Capitulo 8

10.8K 420 22
                                    

Despierto sin querer abrir los ojos, y mucho menos levantarme, me duele horrible la cabeza y mi estómago esta muy revuelto, con ganas inmensas de vomitar. Creó que me pasé un poquito de copas, no recuerdo en que momento me puse mal.

Giro en la cama para ponerme boca arriba, las sábanas de seda me envuelven como si quisieran que no me levante de la cama, más dormida que despierta comienzo a frotar mi cara con ambas manos, aquí es donde mis sentidos se agudizan, siento algo holgado en mis brazos hasta llegar a mis muñecas, estoy segura que no es mi vestido y mucho menos mi pijama por que no uso, abro los ojos y de inmediato me siento en la cama. El pánico se apodera de mí, hasta la resaca desapareció, busco con la mirada pero al parecer estoy sola en la habitación, es muy grande, oscura y sobria todo está en colores negro y gris, tiene un gran ventanal que lo cubre una obscura cortina en definitiva no es mi habitación, reviso lo que traigo puesto es una camisa de hombre, y se de quién es porque la traía puesta la noche anterior..., su aroma sigue impregnado en ella al igual que en las sábanas y en la almohada que estoy abrazando, ¡por Dios que hice anoche!.

No lo puedo creer.

Hundo mi cara en la almohada y cierro los ojos tratando de recordar algo más, todo va bien hasta el momento en el que él se ofrece para llevarme, de ahí en adelante no recuerdo mas, es como si alguien hubiera borrado toda esa parte de mi cerebro, imágenes de él y yo en un beso apasionado llegan a mi cabeza, en mis labios comienzo a sentir esa sensación como si acabase de suceder, entonces si paso algo entre nosotros ¡Hay no!, ahora me siento peor,  no soy una Santa pero tampoco acostumbro acostarme con alguien que acabo de conocer y mucho menos sin ni siquiera haber tenido una cita, creo se me están pegando las malas mañas de mi amigo.

Pero por qué a mí y por qué con él.

—Veo que has despertado. —su voz me hace sentir de nuevo esa sensación de cosquilleo en el vientre, saco de poco la cabeza de la almohada, estaba tan metida en mis pensamientos y cruda moral que no escuche en que momento abrió la puerta, observó su maldita y sexi sonrisa, esta recargado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados, unos pantalones deportivos y una camisa que le ajusta a la perfección su torso y cada músculo en él, se nota que le gusta el ejercicio, ¿acaso este hombre es modelo?, con todo se ve guapo y perfecto, en cambió yo en estos momentos he de tener un aspecto desastroso lista para una fiesta de Halloween o para una escena de zombie en the walking dead.

—Perdón toque varias veces la puerta y como no respondías por eso decidí entrar. —vuelve hablar al darse cuenta que no obtiene respuesta mía.

Limpio la baba que se me ha caído al verlo, carraspeo aclarando mi garganta y trato de arreglar con los dedos mi cabello enmarañado.

—Disculpa que no te escuche, voy despertando. —trato de sonar tranquila aunque en realidad no lo estoy.

—Si te sientes mejor puedes bajar a comer algo y después te llevo a tu casa, ahí está el baño si quieres ducharte. —señala con un dedo la puerta del baño.

—Gracias pero prefiero hacerlo cuando llegue. —lo que quiero es salir corriendo de aquí lo antes posible.

—Como quieras, te espero a bajo. —no quita su mirada fija en mi y tampoco mueve su postura, ¿que esta esperando?, que salga de la cama así como estoy, bueno al parecer ya vio todo que más da.

—No ha pasado nada entre nosotros dormí en otra habitación y te di mi camisa para que descansarás mejor. —me dice como si estuviera leyendo mis pensamientos, sus palabras me llenan de alivió, pero creo que mi cara se ha puesto roja, siento ese calor en todo el rostro hasta las orejas.

—Yo no pregunté nada, en un momento bajo. —respondo cómo sería y él sonríe divertido de la situación incorpora su posición y da media vuelta para retirarse pero como si hubiera olvidado decir algo se gira  hacía mi.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Where stories live. Discover now