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Bokuto rodeaba el estómago de su armador con ambos brazos, dejaba besos en sus mejillas aprovechando que lo tenía sentado en sus piernas.
Se encontraban frente al estanque del jardín de la familia Akaashi.

-Te extrañe tanto... -susurraba contra su piel aprovechando que los padres del pelinegro estaban dentro de la casa.

-Fueron poco más de 12 horas lejos Bokuto-San...

-pERO EN OTRA CIUDAD, ESO ES MUCHA DISTANCIA.

Akaashi no pudo evitar reír por lo bajo ante su actitud exagerada.
Hubieran seguido portándose melosos de no ser porque el celular de Bokuto empezó a sonar irrumpiendo toda su paz.

-¿Quien es? -preguntó el pelinegro totalmente indiferente mientras el mayor sacaba el celular de su bolsillo mostrándole la pantalla.

-Kuroo, tiene problemas. -no tuvo más remedio que ser buen amigo y contestar, poniendo el celular en el suelo, activando el altavoz solo para ocupar sus manos en abrazar y besar a su Akaashi.

-¿Ya llegaste a Tokio? -pregunto la voz deprimida detrás del teléfono.

-Acabo de llegar, que sucedió? Hablaste con Kenma? -no le tomaba mucha atención realmente.

-Si, y me dijo "no me jodas"... -confesó totalmente derrotado en la vida. -Fracase en todo Bro, ayuda... Le falle a mí mamá, le falle a mí equipo, no soy nadie

-¿En serio estás diciendo eso? -dijo Akaashi mirando el celular con disgusto ante su actitud.

-Tu no lo entenderías. -le respondió Kuro en un tono dramático.

-¿Por qué no vienes entonces? Bokuto-San va a consolarte.

-... ¿Y tu no? -fingió un tono coqueto queriendo molestarlo.

- OYE OYE CONSIGUETE EL TUYO. -grito Bokuto casi arrojando al celular.

-Esta bien, iré a hacer de mal tercio, nos vemos. -Kuro soltó una risa baja y empezó a caminar a la casa de Keiji.

Al colgar la llamada Bokuto apretó aún más a su novio.

-¿Por qué eres tan lindo? Haces que todo el mundo se enamore de ti... -dijo con un puchero.

-Nadie más que tú está enamorado de mí Bokuto-San... Vamos adentro, está haciendo frío. -trató de convencerlo para que le dejara respirar.

Entraron a la casa pasando por la sala donde sus padres tomaban el té frente a la televisión. Irían a una cena familiar más tarde pero Akaashi había insistido en quedarse en casa con Bokuto, y en general no había cosa que su padre pudiera negarle a su único hijo.

Su madre les indicó con una sonrisa cálida que había subido el té a la habitación de Akaashi y este aprovecho para decirle que Kuro vendría.

Solo les dijeron que no hicieran alboroto una vez se fueran pero no fue la gran cosa ya que confiaban en su pacífico hijo... O eso querían creer.

En toda esa conversación el timbre sonó y al ir a abrir un Kuro envuelto en un aura oscura entró casi arrastrando los pies. Trataron de convencerlo de que no había sido la gran cosa, los tres subieron hasta la habitación de Akaashi y se sentaron alrededor de la pequeña mesita de té para continuar con eso.

-Tranquilo, Kenma siempre fue así. -decía Bokuto mientras lo abrazaba, el capitán de Nekoma se aferraba a el como si fuese una almohada.

-No era así conmigo... -respondía con esa voz de cadáver en vida, era claro que lo que más le dolía era el ego.

Los Chicos Del Club de Voley || HQ YAOI Where stories live. Discover now