capítulo 12

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Solo nos separamos décimas de segundo para respirar, sus labios son perfectos, lo mejor que he probado, me transportan a otra galaxia, nunca imaginé que en un beso se pudiese encontrar un sin fin de sensaciones, decir o expresar tanto sin articular palabras, es la primera vez que encuentro una conexión así con alguien, y es que nadie me ha besado con la entrega, delicadeza y sensualidad con la que él lo hace, este hombre es maravilloso hasta cuando besa.

Abro lentamente los ojos al dejar de sentir el calor de su boca, me encuentro con una amplía sonrisa dibujada en sus labios, su mirada está fija en mi, mientras que con una de sus suaves manos acaricia mi mejilla, y con la otra mi cabello.

—Ahora ya sabes lo que tú me haces sentir. —habla tratando de recuperar el aliento, el brillo de sus azulados ojos se ha intensificado, denotan sinceridad.

—Hay algo que no entendí bien. —me abalanzó de nuevo a él para seguir probando sus labios, meto mis dedos en su rebelde y sedosa cabellera, lo acerco más a mí sin darle oportunidad a escapar, probablemente podría no detenerme nunca.

Después de varios besos, aún sentados en la arena, con mi cabeza recargada en su brazo, disfrutamos juntos lo que tenemos frente a nosotros, el sol casi se ha metido en su totalidad, aún los latidos de mi corazón no recuperan la normalidad, todo parece un sueño salido de un cuento de hadas, del cual no quiero despertar, con él me siento bien, tranquila, feliz, creo que lo mejor que he hecho en toda mi vida fue haber venido con él a Hawaii y expresarle lo que siento, es la primera vez que algo me sale bien.

—Solo no se te ocurra decirme pastelito.

Su fuerte voz llama mi atención, me hace sonreír, que piensa, yo no soy tan cursi para llegar a ése extremo.

—Por supuesto que no pollito. —lo bromeó y él me lanza una mirada de advertencia al momento que se pone serio.

—Ahora si me vas a decir que pasó con ese tal Lucio. —dudo en decirle, pero no me dejará en paz, así que pienso en que responder, algo breve, que no me haga ver tan estúpida.

—Enserio lo quieres escuchar. —el asiente y doy un largo suspiro

—El es mi ex..., —volteo para ver su expresión, pero no hace gesto alguno, observa paciente el mar.  —Lo conocí cuando entre en la agencia de publicidad, él era un cliente, después su insistencia acepté su invitación a salir, días después comenzamos una relación, todo iba bien parecía ser el novio mas atento, cariñoso, detallista, todo lo que una mujer espera, "el hombre perfecto", llevábamos cuatro meses saliendo cuando él se fue a España por asuntos familiares o al menos eso fue lo que me hizo creer; yo por mi parte fui a la reunión anual de la familia, fue ahí donde descubrí su engaño, en cuanto lo vi con Roxana ella lo presentó ante toda la familia como su prometido, no hice nada ese mismo día me regrese a new York y jamás lo volví a ver hasta el día de ayer en la recepción del hotel... Y..., eso es todo.

Termino mi relato y él continúa sin ninguna expresión, inescrutable, pensativo podría ser, me imagino que está procesando información.

—Patético, verdad —agrego luego de no escuchar nada.

—Tu prima lo sabe, sabe que él las engañó a las dos. —sólo muevo la cabeza negando.

—Sé que debí haber hablado con ella desde un principio pero estaba muy dolida y no pensé en nada, ni nadie, además sabe perfectamente la clase de hombre que tiene y aún así decidió casarse. No solo la engañó conmigo somos varias en la lista. —lo digo abrazando mis pies y haciendo círculos con el dedo en la arena, me comienzo a sentir incómoda con el tema y creo que él lo nota, me jala para abrazarme y hacerme caricias suaves en mi brazo mismas que me erizan por completo la piel.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora