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Eran las 1:50 am, el sonido de la cama rechinar junto a la voz de Yamaguchi gemir y jadear el nombre de su amigo hacían las paredes retumbar.
Tsukishima gruñía entre dientes mientras se movía con fuerza, usaba una de sus manos para tocar al menor. Se acercó a su oído no sin antes dejar uno que otro beso y mordida en su cuello, marcas que seguirían allí por lo menos hasta el día siguiente.

...T-tsukki... ¡M-mgh! ... ¡..L-lo estás haciendo muy rápido...! —formulaba las palabras con dificultad. —...¡La cama hace mucho ruido! —aunque Yamaguchi decía eso era él el que más ruido hacía en la habitación.

La próxima podemos hacerlo en un futon entonces... —le susurró al oído sin importarle la otra petición.

... M-mi ..es..palda... Dolerá en un f-futon...

Entonces tendrás que montarme... —dijo con una sonrisa burlona mirando al peliverde a los ojos. —De hecho... Podríamos practicarlo ahora...

Sin importarle que su amigo probablemente moriría de vergüenza lo abrazo por la cintura sentándose en la cama con él encima, bajando una de sus manos hasta su cadera y la otra en su muslo para ayudarle a moverse.

Anda... tú puedes... —internamente se burlaba de él, pero Yamaguchi era un chico obediente.

Lo miró totalmente sumiso y embobado por la sensación placentera de tenerlo dentro, no podía negar que le gustaba. Lentamente apoyó sus manos en los hombros ajenos queriendo ayudarse un poco, y empezó a moverse levemente sobre el mayor haciéndolo entrar y salir de su cuerpo, se notaba demasiado que era su primera vez, pero ello solo hacía a Tsukishima desearlo más. Éste aprovecho la amplia vista que tenía y con ayuda de sus manos lo sostuvo con fuerza comenzando a moverse contra él, sonriendo de lado al ver cómo se estremecía, como separaba los labios para gemir y dejando una leve gota de saliva caer por la comisura.

Ambos estaban por llegar al punto máximo cuando entonces la alarma empezó a sonar.

Y Tsukishima se despertó más duro que una piedra.

9 am; tuvo que ir rápido a darse una "ducha" antes de regresar a su cama.

Luego de que se calmo, arrastró los pies de regresó a la habitación, era del tipo al que cada paso le pesaba en las mañanas y tener un jodido sueño húmedo con el qué lidiar lo hizo sentir como un completo pervertido.

Apenas regresó a su cama tomó el celular entre sus manos notando el típico mensaje de Yamaguchi por aquellas mañanas en las que no despertaban juntos (aunque esta vez, agradecía que no esté allí)  «Buenos días Tsukki ♡». Delineó una sonrisa tonta frente a la pantalla por eso, aunque él no lo quisiera así.

Normalmente le devolvería el mensaje pero hoy era 25 de diciembre y aunque no habían planeado nada estaba claro que el chico rubio no dejaría que su mejor amigo lo pase solo, así que inmediatamente marco su número acercando el celular a su oreja es espera a que atendiera.

Buenos días... —dijo un adormilado Yamaguchi del otro lado de la línea.

¿Ya saliste de cama?

No, apenas desperté... ¿Y tu?

Igual, supongo... —mintió para luego suspirar y apretar su mano en un puño, sintiendo nervios en el momento de formular aquella pregunta que rondaba en su mente desde ayer. —¿Y tus padres vendrán hoy?...

¿Eh? Ah- —en cuánto Yamaguchi supo a qué se refería no pudo evitar sentirse algo triste y trabarse al hablar. —No vendrán... Se disculparon conmigo, prometieron traerme regalos... ¿Y tu mamá Tsukki?

Los Chicos Del Club de Voley || HQ YAOI Where stories live. Discover now