Dos mujeres, dos vidas, que se encuentran en el mismo camino en busca de un nuevo hogar y listas para conquistar una tierra desconocida. Alexandría mecánica de mantenimiento y Clarke maestra de niños, nada en común, pero aun así el amor aparece po...
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Lexa
Aun me parece que estoy soñando, hace tres meses Clarke y yo hemos vuelto, algo que era un sueño para mi está siendo realidad y no lo puedo creer, me siento tan enamorada, como la primera vez, es una energía, una fuerza y una alegría que potencia mis capacidades a su máxima expresión, en el trabajo estoy haciendo cosas fantásticas y todo porque siento la fuerza del amor. En este tiempo hemos compartido todo momento que nos ha sido posible desde mi regreso del viaje a la casa matriz de MWCO, siempre estamos buscando actividades para estar las cuatro, adoro a las patitas y ellas también se sienten bien a mi lado. Por mi quisiera que estuvieran viviendo en casa conmigo para verlas todo el tiempo posible, pero hemos hablado con Clarke y es necesario hacer un proceso de adaptación con ellas para tenerme presente en sus vidas. Con la rubia simplemente toda fluye, nuestra capacidad de entendernos y trabajar juntas así sea en las cosas más básicas de la casa hasta las más significativas de nuestras vidas supera en esta ocasión aquellos tiempos en los que estudiábamos, supongo que somos más maduras.
Todo esto ha cambiado mi rutinaria y monacal vida como diría Raven, ahora llego a casa para alimentar a Salvador pero de inmediato salgo a casa de Clarke para cenar todas juntas y luego estar un rato con las niñas, las mayoría de las noche me quedo allí con Clarke para luego levantarme a las 4 30 am e irme de nuevo a casa a cambiarme de ropa para salir al trabajo. Los fines de semana ellas se mudan a mi casa y hacemos divertidos planes hogareños o nos vamos de paseo. El punto más crítico lo tuvimos hace dos semanas cuando un domingo Abby nos invitó a almorzar a su casa, Clarke había hablado con ella y consideró que era el momento más adecuado para darles la noticia en su familia sobre nuestra relación, fue un momento muy incómodo porque Jake se levantó de la mesa y se marchó en cuanto la rubia les dijo nuestra historia, todos quedamos atónitos y en silencio por la reacción del padre de Clarke; finalmente Jasper rompió el silencio, se acercó a darme un abrazo y decirme que se alegraba que alguien estuviera cuidando de Clarke, seguido también por Maya y Abby que dieron su total respaldo. Luego vino el difícil momento porque las niñas se dieron cuenta del enojo del padre de Clarke e intuían que estaba enojado porque yo era amiga de Clarke, así que se fueron a la habitación de su abuelo a conversar con él sobre el tema sin que nos percatáramos en el comedor el alcance de las pequeñas. Mas tarde estábamos todos tomando un café en la terraza y Alex y Ely se acercaron para hablarme en voz muy baja.
- Patito Lex ya no estés triste porque el abuelito se enojó – dijo la pequeña rubiecita-
- Hermosas no estoy triste, el abuelito quizás se sintió enfermo y por eso no finalizo el almuerzo. –trate de excusarlo-
- No, él si está enojado, porque cree que tú vas hacer sufrir a mamá – me dijo Ely en su inocencia-
- Pero nosotras le dijimos que eso no pasaba, que tú cuidabas de nosotras y mamá, que la ayudas a hacer los oficios de la casa, que revisas nuestras tareas del cole y que por la noche nos lees un cuento. – las escuchaba y no podía creerlo, tenía dos tremendas defensoras-
