Odio las mañanas.

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Odio las mañanas.

Golpee el pequeño dispositivo que se encontraba a mi costado, siempre me arruinaba las mañanas... a la misma hora. '5 minutos más' me dije a mi misma, lo cierto es que esos 5 minutos se convirtieron en 1 hora y ya iba tarde a la primera hora. Nada nuevo en mi.

Me vestí con lo primero que encontré y baje tropezando por las escaleras, mi madre se había ido muy temprano por su tiempo completo; tomé un paquete de twinkies de la alacena para poder desayunar camino a la escuela, vamos, ¿quién tiene tiempo en las mañanas para desayunar saludablemente? Tomé mi mochila y corrí a buscar mi bicicleta, esto ya era rutina.
4 minutos de mi casa al instituto, y aún así siempre llegaba tarde, caminé hacia mi casillero para dejar mis libros, un pelirroja caminaba hacia mi:

-¿Otra vez tarde, Madison? - me encongí de hombros. - Te perdiste la clase de español, nos dejaron mucha tarea y la profesora se cayó al salir.- rio mostrando sus perfectos dientes blancos mientras arrugaba la pequela nariz pecosa que Ashley tenía. Yo reí con ella.

-¿En serio? Me hubiera gustado ver eso. - dije mientras cerraba mi casillero. -¿Qué clase nos toca ahora? Se me ha olvidado en horario en casa. -pregunté mientras le daba el ultimo mordisco a mi twinkie.

-Matématicas. -Rodeé los ojos.

Nunca había sido buena para matematicas, era un asco, y peor aún las matematicas complejas que estaba llevando en ultimo año de preparatoria, era estresante. Pero siempre lograba pasar aún así fuera con 6, siempre me salía con la mía.

-Ugh, que fastidio. Como si tuviera ganas de escuchar al viejo de Jones hablando de parabolas y esas estupideces. -Contesté molesta, Ashley me miro un poco confundida.

-Pero...desde ayer que ya no viene el señor Jones, lo han transferido.- la miré sorprendida, luego me acordé que llegué tarde a la clase del señor Jones. -Hoy nos van a presentar al nuevo maestro, por dios, espero que sepa explicar bien que el señor Jones era un asco en eso.

-Y yo espero que sea facil aprobar.- reí y ella hizo lo mismo, tome su brazo para dirigirnos a nuestro salón.

Me senté en la parte de enmedio, siempre lo he hecho, ahí es donde puedes echar relajo y al mismo tiempo poner atención, claro, si así lo deseas. Ashley se sentó detrás de mi, estuvimos hablando con otros chicos que estaban alrededor de temas vanales, todo el salón estaba haciendo ruido y depronto se callaron todos.
La puerta se abrió y un hombre alto, delgado, cabello a los hombros y vistiendo un traje negro entró, su presencia era dura, todos se miraban unos a los otros, yo no podía apartar mi vista de él; posó su maletin sobre el escritorio, sacó de el un marcador y comenzó a escribir.

"Michael Jackson. Para ustedes, el señor Jackson."

-Buenos días.- levantó su rostro, tenía unos grandes ojos marrones, una nariz pequeña, unos labios gruesos y una mandibula muy definida. Su voz era suave, pero muy varonil.

-Buenos días.- respondieron todos al unisono.

-Creo que no hace falta que haga una muy grande introducción, ustedes ya saben que soy su nuevo profesor de matématicas.- dijo firmemente mientras se acomodaba el traje de los costados.- Vamos a comenzar la clase.

No dio ninguna pista de empatía lo cual me causo algo de miedo, se veía serio, algo vacío. Mi mirada seguía puesta sobre él observando cada detalle que hacía, su mano sobre el pizarrón se movía muy elegantemente, cada vez que el cabello tapaba su rostro el lo apartaba suavemente con un dedo, estaba atonita, y creo que él se dio cuenta porque me miró a los ojos frunciendo el ceño, aparte rapidamente mi vista y miré hacía otro lado.

-¿Cuál es su nombre, señorita? - preguntó él, supuse que no era para mi así que seguí mirando a través de la ventana. -He preguntado por su nombre. -volvío a hablar, pero ahora aún más serio; Ashley tocó mi hombro. Me hablaba a mi.

-Madi-madison. Madison Cooper. - dije dificilmente, mis mejillas se tornaron rojas; Tragué saliva.

-De acuerdo señorita Cooper, ¿y qué ha estado haciendo estos 30 minutos de la clase si no ha escrito los problemas que he puesto en el pizarrón? -preguntó con un tono molesto, yo miré el pizarrón cual estaba repleto de formulas y preguntas que yo no entendía, no me había dado cuenta que estaban ahí.

-Lo siento.- no supe que responder, él aparto su mirada de mi y continuo la explicación; suspiré, que estúpida me vi.

Me dispusé a copiar todo lo que el Señor Jackson había escrito pero en cuanto toque la pluma la campana para la siguiente clase resonó, suspiré aliviada. Él guardo todas sus cosas y salio por la puerta sin decir nada, me quedé pensando.

-Madison, ¿qué te ha pasado? -cuestiono Ashley mientras mi miraba confundida. -Has estado en shock desde que el profesor entro por esa puerta. -Yo la miré y fruncí el ceño. Que vergüenza.

- Es solo que tengo sueño, no he dormido bien estos últimos días lo siento. - Ashley se encogió de hombros, no se la creyó pero cortó la conversación lo cual yo agradecí internamente. Ni siquiera yo sabía que me había pasado.

Quería evitar que eso fuera tema de conversación ya que me incomodaba un poco por lo que evadí el tema a lo largo del día. Ya era la hora de salida y Ashley junto con otros amigos se habían organizado para ir a comer juntos, yo dije que no, la verdad es que ese día mi madre había salido temprano y quería almorzar con ella ya que no lo hacemos muy seguido.
Guarde la bicicleta en el garage y entre a mi casa.

-Hola mamá, huele delicioso. ¿Qué cocinaste? -pregunté caminando hacía ella para después plantar un beso en su mejilla, ella sonrío.

-No tuve tiempo de cocinar y pase a comprar comida china. Tu favorita. -Yo sonreí y dejé mi abrigo sobre la el sofá.

-Me parece perfecto, gracias mamá. -Dije mientras me sentaba en la mesa, ella hizo lo mismo y comenzó a servirme la comida.

-¿Cómo te fue en la escuela? ¿Algo nuevo? -preguntó curiosa, yo negué la cabeza.

-Nada interesante.- tomé un poco de mi jugo y después recordé que sí había algo interesante. -De hecho, sí.- me miró curiosa esperando una respuesta. -Tenemos un nuevo maestro de matematicas, es muy serio, se llama Michael Jackson.

-Pues espero que con él obtengas mejores calificaciones, porque eso de estar sacando 6 cada semestre no me pone muy contenta. -reí por lo bajo y asentí. Seguimos comiendo y platicando de nuestros días por un par de horas hasta que se tuvo que ir de nuevo al trabajo.

Mi mamá era una enfermera por lo que siempre estaba fuera de casa, si yo fuera otra persona me quejaría pero sé que ella hace un esfuerzo por sacarnos adelante. Papá nos dejó hace 7 meses y nos dejó sin nada después del divorcio. Solíamos vivir muy felices y lo teníamos todo, no sé exactamente que pasó entre ellos pero se fue, y no volvió. Ahora nos tocaba sobrellevarlo mi madre y yo.

Estaba cansada mentalmente y fisicamente por lo que decidi subir a mi habitación; mi cabeza daba vueltas y no dejaba de preguntarme por qué me había comportado así hoy en la clase de matematicas. Cerré mis ojos y me dispuse a dormir.

Mr. JacksonWhere stories live. Discover now