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Mpreg!AU

JongIn miraba con el ceño fruncido al grupo de amigos a lo lejos. SeHun llevaba puesto su tan característica chaqueta de cuero marrón mientras reía de algo que había dicho alguno de los idiotas que tenía como amigo.

Pasó una de sus manos en su pelo para apartar el mechón que caía sobre sus ojos y se recostó contra su moto sin quitar la estúpida sonrisa de la cara.

Gilipollas. JongIn maldijo en su mente y se dirigió con pasos firmes hacia el grupo.

Uno de los chicos que estaba al lado de SeHun miró en su dirección y al reconocerlo, dio un leve golpe en el brazo del azabache, cabeceando en dirección a JongIn cuando el alto lo interrogó con la mirada.

SeHun giró hacia donde indicaba su amigo y vio a un JongIn bastante molesto caminar hacia ellos. Tragó en seco y se despegó de la moto poniéndose de pie.

El grupo quedó sumido en un completo silencio cuando el castaño llegó hasta ellos; como si el más mínimo ruido fuera hacer que este estallase.

Pese a estar cargando con un vientre de nueve meses que lo hacía prácticamente indefenso, todos allí presentían que no sería nada bueno para ellos hacer enfadar al embarazado.

—¿Piensas pasar la tarde toda aquí? —se había acercado lo suficiente para estar frente a frente a SeHun, cruzándose de brazos mientras le miraba con seriedad— ¿Y si me hubiera sucedido algo malo? Te olvidaste llevar el móvil al salir de casa.

—Ya me ib-

—Ahora ya no importa, vámonos —lo interrumpió. Cogió la bolsa de plástico que colgaba del manillar de la moto y se dio la vuelta rumbo a su casa.

SeHun se despidió de sus amigos algo avergonzado y giró la llave de la moto. La sujetó por el manillar y salió caminando con la moto a un lado mientras la arrastraba. Aceleró un poco su pasos para alcanzar al castaño.

—Venga, no te molestes —intentó hablar con él—. Solo me detuve un rato para hablar con mis amigos.

JongIn se detuvo repentinamente y lo fulminó con los ojos.

—Veinte minutos —replicó—. Estuviste hablando con ellos veinte minutos, lo vi en el reloj.

SeHun no supo que contestar. Había salido a comprar tarta a su novio en la panadería a pocas cuadras de donde vivía JongIn, quien había insistido mucho. En la vuelta se encontró con un par de amigos y pensó que estaría bien parar para saludarlos, pero perdiendo la noción del tiempo.

—Camina más despacio, puedes tropezarte y hacerte daño.

JongIn disminuyó la velocidad de sus pasos y llevó su mano libre hacia el abultado vientre, acariciándolo de forma automática. Cruzó el jardín delantero de su casa llegando al porche y abriendo la puerta, la cual no se encontraba del todo cerrada. SeHun dejó la moto en la acera y quitó la llave de esta, saliendo casi corriendo detrás de su novio. Se adentró en la vivienda cerrando la puerta detrás de él.

—¿Aún no llegó tu padre? —preguntó más para prepararse por su llegada que por interés. Nunca le había caído bien al señor Kim y el hombre mayor no se esforzaba lo más mínimo en ocultarlo.

Todavía podía sentir sus manos alrededor de su cuello, asfixiándolo, cuando el mayor supo que JongIn estaba esperando un bebé. Estaba seguro que el señor Kim lo hubiera matado si el castaño no hubiese intervenido diciendo que su bebé no podía quedar sin su otro padre.

En ese momento el hombre entró en razón y desistió de querer matar a su yerno, pero no sin antes propinarle un puñetazo que le dejó viendo estrellas y castigar a su hijo por tamaña irresponsabilidad, quitando la ayuda económica que le proporcionaba para pagar su universidad.

A pesar de toda la tensión de los primeros meses, ahora las cosas marchaban mucho mejor: el señor Kim ya se había hecho a la idea de que sería abuelo y decidió que seguiría pagando la universidad a su hijo cuando naciera la bebé, SeHun estaba a meses de terminar la facultad y por fin podría buscar un trabajo. Todo marchaba bastante bien.

—¡IMBÉCIL! —no tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió que le daban con un cojín en la cara—. ¿Cómo puedes olvidarte de tu novio embarazado por estar charlando con eses idiotas? Sabes que tu hija puede nacer en cualquier momento —se dejó caer en el montón de cojines que había sobre el sofá y abrió la bolsa de plástico sacando su contenido.

JongIn estaba asustado, los dos lo estaban. Aunque tuvo ocho meses para prepararse mentalmente para recibir a su bebé, al ser padre primerizo, era inevitable que estuviera muerto de miedo, más ahora que el castaño cumplió los nueve meses. Estaban aterrados.

SeHun se sentó junto a él en el sofá mientras rodeaba sus hombros con un brazo. JongIn se recostó contra él dejando escapar un suspiro.

—Lo haremos bien —dijo. Dejó un pequeño pico en la nariz del mayor antes de juntar sus labios en un casto, y dulce, beso deslizando la mano de arriba abajo por su hombro para tranquilizarlo.

—¿Y si ella-

—Shh... No pienses negativo. Todo saldrá muy bien —le animó.

—¿Cómo puedes estar seguro?

—Ya verás que sí.

Pocos días después, con su hija ya en brazos, SeHun solo podía reafirmar aún más sus palabras.

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Siendo sincera me da algo de vergüenza publicar esto, por eso no me siento muy segura de si dejarlo o no.

¿Ya dije que el SeKai me encanta? 💞

❪✧❫ Antología || SeKai/KaiHunWhere stories live. Discover now