Capítulo 170

1.1K 110 2
                                    

Al contrario, se sintió incluso más enfadado de que Dumbledore estuviese dando signos de debilidad. No tenía asunto estar débil cuando Harry quería ponerse rojo de furia y atacarle. Dumbledore bajó sus manos y miró a Harry a través de sus gafas de media luna. 

—Es hora –dijo Dumbledore —de decirte lo que debería haberte dicho hace cinco años, Harry. Por favor siéntate. Te lo voy a contar todo. Sólo te pido un poco de paciencia. Tendrás tu oportunidad de estar furioso conmigo, de hacer lo que quieras, cuando yo haya terminado. 

Harry le lanzó una mirada desafiante por un momento, luego se dejó caer de nuevo en la silla en frente de Dumbledore y esperó. Dumbledore miró por un momento las soleadas superficies a través de la ventana, luego volvió a mirar a Harry y dijo

—Hace cinco años llegaste a Hogwarts, Harry, entero y seguro, como yo había planeado y pretendido. Bueno, no tan entero. Habías sufrido. Yo sabía que lo harías cuando te dejé en la puerta de tus tíos. Sabía que te estaba condenando a diez oscuros y difíciles años. — Hizo una pausa. Harry no dijo nada. —Podrías preguntar, y con razón, por qué tuvo que ser así. ¿Por qué no podía alguna familia de magos adoptarte? Muchos lo habrían hecho más que complacidos, habría sido un honor y habrían disfrutado con adoptarte como a un hijo. Mi respuesta es que mi prioridad era mantenerte con vida. Estabas en más peligro que nadie, pero yo me di cuenta. Voldemort había sido desbancado unas horas antes, pero sus seguidores (y muchos de ellos eran incluso tan terribles como él) estaban todavía, y mucho, enfadados, desesperados y violentos. Y yo tenía que tomar mi decisión considerando también los años que quedaban por delante. ¿Creí que Voldemort se había ido para siempre? No. Sabía que podrían pasar diez, veinte o cincuenta años antes de que él volviese, pero estaba seguro de que así lo haría, y estaba seguro también, conociéndolo como lo conozco, de que no descansaría hasta verte muerto. Sabía que el nivel de magia de Voldemort es quizás más extenso que el de cualquier mago vivo. Sabía que incluso mis hechizos más complejos y poderosos no era probable que fuesen invencibles si él volvía con su poder completo. Pero sabía también, donde era débil Voldemort. Por eso tomé mi decisión. Estarías protegido por una antigua magia que él conoce, a la que desprecia, y a la que además, siempre ha desestimado, para su precio. Estoy hablando, por supuesto, del hecho de que tu madre murió para salvarte. Ella te dio una protección para siempre que él no esperaba, una protección que corrió por tus venas hasta estos días. Puse mi confianza, además, en la sangre de tu madre. Te entregué a su hermana, el único pariente que le quedaba. 

—Ella no me quiere –dijo Harry de repente—No me da un maldito... 

—Pero ella te acogió –dijo Dumbledore cortándolo—Podría haberte cogido a regañadientes, furiosamente, con mala voluntad, amargamente, pero aún así te acogió, y al hacerlo así, selló el encantamiento que había puesto en ti. El sacrificio de tu madre hizo al vínculo de sangre el escudo más fuerte que yo podría haberte dado. 

—Yo todavía no... 

—Mientras puedas llamarle casa al lugar donde vive la sangre de tu madre, ahí no podrás ser tocado o herido por Voldemort. Ella derramó su sangre, pero siguió en ti y en tu tía. Su sangre se volvió tu refugio. Necesitas volver allí sólo una vez al año, pero tanto tiempo como puedas llamarle casa, mientras estés allí él no podrá herirte. Tu tía lo sabe, le expliqué lo que había hecho en la carta que dejé contigo a su puerta. Ella sabe que dejarte sitio podría haberte mantenido con vida durante los últimos quince años.  

—Espera –dijo Harry— Espera un momento.— Se acomodó en su silla, mirando a Dumbledore. 

—Usted envió aquel Howler. Usted le dijo que recordara, era su voz... 

—Creí –dijo Dumbledore inclinando su cabeza ligeramente— que necesitaría un recordatorio del pacto que había sellado al acogerte. Sospeché que el ataque del dementor podría haber despertado en ella los peligros de tenerte como hijo adoptivo. 

—Lo hizo –dijo Harry con calma—Bueno, a mi tío más que a ella. Ella quería echarme, pero después de que llegase el Howler ella... ella dijo que tenía que quedarme.—Se quedó mirando el suelo por un momento, luego dijo—-Pero, ¿qué tiene esto que ver con...? 

 No podía decir el nombre de Sirius. 

— Hace cinco años, luego –continuó Dumbledore, como si nohubiera interrumpido su historia—llegaste a Hogwarts, no tanfeliz ni tan bien alimentado como yo habría querido quizás, perovivo y saludable. 

La Promesa De Una WeasleyWhere stories live. Discover now