epilogue

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El cuerpo desnudo de Jungkook crujió bajo las sábanas, se sentía frío e inquieto, faltaba algo, faltaba alguien.

Se estiró bajo la protección de aquella tela blanca, alargando el brazo hasta el otro lado, notando que no había cuerpo alguno, gimió en dolor, siempre lo mismo. Llevó ambas pálidas a su rostro, sacando alguna lagaña y tratando de acostumbrarse a la poca luz que entraba por las cortinas. Giró un poco su cabeza, viendo que el reloj marcaba las 11:09 a.m., era sábado, tenía todo el día libre y ya había rendido la mayoría de sus exámenes, pensaba quedarse todo el día en la cama durmiendo, pero algo le dijo que no.

Estiró sus brazos hasta el techo, como si admirara algo en su mano, siendo así y sonriendo como bobo. En su transe de joven enamorado, un susurró en su oreja lo alarmó.

¿Qué tanto ves, cariño? — aquella aterciopelada voz que lo tenía en las nubes, quiso girarse, pero el delgado cuerpo contrario lo atrapó con sus brazos, repartiendo sonoros besos en toda la mejilla que podía. Jungkook sólo podía sonreír, derramando miel desde sus ojos por la ternura que tenía su pareja con él.

Ya déjame. — dijo entre medio de sonoros besos, escuchó un bufido contrario y como el cuerpo se acomodaba a su lado, se giró quedando de frente a frente y poder sonreír.

Iba a traerte el desayuno y despertarte con una maratón de besos, pero salgo del baño y te encuentro mirando el techo como si quisieras que se caiga y te haga papilla. — la sonrisa de diversión que tenía Taehyung lo hizo enojarse, arrugando su nariz y entrecerrando sus ojos.

No quería que me haga papilla, deja de inventarte cosas. — hizo un puchero y en el intento de girarse para darle la espalda, una mano tomó una de sus mejillas y las tiró para arriba.

Que me trates bien, soy mayor que tú, te recuerdo. — enarcó las cejas y habló con gravedad.

Me vale. — sacó la lengua y sonrió al ver como el pelinegro hacia presión con su lengua en la mejilla interna. — Hey, que ese gesto es mío.

Me vale. — sonrió enormemente, mostrando aquella rectangular y luego acomodarse con la espalda contra el cabezal de la cama. Jungkook quiso reír por la camiseta de "im your daddy, respect me" que tenía el mayor en rosa con letras negras y un corazón flechado, pero toda acción posible fue interrumpida al sentir las cálidas manos de Taehyung tomando su mentón, abrió los ojos en confusión, siendo aliviada al sentir los labios secos del otro. Estuvieron por cortos segundos con los labios juntos, siendo sólo un toque casto e inocente. Al separarse, el mayor habló: — Buenos días, futuro esposo. — las mejillas de Jungkook se habían teñido de un rosado demasiado observable y fuerte.

Buenos días, futuro esposo. — respondió, ganando una sonrisa rectangular y preciosa. Cuando estaban por volver a unir sus labios, la alarma sonó al mismo tiempo que el toque del microondas. — ¿No tendrías que estar yendo al trabajo? — preguntó Jungkook, luego de unos segundos de silencio dónde los dos se quedaron como piedra mirándose los labios al otro, recordando la dura realidad en la que vivían.

Sí, ¿y tú no deberías estar yendo a clases? — interrogó el pelinegro, mirando al castaño mientras este reía.

Terminó el semestre, las clases que tenía los sábados ya no existen. — sonrió con triunfo, mientras miraba a su — ahora — prometido que tenía una sonrisa de labios. — ¿Y el trabajo?

frozen king ; taekookWhere stories live. Discover now