5

14.5K 1.3K 475
                                    

Era un dia como cualquier otro. El pequeño peli anaranjado salía de su casa con su morral en el hombro como todos los dias. Tomo su bicicleta de la parte trasera de su casa y se puso en marcha a la escuela.

"Kageyama comenzo a salir con una chica ¿Y qué? Yo no tengo nada que ver en eso... El nunca me hubiera correspondido de todos modos."

"Espera... ¿Corresponder? No! No me gusta kageyama ni nada por el estilo! Solo me estoy sintiendo raro últimamente"

Las ideas del numero 10 estaban mezcladas, ya no sabía si quiera que pensar, tampoco comprendia el por qué lloraba. En toda la noche no habia podido dormir y llevaba unas grandes ojeras sumadas a la inchazon de sus ojos por tanto llorar.

Habia quedado para hablar con Sugawara, accedió considerando que si habia alguien que pudiera ayudarlo a entender sus sentimientos sería mamá cuervo.

Llego a la escuela y estacionó su bicicleta rogando por no cruzarse con nadie, no quería que se preocupasen por él. Antes de ir a los vestidores espero a Suga-san detras del gimnasio, pues el peli plateado quería hablarle a solas, sin que los interrumpieran.

Se quedo allí por 5 minuto con la cabeza gacha pensando en todo lo sucedido hasta el momento. Recapitulaba con delicadeza sus memorias.

Recuerda haber conocido a Kageyama en aquel partido de secundaria, recuerda haberle tenido mucho rencor, recuerda que Kageyama era alguien que por naturaleza consideraba su rival en todo.

¿Y luego?

Se encontraban en la misma escuela, y en el mismo club. Seguían siendo rivales hasta que sus disputas de un momento a otro comenzaron una amistad algo retorcida... ¿retorcida? Es asi, ya que, pese a que eran amigos seguian discutiendo o peleando por cualquier miniedad, pero salvo por una u otra ocasion nunca llegaba a ser algo de gran importancia.

Esas peleas nunca quitaron el hecho de que ellos mantenian una buena amistad, de esas en las que se podia confiar plenamente en el otro. Habia perdido la cuenta de las muchas veces en las que lloraron juntos, de las muchas veces en las que rieron, de las veces que con total confianza le conto sus secretos y viceversa, de todas las veces que se quedaron a dormir en su casa y lo mas importante... ya no tenia cuenta de las tantas ocasiones en las que su corazon se descontrolo estando a su lado. Con el pasar de el tiempo Kageyama se había vuelto alguien especial para él, alguien que no salía de su cabeza.

Ahora su amigo tiene una novia y aunque no le gustara admitirlo eso le destrozaba, le hacía sentir un fuerte dolor en el pecho. Había soñado incontables veces que el más alto vendría y sin dar explicaciones lo besaría y le diría que lo amaba ¿sueños extraños verdad?

Por más que aquello solo era una fantasía de su mente a veces le gustaba soñar despierto y pensar que algun día pasaría. Todo ese sueño se desmorono en segundos. Muchas cosas se derrumbaron, su fantasía, sus esperanzas, la pequeña posibilidad de que Kageyama pudiera corresponderle... Espera... ¿Corresponder? Vamos... El numero 10 no esta enamorado... O eso quiere creer él.

Cada vez se entendía menos a si mismo.

Cuando las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos nuevamente, vió como su sempai se acercaba hasta él.

—oh... No llores...— el mayor no lo dudo ni un poco y al verlo llorar se acerco al menor para abrazarlo con fuerza. Hinata no hizo más que mojar el hombro de Sugawara con sus lagrimas y mocos.

—N-no lo entiendo Suga-Sempai— gimoteaba entre llantos.

—Estas enamorado... Es normal que te duela...— el mayor comenzaba a acariciar su cabeza dandole consuelo.

—¡¿Estoy enamorado?!— Hinata se separo del abrazo muy sorprendido —¿Tu crees que estoy enamorado?— su mirada se notaba confundida y llena de tristeza.

El mayor río por lo bajo y con una mirada calida y acogedora tomo la mano del más pequeño.

—Yo soy tu amigo ¿verdad?— el menor asintio con la cabeza algo confundido —Cuando yo tomo tu mano ¿sientes algo?— Hinata sobresalto ante la pregunta.

—¡Por supuesto que no Suga-Sempai! ¡Eres como mi madre!— el mayor río ante la rapida respuesta.

—Entonces imagina que Kageyama te toma la mano— mama cuervo solto la mano de su polluelo, y este no tardo más de 30 seguntos en sentir como sus mejillas ardian y su corazón salía de lugar.

—Tienes razon.... Estoy enamorado de Kageyama...— el menor se torno palido, ahora entendía que estaba enamorado y eso le hizo entrar en pánico ¿Qué haría ahora? ¿Confesarse? ¿Y si lo rechaza y arruina su amistad? El miedo lo invadía.

—Tranquilo... No te asustes... — su sempai coloco ambas manos en sus hombros tornandose más serio. —¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Quieres confesarte?—

—No... Bueno... Si... ¡NO! no lo sé... —

—Esta bien... Piensa en eso, y cuando tomes una decisión puedes contar conmigo, te ayudare en todo momento— dijo sonriendole al numero 10.

—gracias Sempai...— le devolvio la sonrisa sintiendo un peso menos sobre él.

—Vayamos, los demas nos esperan—

Ambos caminaron lentamente hasta el gimnasio, menor se sentía más tranquilo, aún le dolía que el chico que le gustaba tuviera novia pero ahora entendía lo que sentía y estaba seguro que haría algo al respecto. No se quedaría de brazos cruzados, no perdería bajo ningun término. Ahora estaba lleno de confianza, bastante asustado pero sabía lo que haría.

Los Chicos Del Club de Voley || HQ YAOI Où les histoires vivent. Découvrez maintenant