30 - Viernes

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Hinata ese dia había regresado de la última practica algo angustiado. Tenía demasiado estrés, la siguiente semana tendría exámenes, jugaría sus ultimos partidos con los mayores y todavía tenía que pensar en la despedida y que Kageyama le había estado preguntando todo el dia quién carajo  le gustaba.
Estaba totalmente agotado, fisica y mentalmente. Se arrojó a su cama buscando consuelo en ella.

Y como si fuera obra del mismísimo infierno su celular sonó.

Al ver el numero y notar que era Kageyama rápidamente se sento apoyando su espalda en el respaldo de la cama y contestando —Dig-.. —ni siquiera lo dejaron terminar de hablar.

¿Hay alguien en tu casa? —preguntó el armador en ese tono serio y aterrador.

¿eh?... ¿Por qué?... No, mi mama se fue con mi hermana a hacer compras —respondió algo sorprendido.

mira por la ventana ahora.

¿Que carajo? ...— quedó perplejo al ver a su amigo bajo la ventana, cruzado de brazos y con el ceño tan fruncido que todo su rostro se veía arrugado, estaba notablemente agitado, no solo porque estaba jadeando y el frio hacía salir de su boca aquél vapor, sí no porque todo su rostro estaba rojo... Obviamente habia corrido hasta allí.

Hinata, tu, idiota. —fue todo lo que el pelinegro alcanzo a decir entre dientes.

¿Que quieres? ¿Porque no me avisaste que vendrias? Te hubiera invitado a pasar. — realmente estaba divagando, traía los nervios en la garganta al verle así de enojado, constantemente se preguntaba a sí mismo que había hecho para ponerle de ese modo y hacerlo correr hasta su casa.

PORQUE ESTO ES JODIDAMENTE IMPORTANTE TU, IMBECIL. —lo señalaba mientras gritaba.

ENTONCES APURATE, ME ENTRA FRIO A LA HABITACIÓN CON LA VENTANA ABIERTA.

QUIEN CARAJO TE GUSTA. —soltó Kageyama generando un silencio incomodo entre ambos, y más porqué probablemente todos los vecinos los habian oído.

Hinata en ese instante sintió los colores subirse a sus mejillas, por su cabeza corrían mil y una preguntas, la actitud del mas alto le hacía tener en la punta de la lengua las ganas de decirle "estupido, tu", pero ya le habia dado suficiente telenovela a los vecinos.

...No te diré hasta el domingo...— suspiró mas calmado recostandose en el marco de la ventana.

Bien... Entonces... — Kageyama pasó de estar rojo por correr a estar rojo por pena. —¡¡PASEMOS NAVIDAD JUNTOS!! — soltó dejando salir el alma de su cuerpo.

...¿eh?... — nuevamente lo dejó atónito, su corazón por poco se le sale del pecho, una propuesta como esa se veía demasiado lejana para él.

...Eso... ¿Si o no?... No es tan complicado —el pelinegro miró al suelo rascando su nuca con todo el nerviosismo acumulado. —Y ni se te ocurra decirme que no es una jodida cita porque te lo estoy pidiendo.

• • •

Antes de que Hinata pudiera decir algo tuvo que reaccionar, pegando el grito de su vida, sus manos se resbalaron del marco de la ventana haciendolo ir para adelante golpeando su estomago en ella y perdiendo el equilibro, por poco se caía del segundo piso.
Totalmente avergonzado miro a Kageyama quien tambien se había puesto alerta por el susto, se quedó observandole atentamente.

Se miraron fijamente en un silencio incomodo de al menos 2 minutos.

Los dos eran igual de idiotas, Kageyama no podia darse cuenta de nada y Hinata no podia atar cabo alguno, ni siquiera asomarse por la ventana sin caer.

Los Chicos Del Club de Voley || HQ YAOI Where stories live. Discover now