OCHO

3.1K 278 18
                                    

Me levanto y voy directo al baño, podría haber usado el baño que está en mi cuarto, pero quiero saber de Luis

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me levanto y voy directo al baño, podría haber usado el baño que está en mi cuarto, pero quiero saber de Luis.

Alguien que me explique por qué fui tan imbécil con él.

Me incorporo y me siento en la cama un poco mareado.

Quedo tildado mirando un punto fijo. La nada misma es definitiva.

Escucho cerrarse la puerta y me paralizo.

Salgo corriendo hacia el living. Dejó su aroma regado por toda la casa, cierro los ojos e inspiro con fuerza apreciando su olor.

Voy desesperado hacia su habitación, su cama está armada, abro la puerta de su armario. Y hay muy poca ropa.

Se fue.

¿Se fue?

Se fue.

El pendejo se fue. Se cansó de mí. De mi idiotez e inestabilidad.

Paso mi mano por las pocas prendas que quedan en su armario.

No es nada, él no es nadie. Me convenzo.

¿Qué estoy haciendo?

Salgo de la habitación.

***

Escucho la puerta abrirse y voy corriendo hacia la entrada. La puerta finalmente se abre y veo a Luis entrar. Inmerso en sus pensamientos, callado y demasiado serio.

—Volviste —expreso poniéndome delante de él.

—¿A qué te referís, Andrés? —Arruga la frente mientras me esquiva. Lo noto un poco desorientado. Quizá sea por mi arrebato.

—Pen... pensé que te habías ido. Yo... Fui a tu pieza y no estaba tu ropa.

—La llevé al lavadero. ¿Qué te pasa?

—Nada, solo yo...

—¿Vos qué? —Aprecio sus misteriosos ojos atacandome a través de los anteojos.

—Te quería pedir disculpas, no estuve bien. No estoy bien —concluyo.

No te quiero arruinar con mi mierda. Tenés tanta luz. Tiene tanta luz.

—¿Va a ser siempre así? Te lo vuelvo a preguntar. En serio va a ser siempre así. No sé lo que te pasa, ahora estoy apurado si querés a la noche con tiempo hablamos.

—¿Te tenés que ir? —pregunto de inmediato.

—Sí, tengo que recuperar la clase que perdí hoy a la mañana —remarca eso último, haciendome sentir culpable—. No me esperes, Andrés. No sé a qué hora voy a volver.

Se va hacia su habitación. Toma algunas cosas, lo sé porque estoy detrás de él, husmeando todo lo que hace. Persiguiéndolo.

Sale de allí y se acerca a mí, demasiado cerca y demasiado lejos.

Con el corazón roto [PAUSADA]Where stories live. Discover now