Capítulo 143

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—El Ministerio de Magia le desea una agradable tarde— dijo la voz de mujer. La puerta de la caseta telefónica se abrió de pronto; Venus salió de la caseta seguida de cerca por Alec y Astrid. El único sonido que había en el atrio era el constante correr del agua de la fuente dorada, en donde los chorros de agua que salían de las varitas de la bruja y del mago, la punta de la flecha del centauro, el sombrero del duende y las orejas del elfo-doméstico continuaban cayendo en el agua que los rodeaba.

—Vamos—dijo Harry en voz baja y los nueve corrieron por el salón, con Harry al frente, pasaron más allá de la fuente hacia el escritorio donde se sentaba el guardia-mago que había registrado la varita de Harry, y que ahora estaba desierto.

Venus estaba segura que debería de haber alguien de seguridad allí, y seguro que su ausencia era una señal siniestra, y su sensación de presagio aumentaba mientras pasaban a través de las puertas doradas hacia los elevadores. Potter presionó el botón de "abajo" más cercano y casi inmediatamente un elevador estuvo a la vista, las rejillas doradas se abrieron con un gran y resonante clank, y ellos entraron rápidamente.

Harry aplasto el botón con el número nueve; las rejillas se cerraron escandalosamente y el elevador comenzó a descender, golpeando y rechinando. Harry no había notado que tan ruidosos eran los elevadores el día que había venido con el Sr. Weasley; él estaba seguro que el estrépito atraería a todas las personas de seguridad en el edificio, con todo, cuando el elevador paro, la fría voz femenina dijo, Departamento de Misterios, y las rejillas se abrieron.

Salieron hacia el corredor donde nada se movía a excepción de las antorchas cercanas que oscilaban a causa del aire proveniente del elevador. Harry se dirigió hacia la puerta totalmente negra. Después de meses y meses de soñar con ella, por fin estaba aquí.

—Vamos, —susurró, y los condujo por todo el corredor, Luna iba justo detrás de él, mirando alrededor con la boca ligeramente abierta. —De acuerdo, escuchen, —dijo Harry, deteniéndose de nuevo a dos metros de la puerta. —Tal vez... un par de ustedes deberían de permanecer aquí como... como un puesto de vigilancia

— ¿Y cómo se supone que vamos a avisarte si alguien se acerca?' —preguntó Ginny, arqueando las cejas. — Podrías estar a kilómetros de distancia.

—Nosotros vamos contigo, Harry— dijo Neville.

—Continuemos con esto—dijo Ron firmemente.

Harry no quería llevar a todos con él, pero le pareció que no tenía otra opción. Giró hacia la puerta y camino hacia adelante... justo como lo había hecho en su sueño, la puerta se abrió y cruzó la entrada con los otros pisándole los talones.

Venus sabía exactamente a donde se dirigía, por fortuna o no, ella ya habia estado ahí. Pero ellos no tenían que saberlo, Alec iba con ella a su lado. Todos seguían a Potter, ella no le ponía demasiada atención porque ella habia tenido que aprender de memoria todos los pasillos que estaban cerca o pasaban por ahí por lo que iba distraída.

Estaban parados en un cuarto grande y circular. Todo ahí dentro era negro incluyendo el piso y el techo, colocadas alrededor de las paredes había puertas negras idénticas, sin ninguna marca y sin perillas, intercaladas con ramilletes de velas cuyas flamas ardían azules, su fría y vacilante luz re reflejaba en el brillante piso de mármol, lo que lo hacía lucir como si fuera agua oscura bajo sus pies.

Venus tenía que admitir que no habia pasado por aquella sala, la vez que estuvo con las guardianas en el ministerio. Tal vez fue porque las guardianas eran un buen apoyo y solo se aparecían sin necesidad de cruzar miles de puertas.

—Que alguien cierre la puerta—murmuró Harry.

Se arrepintió de haber dado esa orden en el momento mismo en que Neville la había obedecido. Sin el largo rayo de luz proveniente del pasillo de las antorchas, situado detrás de ellos, el lugar se volvió tan oscuro que por un momento lo único que podían ver era el lugar donde estaban los ramilletes de vacilantes flamas y su fantasmal reflejo en el piso.

En su sueño, Harry siempre había caminado decididamente hacia la puerta que estaba justo al frente de la puerta de entrada y la había atravesado. Pero ahora aquí había una docena de puertas. Y justo cuando estaba observando las puertas frente a él, tratando de decidir cuál era la correcta, hubo un gran y resonante sonido y las velas comenzaron a moverse hacia un lado. La pared circular estaba girando.

Hermione se tomó del brazo de Harry, como si temiera que el piso pudiera moverse también, pero este no lo hizo. Por algunos segundos, las llamas azules alrededor de ellos se volvieron borrosas asemejando luces de neón mientras que la pared giraba rápidamente; entonces, tan repentinamente como había comenzado, el sonido paró y todo se quedó de nuevo inmóvil. Los ojos de Harry tenían grabados rayas azules; que era todo lo que él podía ver.

— ¿Que fue eso? —susurró temerosamente Ron.

—Pienso que eso fue para que no supiéramos por cuál puerta habíamos entrado—dijo Venus con voz serena.

La Promesa De Una WeasleyWhere stories live. Discover now