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La música golpeaba con fuerza mi cabeza, juraría que el dolor aumentaría en cualquier momento. Los vasos daban paso a mí, siendo ignorados tratando de cumplir mi prometido.

"Taehyung salió hace un rato a buscar aire, no quiere estar en la fiesta. Tal vez en una hora vuelva." Las palabras seguían pegando con fuerza, agarraba de la mano a YeEun mientras avanzaba entre la multitud. Ella estaba pintada con unos leggins de goma negra, botas del mismo color hasta las rodillas y con una camiseta gris amplía hasta unos dedos arriba de las rodillas, mostraba poca carne, pero les daba contraste a los labios, rojos pasión y sus ojos bien pronunciados con un delineado sutil.

Mis pintas no eran ni de cerca las mejores, unos vaqueros negros rasgados, una camiseta blanca amplia y mis Timberlands, podía sentir como tenía algún que otro rastro de baba en la tela nívea, no estaba teniendo una buena semana.

Avanzamos entre los tumultos de gente, llegando hasta una esquina dónde Junhoe tenía acorralado a Jinhwan, un brazo sobre la pared (y el pequeñín puesto en ella) y en el otro, una botella de cerveza, miraba para ambos lados mientras que hyung torcía la nariz y le decía quién sabe qué, soltando algunas sonrisas a la piel canela.

¡Hola chicos! — gritó YeEun, toda emocionada y los rulos dando acto de presencia.

— ¡Lo que faltaba! ¡Que venga la plaga! — respondió Junhoe, alzando la voz para que se escuche por arriba de la música. — ¡¿Qué hay, Jungkook?! — preguntó a los tonos elevados.

Estoy al lado tuya, no me grites. — enarqué las cejas, sacando alguna que otra sonrisa a los presentes. Me ofrecieron una cerveza, siendo totalmente esquivada con un: — Tengo que ir al baño, ya vengo. — sonreí, logrando que YeEun saqué una igual.

Cada paso que daba a los escalones, era un motivo más para sacar mi corazón del pecho y dejarlo en el piso. Caminaba — cómo podía — pegado a las paredes, siendo arrastrado hasta aquella habitación que tan bien conocía. 





Cerré la puerta con miedo, mojando mi rostro con la tibia agua, reposando mis manos en el lavabo. La garganta la tenía mucho más que seca, ahora que lo pensaba mejor una cerveza bien fría — tal vez — no venía mal.

Puse una mano sobre la zona de mi corazón, dando una gran bocada de aire. No tenía que estar ahí, ni por muerto. Debía estar en casa, entre las calientes sábanas, hecho bolita y pensando en los brazos de Taehyung rodeando mi cintura, estaba equivocado en estar ahí, encerrado en el baño y con miedo de ser descubierto, porque sí, justo cuando estaba abriendo la puerta, escuché a Yoongi gritar el nombre menos esperado.

La puerta de la habitación fue golpeada con fuerza y pegu+e un respingo al grito: — ¡¿Cuántas veces tengo que decirle a Yoongi no se exceda?! ¡Agh! —alzaron la voz desde el otro lado del baño, por instinto, me escondí en la bañera, sintiendo la nostalgia pegar de golpe y una tímida sonrisa decoró mi rostro. — Mierda, no cerré la puerta antes. — ahora su tono era leve, como si estuviera un poco triste o sin interés, ya, si entraban, extrañado mismo.

Sentado ahí, contra la pared y los muslos en la bañera, agradecía que no esté con restos de agua, también el hechoque la cortina cubra con mucha ciencia mi cuerpo siendo imposible de ver cuando Taehyung abrió la puerta. El déja vu hacia acto de presencia, mientras que el sonido de la cremallera del otro era bajada y una risa tonta salió de mis labios, siendo cubierta por mis manos.

frozen king ; taekookWhere stories live. Discover now