12. Frozen

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XII

No puedo moverme ni hablar, el desconcierto me ha congelado. Ese vampiro es mi hermano. Él me sonríe, dando un paso atrás. Esperaba encontrarme con él, pero no de esta manera tan abrupta. Ha sido demasiado brusco, o tal vez no estaba lista para enfrentarlo. Él mantiene sus ojos en mí con precaución; Ian me mira, pero no dice una palabra, probablemente tampoco sabe qué decir.

—¿Qué quieres? — pregunta Milosh, indiferente, dándome la espalda.

—Yo... —Trago, tratando de hacer una oración coherente—Tú eres mi hermano —digo más para mí misma que para nadie a mi alrededor.

—¿Y? —pregunta, el desinterés claro en su voz claro. Camina alrededor de los restos de los cruentus.

—¿Me recuerdas? —Su frialdad sobre toda esta situación me confunde.

—Desafortunadamente, lo hago —El desprecio en su voz me hace fruncir el ceño, ¿Él me odia?

—¿Recuerdas a nuestros padres? —Espero que pueda ayudarme con mis recuerdos perdidos.

Milosh se tensa y se materializa justo enfrente de mí. Sus ojos pasan de ser verde claro a un verde felino oscuro en un parpadeo. Retrocedo.

—¿Estás bromeando? ¿Quieres morir? —amenaza en mi cara, enojado.

Levanta la mano y estoy tan desconcertada por su reacción que solo puedo esperar el golpe, cerrando los ojos; pero este nunca llega. Abro los ojos para ver una espada afilada en el cuello de Milosh. Ha hecho un pequeño corte allí, una línea de sangre desciende por su pálido cuello. Sigo la mano que sostiene la espada y encuentro a Shadow.

—Tócala y estás muerto —amenaza serio. Todavía estoy asimilando el hecho de que mi hermano ha tratado de golpearme.

—Me olvidé de tu mascota —dice Milosh, dando un paso atrás.

Shadow retira su arma y la pone sobre su espalda. No entiendo nada de esto. ¿Por qué mi hermano me ha atacado así?

—Tengo que irme. Aléjate del territorio de este clan, pasaré por alto el hecho de que mataras a nuestros guardias. Eso ha sido grosero —Hace un gesto al cruentus. ¿Él los controla? Nunca he oído hablar de vampiros que controlaran cruentus.

—¡Espere! —camino hacia él, pero Shadow me agarra del brazo para detenerme—. ¿Por qué me desprecias tanto?

Él es la única conexión que tengo con mi pasado. Una sonrisa diabólica se forma en los labios de Milosh.

—¿No puedes recordar? —Mantiene ese gesto burlón en su rostro. Niego con la cabeza, Shadow se tensa junto a mí—. ¿En serio?

—No entiendo por qué me odias si eres mi hermano.

—Deja de decir eso. La única razón por la que no estoy terminando con tu existencia ahora es esa mascota que tienes a tu lado.

Estoy a punto de hablar cuando llegan dos cruentus grandes y se detienen a los lados de Milosh sin atacarlo. ¿Qué demonios...?

—Él puede controlarlos, los usa como guardianes del territorio de su clan —me explica Shadow, que debe haber notado la confusión en mi cara.

—No sabía que eso fuera posible —Nunca había oído hablar de ello antes. Milosh nos da la espalda, dejando a los dos grandes cruentus detrás de él.

—Oh, hermanita... —Lo escucho decir con falsa dulzura—. El asesino de nuestros padres está aquí, ahora mismo. —Me congelo.

—Milosh... —El tono de Shadow suena como una advertencia.

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