• Where do we go from here? • MinSung

Capítulo 3 ; Sueños

*Se recomienda escuchar la canción mientras se lee la parte de Minho.*

Minho pov

Una de las salas en la facultad se encontraba libre, y Minho vio la posibilidad de usarla para ensayar un baile que estaba preparando, ya que en su apartamento molestaba a los vecinos y no quería más quejas; no tenía pensado darle el gusto a sus padres de volver a casa, sobre todo porque no respetaban sus decisiones de futuro. En resumen, el chico se había mudado para seguir sus sueños y convertirse en bailarín profesional. (Aunque eso significase trabajar y estudiar al mismo tiempo.) Sus padres sólo aceptarían que viviese bajo su techo si estudiaba medicina, ¿de verdad creían que por ser médicos su hijo también lo sería? Era ridículo.

Además no conocían su orientación sexual. Posiblemente lo odiarían si lo llegasen a saber. Aún así, hacía tiempo que Minho no le daba importancia a esto, su felicidad iba por encima de los deseos egoístas de sus padres... pero, los echaba de menos. Y eso le hacía sentir un pequeño vacío en el pecho, que por suerte, Jisung llenaba cuando estaba cerca. ¿Cómo había conseguido colarse así en su vida? Tan sólo habían pasado un par de semanas.

Borró todos aquellos pensamientos de su mente en cuanto empezó a sonar la música. Cerró los ojos y notó como sus extremidades se movían al ritmo de la música; era una sensación envolvente. Como una droga dura de la que él no quería rehabilitarse. Un chute de energía invadió su cuerpo llevándolo hasta lo que él se atrevería llamar ''nirvana''. Así se evadía del mundo.

Los altavoces seguían vibrando y la voz de Adam Levine resonaba por toda la sala. Cold de Maroon 5 no era la canción más animada. Ni la más romántica. Ni le hacía falta serlo. Simplemente conseguía lo que otras canciones no podían, hacer que Minho se relajase de forma instantánea.

Cuando la canción acabó, abrió los ojos y se encontró con un chico aplaudiéndole. Su corazón dio un salto y su sonrisa hizo acto de presencia. Sin moverse del sitio le habló al chico que le había robado más que la sonrisa.

-- Jisung....¿Qué haces aquí?

El menor lo observaba asombrado, como si acabase de ver una obra de arte en movimiento. Jisung se acercó a él, mostrando una de esas sonrisas que le pertenecían al mayor, parándose a pocos centímetros del chico. Sin poder evitarlo, apoyó su frente en la de Minho, consiguiendo que éste contuviese la respiración. Reparó en su color de ojos, en su nariz respingona y en sus labios. También en su mirada inocente y cálida que conseguía tranquilizarlo. Su respiración se acompasó a la de Jisung, poco a poco. No sabría decir cuántos minutos se quedaron en silencio. Las palabras sobraban. Estaban en su propio mundo.

Más tarde, dejó que sus brazos se posasen en sus caderas, acercándolo hacia sí. Sus dedos acariciaban dicha zona con calma. Sobre sus hombros notó como el menor posaba sus brazos, acortando algo más la distancia entre ellos.

-- Visitar a mi hyung favorito. -Acarició con la nariz la del contrario, consiguiendo que Minho tuviese ''mariposas'' en el estómago.- Además ha valido la pena por verte bailar.

Se separaron despacio, ninguno de los dos planeaba dejar al otro irse, pero sabían que era pronto. No querían acelerar las cosas. Aunque el deseo de besarlo le estuviese matando un poco por dentro.

Minho le enseñó algunos pasos a Jisung mientras disfrutaban de la música y de la compañía del otro; cambió la playlist y puso una con canciones más animadas y, él creía, que más fáciles para que bailase con él. A pesar de sus intentos, el menor resultaba ser algo torpe lo que lo hacía más tierno. Parecía que habían pasado siglos desde que no sonreía de aquella forma, por eso pensó que, tal vez, Jisung le ayudaría a recomponerse y a encontrar su sitio otra vez.

Jisung pov

Su móvil empezó a vibrar encima de su mesita de forma continuada, consiguiendo despertarle. ''Espero que sea algo importante'' pensó Jisung, quien se había pasado la noche jugando a videojuegos con Felix y se sentía como si su cabeza fuera a explotar en cualquier momento. Los mensajes eran de Felix contándole cosas irrelevantes sobre un nuevo comic que se había comprado, su madre mandándole tareas, algún mensaje del grupo de clase y el que él decidió abrir.

Minho: ¡Enano! He hablado con Chan y quiere quedar contigo. Te dije que funcionaría, ¿ah? Te pasaré a buscar después de comer si te parece bien.

''Oh dios mío, Minho eres el mejor'' dijo mientras saltaba de su cama para ir enseguida a la ducha y prepararse. Las tareas podrían esperar un rato más. Como si fuese por arte de magia su dolor de cabeza se había esfumado y ya se volvía a encontrar bien, incluso más animado.

Al salir de la ducha, se encontró a sí mismo preocupándose por la ropa que llevaría. No era por Chan ni por Changbin, quien posiblemente estaría, sino por Minho. Se puso unos pantalones oscuros, una de sus sudaderas negras y encima de ésta, una camisa de color teja. En los pies sus inseparables Nike y una gorra de la misma marca en la cabeza.

Buscó su libreta de canciones, la tenía desde hacía un par de años y no se separaba de ella. Allí escribía todas los raps que se le venían a la cabeza, normalmente influenciado por las vivencias en su casa y por los problemas que esto conllevaba. Era como su diario y su confidente, allí tenía todos sus secretos.

Le dijo a sus padres que iría a casa de Felix a dormir, y que no se quedasen esperándolo. No solía mentirles, pero por esta ocasión valía la pena arriesgarse.En realidad iría a casa de Chan, un chico tres años mayor que él que tenía un ''grupo'' de rap con Changbin.

Además, era una mentira a medias, sí dormiría en casa de Felix.

Minho le estaba esperando en la parada, cerca de su casa; vestía un chándal de Adidas en color negro con las franjas en blanco y la camiseta blanca se asomaba bajo la sudadera. Lo acompañaba con una chaqueta vaquera y sus vans altas de color blanco. Jisung se acercó corriendo, dejando un beso en la mejilla del mayor a modo de saludo, riendo ante la expresión confusa del mayor, quien rápidamente lo tomó de la mano, entrelazando los dedos de ambos.

-- Hola, Jisungie. ¿Estás listo?

Jisung no tuvo que contestarle, sus ojos se lo decían todo. Estaba listo.