos, así me tratas maldito. — pude detectar el tono indignado mezclado con burla.

Vamos, si me quedaba no ibas a poder gritarle a Nayoung que era una maldita zorra. — reí con sólo imaginarme a mi amiga con los efectos del alcohol y gritando.

Que rápido corren los rumores. Ignorando mi maravillosa hazaña, ¿estás ocupado?

— Para nada. — sonreí con un poco de tristeza, quería estar con Taehyung riendo o hablando con DaBin — ¿Quieres venir a casa? — pregunté, no me apetecía salir.

Llevo películas, en una hora nos vemos. Báñate roñoso. — iba a reprochar, pero la línea de corto. Rodé los ojos y dejé el móvil en su lugar, dirigiéndome al baño para darme una rápida ducha. 





frozen king ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora